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Alejandro Arteche

Cuando un boxeador golpea, lo que suena es Rock and Roll

La relación entre música y cuadriláteros viene de mucho más atrás que las batallas de La Voz, «el reality musical más cateto del mundo», según Alejandro Arteche, quien firma este repaso histórico a los grandes hitos del boxeo… y del Rock and Roll

 


La relación entre música y cuadriláteros viene de mucho más atrás que las batallas de La Voz, «el reality musical más cateto del mundo», según Alejandro Arteche, quien firma este repaso histórico a los grandes hitos del boxeo… y del Rock and Roll

 


 

El reality musical más cateto del mundo está en nuestro país. Una franquicia como muchas otras pero, mientras que en otros lugares tus «coaches» son Cee Lo Green, el cantante de Maroon 5 o Christina Aguilera, aquí te las tienes que ver con Rosarillo, Bisbal o Melendi. Lo siento, haber elegido muerte.

 

Para la segunda fase del concurso el decorado cambia y convierten el escenario en un gigantesco ring de boxeo con micrófono al aire incluido para el presentador. ¿Originales? Bueno, no tanto.

 

la voz ring batalla bifmLa Voz y sus batallitas

 

El boxeo y la música siempre han estado muy unidos. Ya en 1986 Billy Idol se subía a un ring para rodar el videoclip de «To Be a Lover» y en la década de los 70 una discoteca de Madrid tenía un cuadrilátero convertido en pista de baile. Nada nuevo bajo el sol. Grace Jones con una ceja partida en la portada de «Livin’ My Life«, El Vez vestido con calzones de satén en «Boxing With God» o el comienzo del «Girlie Show» de Madonna con bailarines boxeadores son muchos de los ejemplos que podemos poner para la perfecta comunión entre este deporte y la música, por no hablar de los paripés que hacía James Brown al final de los conciertos cuando se negaba a abandonar el escenario y los mánagers le perseguían para quitarle el sudor y ponerle un batín de satén como si de un púgil sonado se tratase.

 

Perfecta comunión que se refleja en «Rocky«. Imposible no relacionar al personaje de Silvester Stallone con «Gonna Fly Now«. Sus primeros compases son reconocibles para todos y aunque muchos no sepan el título de la canción o que la compuso Bill Conti y llegó a ser número uno en las listas de venta, este tema de claro corte «Philladelphia Sound» es ya un clásico en la historia de la música. Y no fue casualidad. No sé si con la saga Rocky se intentó repetir el fenómeno de James Bond y las canciones de cada película pero al igual que la composición de Bill Conti fueron muy famosas en secuelas de la serie «Eye Of The Tiger» de Survivor o «Livin’ in America» de James Brown.

 

rocky carne bifm«La carne es débil». Palabra de Rocky Balboa

 

Mientras esto ocurre en la prensa nacional, leo la noticia que la cantante del grupo leonés The Bright, Myriam Gutiérrez, debutaba sobre el cuadrilátero en una velada celebrada en su ciudad. Myriam llevaba poco más de un año entrenando y las declaraciones que ha dado sobre su afición y lo que para ella es el arte del boxeo a los medios de comunicación que se han hecho eco de la noticia de mujer+músico+boxeadora, han sido de lo más sensato que le leído en mucho tiempo. Por cierto, Myriam quedó vencedora. Enhorabuena.

 

Myriam no es el único músico que conozco en nuestro país que ha practicado boxeo de manera profesional o semiprofesional. En los años 80/90 El Pollo, miembro de grupos como Commando 9mm, entrenaba, competía y creo recordar que llegó a trabajar o tener un gimnasio propio.

 

Todo esto viene de muy atrás. En pleno éxito de su carrera pugilística, Cassius Clay graba para la multinacional CBS el lp «I Am The Greatest«. En realidad el disco se compone de poemas, desvaríos y recitados de Clay, algo que tenían que sufrir sus contrincantes mientras entrenaban para los combates ya que eran frecuentes las visitas de Clay con su cohorte de palmeros a los gimnasios víspera de las peleas para insultar, atacar y ridiculizar a sus oponentes antes de un enfrentamiento. Junto a su «Club de la Comedia» particular, una correcta versión del clásico soul «Stand By Me» completa esta bizarrada sonora.

