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Bilbao BBK Live

Lo mejor y lo peor de Bilbao BBK Live 2019

El festival de Kobetamendi celebró su edición 14 con buen tiempo, destacadas actuaciones y gran afluencia de público. Pero no todo el monte es orégano…

Bilbao BBK Live 2019 // David Mars
El festival de Kobetamendi celebró su edición número 14 gozando de buen tiempo, destacadas actuaciones y gran afluencia de público. Pero no todo el monte es orégano…

Bilbao BBK Live 2019 ya es historia. Una edición número 14 saldada con éxito de público (en especial, el viernes, con 40.000 personas según los promotores), grandes actuaciones y, afortunadamente, ningún incidente de importancia (resacas, desamores y móviles extraviados al margen).

Un festival, así pues, con muchas luces… y alguna que otra sombra más o menos objetiva (que luego está la subjetividad de cada cual para valorar según qué cosas) que, a continuación, pasamos a desgranar.

Luces y sombras // David Mars

¡Ah! Tienes aquí la crónica + fotos del jueves (Liam Gallagher, Thom Yorke, Vetusta Morla…), aquí las del viernes (Rosalía, Suede, Strokes…) y aquí las del sábado (Weezer, The Good The Bad & The Queen, Hot Chip…). Para todo lo demás… Kutxabank.

LO PEOR DE BILBAO BBK LIVE 2019

– Los fans de Rosalía. In situ, imposible disfrutar de un concierto que es realmente más íntimo de lo que muchos esperan con toda esa gente dando por saco. Más allá del llenazo absoluto (y las molestias lógicas de estar en un lugar abarrotado), ¿de verdad hacía falta tirarse el concierto íntegro vociferando? ¿grabándolo TODO con el móvil? ¿colocándose en corrillos modo disco-pub en lugar de mirar al frente? Malamente.

– Los haters de Rosalía. A ver, hacéoslo mirar… No es normal todo ese odio incendiario que atesoráis en vuestro interior. De verdad. Si a nosotros, que solo hemos publicado media docena de artículos hablando de ella (dos anteriores al boom, otros dos como resultado de una votación popular, otro, ¡una inocentada!) nos habéis puesto a caer de un burro debido a nuestro supuesto «apoyo colaboracionista» (¿?) solo ¡porque nos gustó el concierto!, qué no tendrá que escuchar la pobre chavala. Os lo aseguramos: En muchas cosas no tenéis razón.

Tra Tra // David Mars

– El trap. ¿Es este el sitio de Cecilio G? ¿Y de Ms Nina? ¿De Antifan? ¿De Rosalía?

– La falta de rock. Seamos justos: había rock en Kobetamendi. Había guitarras. Ahí estaban Idles. O Slaves. O Shame. O The Strokes. Incluso Weezer (o díganle ustedes a Liam Gallagher que lo que él hace no es r’n’r…), pero, como todos los años hay hordas quejándose de que ya no hay rock y recordando cuando bandas del perfil de Metallica, Iron Maiden o The Black Crowes actuaban allí… pues habrá que darles la razón (aún cuando, ojo, el festival está claro que va por otro camino, ni mejor, ni peor, solo diferente. Pero dicho queda).

– Propuestas de auditorio que se diluyen en un festival de este tipo. Es tirar el dinero de los cachés. Hablamos de Nils Frahm, The Good The Bad And The Queen… O, incluso, John Grant.

El pianista Nils Frahm // David Mars

– Estrellas domingueras: Esas que salen a escena con la misma facha con la que han estado paseando por la ciudad por la mañana: John Grant descalzo y en pantalón de deporte, Weezer con gorro de ir a pescar (o a tocar el clarinete con Woody Allen), etc. ¡Y os metíais con las uñas de Rosalía!

– Las uñas de Rosalía. Ah, y los zapatos. El horror.

– Prohibición de meter comida: Denunciada un año más por Facua y solo justificable para proteger el negocio extramusical del festival. Que vale, que no te vas a montar una parrillada en Kobetas, pero hombre, ¿un bocata de tortilla hecho en casa con todo el amor del mundo?

– Ataques indiscriminados de colonia. Gracias, Yves Saint Laurent, vamos a oler a pachuli hasta 2053.

