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Santander Music

Santander Music 2017: Crónica y fotos (Los Planetas, The Vaccines, Sidonie, Lori Meyers, M. Ward…)

Elyella DJs en Santander Music 2017
El pasado fin de semana (3, 4 y 5 de agosto) se celebraba la novena edición del festival cántabro que, cada año, sobrevuela la Playa de la Magdalena. Dos días de buen tiempo y un tercero con molesta lluvia que no nos impidió botar con Belako o bailar con La Casa Azul. Hasta 27.000 personas disfrutaron de sus conciertos en el recinto festivalero y de sus actividades paralelas. El nutrido equipo enviado por bi fm (Javier Santamaría, Joseba Vegas, Asier Rodríguez y Germán Castañeda) nos cuenta todo lo ocurrido

 

Comenzó Santander Music el jueves 3 de agosto, la jornada más internacional pero a la vez la más floja de público (4.000 personas según datos oficiales). Abrió M. Ward, que apareció en el escenario en solitario, sin banda. Una pena, ya que sus canciones hubieran ganado en matices. Porque, para qué negarlo, para los más puretas la actuación del californiano era uno de los momentos álgidos del festival (aunque estuviera solo el Him del dúo She & Him). A pesar de todo, fue una ración de folk americano para el deleite gracias a canciones como «Chinese Translation» o la celebrada «Primitive Girl».

M. Ward en Santander Music 2017

M. Ward // Víctor Vélez

Santander Music apostaba por la música local (cántabra) en esta ocasión con Los Deltonos. Los muy veteranos sacaron a pasear por la Campa de la Magdalena sus canciones, que sonaron mucho más country y blues que las del propio Ward. Y es que los sonidos y estilos crecen libres, ya sea en Austin o en Muriedas. Es difícil reprochar nada al concierto, que fue compacto y redondo. Quizá sí hubiéramos necesitado más tiempo para aprendernos los temas de su ultimo disco homónimo recién estrenado.

Sidonie es un grupo que se autodefine. Menudo papelón tienen. Ahora parece que Marc Ros lleva la guitarra de atrezo. Suponemos que era el siguiente paso lógico pero, qué le vamos a hacer: la cita más numeroso de la jornada y, a juzgar por la repercusión en redes sociales, la que más gustó a la gente. A estas alturas, si estás ahí es porque te va lo de las carreteras infinitas, así que, sin poder poner pegas al resultado técnico, solo podemos decir que el concierto fue tal cual se esperaba. Por desgracia, Nohing But Thieves y Roosevelt se nos escaparon en esta primera jornada, pero es que había que tomárselo con calma, que todavía estábamos a jueves…

 

VIERNES 4 DE AGOSTO

La segunda jornada de Santander Music se iniciaba en la Plaza del Cuadro, con la primera de las «vermú sessions» (esas que se desarrollan en plena calle en el centro de Santander y que tan buen resultado han dado este año -con palpable ascenso de público-). El gallego Sen Senra, cada vez más sofisticado y menos garagero (que también), fue el encargado de inaugurar la cita de mediodía, tan disfrutable, trago y pincho en mano.

Santander Music 2017

Los bolos gratis, de día y en plena calle, un puntazo (Pianet en la foto) // Mela Molinetes

Una vez de vuelta al recinto festivalero privilegiado de la Campa de la Magdalena (los que llegamos pronto pudimos colarnos por un agujero en el vallado para acceder a la playa mientras escuchábamos la música con los pies en remojo -¡lujo!-), Shinova abría la tarde. La banda de Berriz no nos acaba de encajar en un festival «indie» (signifique eso lo que signifique). Nos sonaron a mezcla entre Manolo Tena y Amaral, pero con menos gracia. Ahora, lo dieron todo ante una parroquia escasa pero entregada.

Entre concierto y concierto, Dj Amable nos obsequiaba con una selección de temas muy en la onda de lo que íbamos a escuchar a lo largo de la (larga) noche. Y, así, desde una de las cómodas áreas de descanso, sentaditos en la hierba (¿hemos dicho ya que Santander Music es un lujo inusitado en el panorama festivalero?), la chica y los chicos de Triángulo de Amor Bizarro nos despeinaron los flequillos pero bien. A los gallegos se les nota su querencia/herencia shoegaze. El casi insoportable volumen sónico a lo My Bloody Valentine (pero sin tapones a la entrada, que somos del norte) así lo atestiguaba. Despacharon una gran canción tras otra casi sin tiempo para respirar. Joy Division/New Order, noise épico y grandes melodías. Conciertaco al límite timpánico.

