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Así me intentaron timar buscando pisos de alquiler en Bilbao

Pisos en la zona del Ensanche de Bilbao

Una historia real de identidades suplantadas, webs clonadas, selfies robados, ofertas irrechazables y pagos por adelantado.

Pisos en la zona del Ensanche // BI FM
Una historia real de identidades suplantadas, webs clonadas, selfies robados, ofertas irrechazables y pagos por adelantado. Una muestra de que, por muy mal que estén las cosas, siempre habrá quien trate de empeorarlas y aprovecharse de ti.

Lo que voy a relatar a continuación es 100% real. Tanto, que puedo contarlo íntegramente en primera persona, pues le ocurrió a este humilde plumilla hace tan solo unas semanas.

Por cosas de la vida, a comienzos de marzo me puse a buscar piso. De alquiler. En Bilbao. Hacía años, una década casi, que no me enfrentaba al mercado inmobiliario. Entonces ya estaba mal el asunto, con precios por las nubes en el caso de la compraventa (aunque menos, tras la explosión de la burbuja) y con alquileres que, a poco que te descuidaras, podían acercarse peligrosamente a los 1.000 euros (imposibles, en definitiva).

La plaza Moyua, en Bilbao

Aquí no hay quien viva // BI FM

Hoy, siendo consciente de que el panorama tampoco es que fuera más halagüeño (los precios de venta llevan recuperándose desde 2016, mientras que los arrendamientos son cada vez más escasos y prohibitivos -¿será por el auge de los tan lucrativos alquileres turísticos?-), cogí aire y dije «al toro». Total, ¿que podía pasar? ¿Que acabara como Juan José Padilla?

Descargué en mi móvil la app de Idealista, una de las más cómodas a la hora de buscar piso. Instalé también las de Fotocasa, Milanuncios, etc… pero me centré en la primera. Tampoco me dio tiempo a trastear con las otras, la verdad. A la primera de cambio, zas, una cornada.

Ordené las búsquedas por precio, de menor a mayor. Había viviendas a partir de 600 euros al mes: Estudios sin dormitorio, bajos interiores, cuevas del pleistoceno, cajas de cerillas. Sabía que por ese precio iba a ser difícil, así que miraría opciones más caras, qué remedio. Sin embargo, hubo un anuncio que llamó mi atención: «Alquiler de piso en calle Colón de Larreátegui, 38, Ensanche-Moyua, Bilbao«. Joer, más céntrico, imposible. 87 metros, tres habitaciones, reformado… ¡Buf! Sonaba muy bien… «demasiado» bien. Contacté vía whatsapp un jueves por la noche. El viernes, antes de las 9, ya tenía la respuesta.

Plaza Jado (Bilbao)

No está mal la zona, no // BI FM

«El precio es de 600/mes, muy importante, las utilidades: comunidad, luz, agua, están incluidos en el precio + 1 plaza de parking«. ¡ADIÓS! ¿Con garaje? Increíble. Quise saber más, porque tenía que haber gato encerrado… o una explicación lógica y creíble. «Mi nombre es Margaret B., soy del Reino Unido, tengo 69 años y regresaré a mi país porque están mis hijos y el resto de mi familia«. Vaya, normal, me dije, pero, ¿por qué tan barato? «Alquilo el apartamento a este precio porque quiero pagar la hipoteca, no es un negocio para mí«, me respondió a través del chat.

Yo lo veía todo ideal, claro, y hasta cierto punto verosímil, pero no podía evitar sospechar. Una mujer extranjera, jubilada, sin familia en el país… lo abandona dejando un piso… ¿hipotecado? ¿Para qué? Si no lo quiere para vivir y no lo quiere para hacer negocio… ¿qué sentido tiene? Y a esa edad… No me cuadraba.

«¿Puedes decirme un poco más sobre ti? ¿En qué trabajas? ¿Cuántas personas vivirán en el piso?», contraatacó Margaret. Le expliqué. Me contestó, volviendo a recordar las condiciones… y añadiendo el modo de pago: A través de «TripAvisor» (sic). Ostras, una señora británica que teclea en perfecto castellano, pero que mete la gamba a la hora de escribir una palabra en inglés. Me volvió a chocar. «Sí, conozco TripAdvisor«, le respondí, «cuéntame más«, solicité, convencido de que estaban tratando de timarme. Pero, claro, quería saber cómo.

Colón de Larreátegui, Bilbao

El número 38 no anda muy lejos // BI FM

«Para reservar TripAvisor (sic) pide pagar los primeros 2 meses de alquiler y también una fianza de 600€«. Vamos, algo bastante habitual en una inmobiliaria al uso. ¿Qué más? «Dejé las llaves con un agente, tuve el piso alquilado a través de ellos en los últimos años y solo obtuve críticas positivas«. Ajá. Sigue sin haber nada extraño, en este aspecto, por mucho que TripAdvisor sea una plataforma de alquiler vacacional, normalmente. Y una web segura, todo sea dicho. «El pago se hace dentro de la plataforma con la tarjeta. Si estás realmente interesado, te explico mejor«. A esas alturas el piso me da igual, pero no puedo estar más interesado en que me explique. Dale, ¿Margaret?