Parecen normales, pero dale un micro // David Mars

– El karaoke de Pringles. ¡Aghhhh! ¡Mis oídos!

– El botellón de la entrada y alrededores. Que mucho llenársenos la boca con eso del reciclaje, pero más bolsas, más tetra briks y más mierda en general no podíais esparcir por el monte, ¿eh?

– El trabajo basura. La promotora, Last Tour, ha salido al paso de las acusaciones a este respecto, asegurando que «ciertas labores» que exceden a la «actividad propia de promotores» se subcontratan con terceros, pero, eso sí, «cumpliendo con las obligaciones relativas a dicha subcontratación» dentro del «fuerte compromiso de la organización con el trabajo digno y su esfuerzo año a año por mejorarlo». Por su parte, la Asamblea de Jóvenes Precarios de Bilbao, Eragin Bilbo, realizaba una protesta el viernes para «denunciar las condiciones laborales de muchos de los trabajadores» del festival.

– Cortes en el 58 sin previo aviso. Se anunció que Bilbobus tendría acceso en todo momento a Kobetas y (al menos el viernes a partir de las 20h), sin previo aviso, cortaron el paso en Beyena. ¿Y si eres vecino? Nos han llegado quejas a este respecto desde el barrio de Altamira.

– Los autobuses lanzadera y, en especial, las colas del viernes tanto para subir como para bajar. Tardar más de dos horas en el trayecto Kobetamendi-Bilbao centro es una burrada.

LO MEJOR DE BILBAO BBK LIVE 2019

– El servicio ininterrumpido de buses. Hubo momentos de saturación (especialmente el viernes), pero las lanzaderas funcionaron bien, en general. El nuevo aparcamiento en los terrenos de la antigua fábrica de Beyena, otro acierto.

– Metro Bilbao. Atrás quedaron aquellos años en los que te quedabas tirado el jueves porque no había servicios especiales. Este año hubo metro hasta las 3 de la madrugada el primer día y servicio ininterrumpido las otras dos jornadas.

– La amabilidad del personal. Por lo general… bien. Que muchas veces nos tratan como ganado en los festivales.

– Colocación de pulseras en San Mamés. Rápido, cómodo… y un alivio para el recinto.

Un recinto muy cuidado // David Mars

– Ambientación/decoración del recinto. Mejor que nunca.

– Los WCs. Numerosos y con lavabos, agua, jabón, papel… Además, los baños principales están muy bien integrados en el recinto, a la par que «ocultos» de manera elegante.

– El puesto de comida «double decker bus«, aparcado en un lateral frente al segundo escenario. Genial idea. En el piso de abajo pides la comida y puedes luego subir al de arriba, descapotado, para sentarte en una mesa a cenar con una vista magnífica, elevada, cercana y sin agobios del concierto.

– La oferta gastronómica. Muy muy variada y bastante decente para ser un festival. Menos “de batalla” que en otros eventos parecidos.

– El escenario Basoa, un año más. Y el escenario Lasai, por segundo año.

Escenario Basoa, en Bilbao BBK Live 2019 // David Mars

– Las acciones de Beefeater. Una marca siendo útil a los festivaleros, por fin (aunque los había que les hacía falta el perfume de YSL, la verdad). Con su pasarela elevada en la salida para disfrutar de las vistas sobre Bilbao y el stand-barra con zona relax ligeramente apartado del meollo (con mesas y una terraza elevada desde la que divisar los dos escenarios principales). Y, encima, en cuanto el sábado chispeó un poco, su personal recorrió el recinto ofreciendo «emergency ponchos» a la gente. Bravo (y que conste que no son anunciantes nuestros).

– Los murcianos Perro gritando «Michelin» desde el escenario Firestone.

¡Michelin! ¡Michelin! // David Mars

– Rosalía (sí, qué pasa), Suede, Weezer, Idles, Cala Vento, Hot Chip, Cupido, The Strokes (ojo, que no dábamos un euro por ellos, pero…), etc. Muy buen nivel, en general.

– El trap y los ritmos urbanos. Renovarse o morir y, no nos engañemos, las guitarras molan a la chavalería entre poco y nada. Hubo equilibrio entre «lo nuevo» y «lo clásico». Pero que antes venían Guns N’Roses, ya…

– El buen tiempo.

– Esta chavala.

 

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