Santander Music 2017

Triángulo de Amor Bizarro // Enrique Santiago

Y llegaba el gran nombre del cartel de Santander Music 2017: Los Planetas. Venían de un FIB donde no parecían haber quedado del todo satisfechos, así que pidieron a la organización 110 minutos para dar un bolo propio más que una actuación festivalera. Y vaya si acertaron ofreciendo un concierto como las musas mandan (algo que quizá cargó a los no «planeteros», pero que indudablemente deleitó a la gran mayoría de los 7.800 asistentes de ese día) . Una espiral de casi dos horas por las canciones del nuevo disco (comenzando por una fantástica «Islamabad», y es que vuelve la canción protesta), intercalando grandes clásicos («Segundo premio», «Un buen día», «De viaje»… -no todos, claro, hace tiempo que ya no caben-) y recuperando algunas canciones («Deberes y privilegios», «Montañas de basura») que hacía tiempo no se escuchaban en directo. Imperiales y vigentes 25 años después. Tan vigentes que nos llamó la atención que, para un grupo que comenzó hace más de 25 años, el publico abarcara varias generaciones. Lo de ver a jóvenes que casi no pueden votar berreando sus canciones de pe a pa quita más años que el Grecian 2000 (o el botox).

Santander Music 2017

Los 110 minutos de Los Planetas // Víctor Vélez

The Vaccines son tan previsiles como infalibles, uno de esos grupos que, por mil veces que los hayas visto, sabes que van a terminar recuperándote para su causa. Es decir, para la fiesta guitarrera y el cerveceo eufórico. Porque sí, son banda con alma de pub inglés, pero se conocen al dedillo los trucos para enfervorizar grandes multitudes al aire libre. Y, eso, cuando vas sobrado de temazos («Wreckin’ Bar ‘Ra Ra Ra'», «Teenage Icon», «Post Break-Up Sex», «Melody Calling», «All In White»…), es garantía de éxito. Tras ellos, era el turno de Delorean. Hay quien dice que ya no son lo que eran, ni siquiera en relación con su pasado cercano (el de ese pop electrónico con ecos houseros que, a fin de cuentas, siguen facturando), pero la verdad es que, si alguna vez perdieron el «mojo», podemos asegurar que van camino de recuperarlo. Y es que, ¿acaso no cerraban ellos la jornada con la misión de hacernos bailar? ¿Acaso no gastamos bien de zapatilla sobre la campa de la Magdalena? Pues eso, que misión cumplida.

Santander Music 2017

El viernes, exitazo de público con 7.800 asistentes // Víctor Vélez

SÁBADO 5 DE AGOSTO

De nuevo, el sábado tocaba madrugar (sí, estar presto y dispuesto a mediodía en un festival es «madrugar») para asistir a las «vermú sessions». Esta vez hicimos doblete… y hasta triplete, puesto que enlazamos los conciertos de Melenas (en la plaza del Cuadro) y Bigott (en la calle Sol) con la sesión de nuestro compañero de bi fm Optigan1 (¡cómo íbamos a perdérnoslo!) en el Escenario Hologramas, ese que sobrevuela la Playa del Camello, ya a la entrada del recinto festivalero. A pesar de que el cielo amenazaba lluvia (tras dos jornadas de tiempo fantástico), terminó de confirmarse: los escenarios callejeros y complementarios (¡y gratuitos!) de Santander Music son ya parte indivisible del evento. El aperitivo ideal.

Santander Music 2017

Nuestro compañero de bi fm Optigan1 con el mar de fondo // Santander Music

Pero… Finalmente se cumplió la amenaza y empezó a caer agua justo cuando arrancaban los conciertos de la tarde noche en la Campa de la Magdalena. Llovió. Bastante. Seguramente demasiado, desluciendo la potente última jornada. Desgracidamente, poco antes del concierto de Anni B Sweet tuvimos que volver a casa para secar nuestras ropas, volviendo (ya correctamente pertrechados) para la actuación de Lori Meyers. Sí, las grandes estrellas del cartel este 2017 eran sus paisanos Los Planetas, pero estos «granaínos» también congregaron a un numerorísimo público (7.500 asistentes) en el que fue el concierto del día. Demostraron una vez más su capacidad para mover masas, para hacer disfrutar, saltar, cantar y bailar con su rosario de hits que ya les ha consolidado como uno de los grandes del indie patrio. Eso, a pesar del chaparrón que, por suerte, dio tregua en las últimas canciones. Al final, hasta la habitualmente tranquila zona VIP parecía a reventar de gente desatada y toda su estructura botaba cuando acometieron «Mi realidad» o ese «Alta fidelidad» con el que cerraron por todo lo alto.