 

cassius clay i am the greatest bifmCualquiera se lo discutía…

 

Y no ha sido el único boxeador que se ha puesto delante de un micrófono. Joe Frazier llegó a grabar temas de Van McCoy nada más y nada menos que para la Motown y en España Perico Fernández, bajo la tutela de Tony Ronald, dejó para la posteridad un grandioso single con título profético: «Fuera de combate«. Que yo sepa, Perico es el único caso en España de boxeador conocido con (pequeña) carrera musical, aunque Urtaín tuvo su himno en la voz gitana de Dolores Vargas «La Terremoto» y un explosivo single llamado «Urtaín, el KO y olé«.

 

La relación entre música y boxeo está muy ligada a los combates. Es habitual que para hacer sus entradas en el ring, los púgiles elijan música que acompañe su paseo hasta el cuadrilátero. Curiosamente, cuando voy a ver campeonatos y exhibiciones, me he dado cuenta que tiran mucho del «Thunderstruck» de AC/DC y «Du Hast» de Rammstein y también suele caer algo de Prodigy. Resulta curioso lo anclados en los 90 que se han quedado en el tema música los aspirantes a estrellas del boxeo y artes marciales. Lo que no he visto nunca ha sido a nadie que haya hecho la gracia de subir al ring con la música de «Rocky». ¿Prejuicios? ¿Pudor?

 

Para entender la unión del boxeo y la música no hay mejor ejemplo que ver «Cuando fuimos reyes«, el documental estrenado en 1996 sobre el combate/espectáculo organizado en 1974 en Zaire entre George Foreman y Muhammad Ali. Además del combate en sí, el festival en el que estaba metido el carismático promotor Don King (que terminó tiempo después como mánager de Michael Jackson) reunía a una serie de artistas que actuaron varias noches en las previas de la pelea. Lo mejor de la música negra se reunía a la sombra de los dos púgiles para dar unos conciertos inolvidables. Miriam Makeba, James Brown, BB King, The Spinners, Fania All Stars o Celia Cruz fueron algunos de los artistas que viajaron a Zaire con todo su séquito.

 

ali foreman zaire bifm«¿Y ahora qué hago, Melendi?»

 

Las secuencias musicales en el documental son más bien escasas y casi testimoniales pero la importancia que tuvo el apartado musical en todo el tinglado pugilístico (la concentración de artistas llegó a calificarse como el «Black Woodstock«) hizo que al final se realizase un documental paralelo con los rollos de película descartados del original y solo con las actuaciones musicales bajo el título de «Soul Power«.

 

Hace pocas semanas comenzaba mi colaboración con una conocida sala de conciertos para pinchar de manera esporádica en ella. El día que hacía mi «debut» coincidía mi llegada al local con que en la sala sonaba «Hurricane«, la canción que Bob Dylan dedicaba al boxeador Rubin Carter en la década de los 70. ¿Casualidad? Puede ser. «Hurricane» es una de mis canciones favoritas de Dylan, sobre todo porque me recuerda al verano en que se convirtió en número 1 y sonaba a todas horas en la radio. Otro número uno de la música pugilística, «The Boxer» de Simon y Garfunkel, vuelve a estar de actualidad por la versión que acaba de grabar el cantante country Jerry Douglas en su nuevo disco «Traveller«.

 

En su maravillosa versión vaquera, Jerry Douglas ha contado con la colaboración de la banda del momento, Mumford & Sons, así como del autor del tema, Paul Simon. «The boxer» es lo que se puede denominar como canción perfecta, que la hagas como la hagas siempre suena bien. Incluso en la versión en castellano que el trío Laredo publicó en nuestro país en 1978, y eso que la adaptación de la letra corrió a cargo de un joven casi adolescente Miguel Bosé.

 

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