«Primero tienes que hacer una reserva. Una vez realizada, TripAvisor (sic) te enviará una notificación con los detalles. A continuación, solicitará su confirmación de pago para los dos primeros meses y fianza (1200€ + 600€). El depósito estará en la platafoma. Un agente se pondrá en contacto y le mostrará el piso. Si usted decide alquilarlo, firmarás un contrato para larga temporada (con el que te podrás empadronar). Si decides no alquilarlo, TripAvisor (sic) le dará un reembolso completo en el mismo día (1800€)«. Mmm, vale. Mucho pedir pagar esa suma por adelantado, pero, recuerden, la oferta es irrechazable y TripAdvisor, una página con todas las garantías.

Junto con la explicación, se adjunta un enlace a TripAdvisor. Pincho. Salen las fotos del piso y la misma descripción que vi en Idealista el día anterior. Todo en orden. Hago scroll y veo los comentarios. Todos positivos. La vivienda es maravillosa, Margaret es un encanto y Moyua está preciosa con sus flores. Idílico. Tiene que haber algo raro. Pincho en el logo de TripAdvisor. No me lleva a la página de inicio. Intento desplegar el menú lateral. No funciona. Uy. Reviso la url: «www.tripadvisor.com.inmsus.com«. Ahí está, es una web clonada, alojada en otro servidor.

El supuesto anuncio en «TripAdvisor» // BI FM

Durante mi conversación con Miss Anfitriona 2019, he recibido un email de Idealista: «El anuncio que has contactado: (código de anuncio 84668XXX) ha sido desactivado por considerarse sospechoso. Te recomendamos no mantener cualquier comunicación con este anunciante y jamás efectuarle pagos. Para esta o cualquier otra situación, es importante que no adelantes ningún importe sin haber visitado el inmueble«. No me digas. Vuelvo a Idealista. Ya no está el anuncio. A ver, Margaret, qué pasa aquí.

«El piso todavía está disponible, solo lo quité de Idealista«, me asegura. «Entenderás que suena todo un poco raro«, le respondo, convencido de que desistirá en su intento de fraude. Nada más lejos de la realidad. «Para ver quién soy, te enviaré mi pasaporte y una selfie con el documento en la mano. No quiero convenirte a alquilar mi piso, pero quiero convencerte de que soy una persona honesta«. Ya, y yo soy el sha de Persia.

La verdadera Margaret // BI FM

Esto ya es demasiado. A saber quién es esa pobre señora de las fotos, la verdadera «Margaret B.» (hemos difuminado su rostro y datos para proteger su identidad). «El link de TripAdvisor no es real. Es una web clonada«, aseguro ya sin tapujos. Fin de la cita, que diría aquel. No vuelvo a recibir respuesta alguna.

DE MOYUA A SAN MAMÉS, DE REINO UNIDO… A ALEMANIA

Cuando me interesé por el piso de Colón de Larreátegui, también lo hice por uno situado en la esquina entre Sabino Arana y Jesuitas. 450 euros. Inaudito, sí… pero el anuncio estaba a nombre de una inmobiliaria. Contacté desde dentro de la aplicación, no por whatsapp. Respondieron por email. Pero, antes, recibí esto desde Idealista:

«Aunque el anuncio había sido publicado por una agencia hemos comprobado que un tercero con el que no guarda ningún tipo de relación ha accedido de manera fraudulenta a su cuenta de correo (…) Por ello, confirmarte que si recibes algún contacto ofreciéndote un inmueble en unas condiciones demasiado ventajosas y desde un correo que no se corresponda con el de la inmobiliaria será sin duda un fraude«. Y así fue.

¿450 euros… ahí? // Google Maps

«El piso está totalmente reformado, amueblado con muebles nuevos y con todas las comodidades necesarias y una plaza en el aparcamiento incluida en el precio«, arrancaba el mensaje de un tal José. «Es un apartamento en el que se admiten mascotas. El alquiler es de 450 euros mensuales (gastos incluidos: agua, luz y comunidad). No busco hacer negocio sino una persona seria para alquilar mi casa a largo plazo«. ¿Os suena?

Estaba claro que era nuestra amiga Margarett, adoptando ahora el seudónimo de Alfredo Landa en aquella mítica película llamada «¡Vente a Alemania, Pepe!». ¿Que por qué lo digo? Por esto: «Estoy actualmente en Alemania por mi trabajo y estaré aquí durante los próximos 3 años«. Pues no te olvides de probar los bratkartoffeln, los labskaus y, en especial, los kieler sprotten, Jose. A ver, ¿cómo hay que dejarse robar, esta vez? «La propiedad está administrada por Airbnb (es una empresa y una plataforma de software dedicada a la oferta de alojamientos a particulares y turísticos). Airbnb se encargará de todo el proceso. Si hay interés de su parte, podemos seguir adelante y brindarle todos los detalles«. Danke… pero creo que esta vez paso.

¿Alguien quiere compartir piso conmigo?

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