Santander Music 2017

Lori Meyers // Enrique Santiago

Con un muy bilbaíno sirimiri, hicieron su reaparición en Santander Music los vizcaínos Belako dos años después (aún se recuerda en Cantabria el conciertazo con el que arrasaron el Santander Music aquella vez). A punto de editar su inminente tercer disco, se hicieron los dos singles ya publicados («Render Me Numb» y «Over The Edge»), esos que nos tienen salivando y con ganas de poderlo escuchar ya enterito. Nos sigue admirando la complicidad entre sus jóvenes componentes y su naturalidad. Seguimos enamorados de su autenticidad, entrega y fuerza sobre el escenario. Celebramos que vayan incorporando escenografía (pilas de monitores de TV en este caso) y guiños de vestuario (esos plumas dorados de Lore -foto inferior, de E. Santiago- y Cris), detalles que van confiriéndoles hechuras de la «gran banda» que ya eran (ellos 4 solitos son capaces de llenar un escenario gigante sin más aderezo, ya lo han demostrado infinitas veces). Pero… Nos da un poco de miedo que su tendencia a la crudeza (que va potenciándose) les acabe llevando, tanto en voces como en instrumentos, al ruidismo. Es una opción sonora, desde luego, pero personalmente preferíamos el estilo más depurado de su debut («Eurie», 2013), en el que, precisamente, centraron su repertorio de este Santander Music -se hicieron «Sea Of Confusion», «Haunted House», «False Step» y muchas más-. En cualquier caso, qué lujazo contar con jóvenes bandas como esta. El futuro de la música está a salvo con ellos. ¡GRAN-DES!

Santander Music 2017

El futuro de la música está a salvo con gente como Belako (en la foto, Lore, bajista) // E. S.

La lluvia sí nos dejó disfrutar de La Casa Azul. Lo de Guille Milkyway es ya un misterio: sacó single adelanto («Podría ser peor») de su supuesto siguiente disco («La gran esfera») en octubre de 2016… y hasta hoy. Este verano se está haciendo una gira en toda regla, de festi en festi, pero ni rastro del nuevo álbum (parece que Elefant lo editará antes de final de año). Centrándonos en su directo en Santander Music 2017: como reza en su celebérrima «Esta noche solo cantan para mí», La Casa Azul siempre logra «que por un momento sea feliz«, es decir, que durante sus directos nos entreguemos al hedonismo y nos olvidemos de todo. En Santander volvió a hacerlo; a pesar de su notoria falta de voz (nunca ha sido su fuerte y siempre ha sido lo de menos, pero esta vez la cosa era preocupante) y a pesar de que ahora en formato cuarteto multinstrumentista (guitarra, batería, batería electróníca, teclados, bases…) y con un montaje supuestamente superior, llena menos el escenario.

Antes, con cuatro sencillas pantallas y casi él solo, montaba unas ingeniosas y coloristas fiestas audiovisuales que te hacían amarlo al instante por ser un adorable hombre-orquesta. Y, ¿qué decir del setlist? Muy corto. Porque tiene ya tantos temas que sus fans consideramos hits necesarios que es imposible contentar a todos. «Podría ser peor», «Chicle cosmos», versión al piano en solitario de «Como un fan», «No más Myolastan»… Echamos de menos muchos pelotazos. Eso sí, fin de fiesta con «La revolución sexual», ese temazo incontestable que tiene ya versiones en inglés, coreano o alemán y que, en 2008, nos hubiera dado, sí o sí, la añorada victoria en Eurovisión (si no hubiera sido por el Chikilicuatre).

Santander Music 2017

La Casa Azul, en formato cuarteto // Enrique Santiago

Bailamos mucho con Guille Milkyway, sí, tanto, que hasta los desprovistos de «emergency ponchos» secaron sus ropas. A partir de ahí, la lluvia cesó y el baile… continuó. Elyella Djs, su batería de hits, sus cañones de confeti y las ganas de remontar del personal propiciaron que la fiesta terminase por todo lo alto, en una sesión eminentemente pop, tan indie como discotequera, que resultó acorde con el lugar y las circunstancias. Y es que, entre concierto y concierto, el DJ de continuidad (Caballito) nos había descolocado un tanto con sus ritmos latinos. Un año más, abandonamos Santander Music plenamente satisfechos con este festival cómodo, amable, de formato medio, que cuenta con unos servicios y una atención idóneos, una zona de food trucks de nivel (mención especial a las hamburguesas de la Carnivan -¡peregrina allá donde anclen su caravana!-) y unas coquetas áreas de descanso dentro del recinto festivalero que son un auténtico lujazo. Ya han anunciado su décimo aniversario para 2018 (en fecha por concretar). Nosotros, allí estaremos para celebrar su primera década de vida. ¡Felicidades por adelantado, Santander Music!

Santander Music 2017

¡Lujazo de recinto festivalero! Deseando volver en 2018 // V. Vélez

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