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FIB 2019 (sábado): El triunfo de Kings Of Leon y Carolina Durante (CRÓNICA Y FOTOS)

En la jornada más multitudinaria del 25º aniversario del Festival Internacional de Benicàssim, también vimos a Jess Glyne, Blossoms, Kokoshca, Peaness…

Kings Of Leon // Iñaki Espejo-Saavedra
En la jornada más multitudinaria del 25º aniversario del Festival Internacional de Benicàssim, también vimos a Jess Glyne, Blossoms, Kokoshca, Peaness…

En esta edición del FIB estamos muy deportistas: el viernes, fútbol; el sábado, running. Y es que las fuerzas van flaqueando y las siestas se alargan, así que tocó esprintar para llegar a tiempo al concierto de Kokoshca abriendo el escenario Las Palmas. Sentimos auténtica pasión por los navarros. Durante el concierto fueron desplegando sus distintos sonidos: cañís con «Mi consentido», canción en la que Amaia brilla; clásicos en «Seguiremos en pie», con Iñaki llevando la voz cantante.

El sol en las cabezas, el calor, suena «No queda nada» y nos identificamos cuando su letra dice eso de «y es que estoy pensando en dejarlo, y es que ya tengo muchos años», pero luego suena «La Fuerza» y nos desgañitamos recordando por qué estamos aquí y que sabemos que volveremos otra vez. Si la semana pasada fueron Mujeres tocando en los conciertos «Bereziak» del BBK Live los que tocaron «No volveré», ayer la interpretaron Kokoshca, recordando la ilusión de volver al FIB y las ganas de repetir.

Kokoshca en el escenario grande // Iñaki Espejo-Saavedra

Uno de los conciertos destacados en nuestra agenda era el de las mancunianas Peaness, a las cuales ya pudimos ver en la pasada edición del Madrid Popfest. No queríamos dejar pasar la oportunidad de volver a disfrutar de su punk-pop melódico cargado de las armonías vocales de tres jóvenes que da gusto ver tocar. En un concierto que fue de menos intensidad a más, nos cantaron con cierta pena sobre el omnipresente Brexit con su canción «Breakfast», nos hicieron bailar haciendo el remolino con los brazos en su «Ugly Veg» y saltar y entonar su «Oh George», que tiene una progresión llena de vitalidad que embriaga de juventud.

Peaness en el FIB 2019 // Iñaki Espejo-Saavedra

Los únicos que estaban más cansados que nosotros fueron los Carolina Durante, y es que el viaje entre Alburquerque y Benicàssim se les debió hacer largo, pero el efecto mágico del FIB les dió el espaldarazo para dar un concierto que puso patas arriba el escenario Thunder Bitch. Los creadores de un himno generacional como «Joder, no sé» nos recordaban lo especial que era para ellos repetir en el festival por segundo año consecutivo (tras lo que nos hicieron sudar el año pasado en la carpa) y lo increíble que era pasar de ser un Fiber más a estar aupado como artista y casi sacado a hombros del escenario. Tan solo pudimos mantener la compostura hasta los primeros acordes de «El himno titular», momento en el que entramos de lleno al pogo de las primeras filas para allí encontrarnos con las Hinds, tan entregadas como nosotros. ¡Viva FIB!

Todos sus amigos se llaman Cayetano // Iñaki Espejo-Saavedra

Este año estamos viendo bastantes bandas pop británicas de calidad, pero tan aseadas y tan «para todos los públicos» que perfectamente podrían sonar en Los 40 Classic (y no porque se parezcan a Oasis, precisamente). Hablamos de Kodaline el jueves, de The 1975 el viernes y de Blossoms el sábado. Con un inicio de concierto más acústico, no fue hasta cuando Tom Ogden soltó la guitarra, primero, y cuando empuñó la eléctrica, después, que aquello empezó a despegar, con miles de personas cantando al unísono. Suenan muy bien, tienen presencia y encantan tanto a los jovencitos británicos como a sus padres. Que versionaran el «Let’s Dance» de Bowie no hizo sino corroborarlo. Vamos, que bien… pero, ay.

Blossoms en el FIB 2019 // Iñaki Espejo-Saavedra

Y de un grupo británico actual que suena a grupo británico de otra época, a una banda estadounidense que lleva 20 años dándole al rock con reminiscencias «americanas». Hablamos de Kings Of Leon, indudables cabezas de cartel del sábado en un FIB en el que volvieron a sonar intensos (y épicos), rocosos (pero accesibles) y contundentes (sin pasarse). Una fórmula que tienen aprendida al dedillo y que hace que, sin despeinarse, puedan ofrecer un show tan convincente para una noche de festival como para llenar un gran estadio. Su «Sex On Fire», cómo no, fue la canción más coreada de lo que llevamos de edición (la 25ª, recuerden). Intachable su paso por el FIB, aunque, eso sí, ya nos aburren un poco.

El público del sábado // Iñaki Espejo-Saavedra

Otra vez a la carrera, esta vez al escenario Carrefour (nota: donde nos perdimos a Belako, pero es que tenemos más que vistos a los de Mungia) para de nuevo llegar a unos de los grandes momentos de la edición, el concierto de Jess Glynne. Mientras el jueves Marina nos dio un espectáculo enlatado, ayer Jess lo subió un escalón acompañándose de banda y coros y recordándonos lo especial de actuaciones como la suya. Desde que entonó su «Hold My Hand», todo el público entró en comunión, haciéndonos uno. La londinense nos hizo bailar de lo lindo con «Don’t Be So Hard With Youurself», pero fue con la versión del «Rather Be» que grabara junto a Clean Bandit con la que nos llevó a otro nivel, una explosión de todo aquello que nos gusta del verano.

Uno de los mejores momentos fue cuando interpretó «I’ll Be There», tremendamente emocional, tanto, que nos puso «Candy, Candy» y mojamos el ojo. Es difícil de expresar, pero pudimos sentir una fuerte energía que emanaba de ella y que nos hacia sentir la canción como si nos agarrara de la mano y nos dijera cada palabra sinceramente y a los ojos.

Tras los directos, a quemar zapatilla con los DJs, tanto en el escenario South Beach (con unos Wisemen Project que no se olvidaron de Prodigy) como en el Thunder Bitch, donde, a falta de carpa este año, desfilaron tres de los pinchadiscos en nómina de la barcelonesa sala Razzmatazz: Buenavista, Fuego y Perotutehasvisto. Mucho pop, algo de perreo y poco indie en un fin de fiesta multitudinario (el sábado se superaron los 30.000 asistentes).

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