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Ruido y turistificación en la Parte Vieja de Donostia

Parte Vieja

Un bar cada 25 habitantes. Vecinos que se marchan. Hablamos con Xabier Arberas, de la asociación Parte Zaharrean Bizi, sobre cómo afecta el boom del turismo

La Parte Vieja, trasiego de turistas // Lorena Ottero
Un bar cada 25 habitantes. Vecinos que se marchan, cansados de aguantar tanto ruido y tanta fiesta. Hablamos con Xabier Arberas, portavoz de la asociación Parte Zaharrean Bizi, sobre cómo afecta el boom del turismo

Xabier Arberas se cobija bajo la única sombra que ha encontrado en la explanada de la basílica de Santa María del Coro. Ubicado en el cruce entre la calle Mayor y la calle 31 de agosto, estamos en el epicentro del turismo en la Parte Vieja de San Sebastián. Aquí los turistas campan a sus anchas, sobre todo cuando, en los días templados, el sol se esfuma, la luna sube al cielo y la escalinata se convierte en la ampliación de la terraza de los bares Atari y Sirimiri. Xabier vive al otro lado del barrio, en el ensanche oriental del casco histórico que mira al río y que se construyó 100 años después del incendio y destrucción de la ciudad en 1813.

Aunque nació en Andoain, vive en la Parte Vieja desde 1994 y es el portavoz de la combativa asociación Parte Zaharrean Bizi. Nada más llegar nos entrega un informe en el que se describe con pelos y señales el impacto acústico que sufren los vecinos del barrio. Viene de pegar carteles con otra compañera del colectivo. «El ruido es descomunal. Se superan todos los parámetros legales de manera constante y continua», denuncia.

Xabier Arberas

Xabier Arberas, huyendo del sol (y del ruido) // Lorena Ottero

Al ruido se le suman la suciedad, la pérdida de comercio local, la desaparición de la vida de barrio, las franquicias, las tiendas de souvenirs, heladerías con alma de multinacional, la subida imparable de los precios… Una serie de factores que colocan el boom turístico en el punto de mira y hace que cada vez sea más engorroso vivir en lo Viejo, como coloquialmente se le conoce a la zona. ¿Te has planteado alguna vez marcharte de aquí? “Sí, como muchos otros vecinos. En el año 2004 vivíamos 6.400 personas y en agosto de 2017 éramos 5.843. Y la previsión es que en 10 años vivamos 400 personas menos”. Durante la entrevista, Xabier Arberas desliza dos o tres veces una suerte de mantra que viene a ser la siguiente: no, no estamos en contra del turismo y el que opine de esta manera está desviando el foco de atención.

¿Hemos perdido la perspectiva con respecto al fenómeno del turismo? Baroja ya escribió en su libro El País Vasco (1953) que Donostia era “la ciudad más turística de España”, y que estaba llena de “fonderos y fondistas”.

De Biarritz a Zestoa hay turismo desde hace dos siglos. Nadie niega que la costa vasca haya sido toda la vida la zona de veraneo de la gente pudiente de Europa. Pero hay un fenómeno nuevo y que en la costa de Iparralde es muy preocupante. He estado una semana en San Juan de Luz y estoy alucinado: no hay ningún rincón que no esté ocupado por un hotel, un camping o un establecimiento turístico.

Ruido en Donostia

Cartel en contra del nivel de ruido // Lorena Ottero

¿La Parte Vieja ha cambiado más en 5 años que en 25?

Algunos dicen que la Parte Vieja siempre ha sido así, pero eso no es cierto. Lo que he ido percibiendo poco a poco es que se ha convertido en un espacio de ocio en el que se puede hacer cualquier cosa. No queremos que nos echen. Queremos vivir aquí. Hay una degradación evidente.

¿Desde cuándo notas el cambio? ¿Desde el fin de ETA en 2011 y la llegada masiva de turistas?

Más o menos el boom turístico viene a partir de 2008, pero esto es una percepción personal. El propio plan de turismo del Ayuntamiento, en el capítulo dedicado a la Parte Vieja, habla de la banalización del paisaje, de que las calles se parecen cada vez más a las de otras ciudades turísticas…

Al menos el debate ha cambiado radicalmente: hemos pasado de la violencia en las calles de lo Viejo al monotema del turismo y todos los efectos que acarrea.

Es un argumento que se suele utilizar recurrentemente, al igual que el de la droga. La hostelería suele decir que han sido ellos los que han sacado la droga de las calles, pero desgraciadamente el panorama real no es así. Se sigue consumiendo, pero de otra manera.

San Sebastián

La calle Mayor, en la Parte Vieja // Lorena Ottero

¿Por qué decidisteis constituir una asociación?

No representamos al barrio, sino que simplemente somos un conjunto de personas que reivindicamos el derecho a vivir en nuestro barrio. Tenemos un establecimiento hostelero por cada 25 habitantes. No hay ningún portal que no esté afectado por la hostelería. Ya en el año 2000 Odón Elorza (exalcalde socialista) puso en marcha una ordenanza sobre la saturación de los establecimientos hosteleros: había 1 por cada 166 habitantes. La pregunta del millón es qué ha pasado estos años.

¿Cuál es tu teoría?

Se han vendido un montón de locales que los hosteleros utilizan como almacenes; se han comprado sótanos para cocinar; primeros pisos para pensiones…

(Interrumpo) El otro día se inauguró un nuevo hotel en lo Viejo por todo lo alto, con todo tipo de personalidades públicas y conocidas, estaba hasta el alcalde. ¿No es excesivo?

No. Es coherente desde el momento en el que el principal promotor de la marca turística de la ciudad es el propio ayuntamiento.

Parte Vieja donostiarra

Xabier Arberas, el último vecino // Lorena Ottero

¿Cuántas camas turísticas calculáis que hay en toda la Parte Vieja?

De las más de 80 pensiones que hay en todo Donostia, 60-61 se encuentran aquí. En el estudio que hicimos el año pasado localizamos 270 pisos turísticos que unidos al resto de alojamientos tradicionales nos da una cifra de 1.600 camas. Es cuatro veces más que el ratio de 6,7% -porcentaje de camas turísticas respecto a camas residenciales- que estableció Ada Colau en Barcelona. Al mismo tiempo tenemos 453 casas vacías, que es otro gran problema.

¿Qué te parece la ordenanza de los pisos turísticos que se ha aprobado este año?

¿De qué sirve una buena norma si no tienes los medios adecuados para que se cumpla? Para toda la ciudad solo hay 15 agentes municipales de la Unidad de Control de Ordenanzas Municipales (UCOM), ¡15!

¿Se está gentrificando la Parte Vieja o aún es pronto para eso?

La política de vivienda actual, que segrega por edad y por renta, está provocando que la gente se vaya a vivir a la periferia; tenemos una población envejecida, perdemos habitantes, faltan equipamientos… No hay gentrificación, pero como no hagamos algo pronto la habrá. Al proceso degenerativo de la Parte Vieja se le suma el proceso de turistificación.

Ruido en San Sebastián

Los peligros de la turistificación // Lorena Ottero

Desde el ayuntamiento se suele decir que Donostia está muy lejos de Barcelona en términos turísticos.

Yo no quiero que me digan que esto no es Barcelona, sino las medidas que van a adoptar para que no llegue a ser Barcelona. Tenemos todos los ingredientes para que así sea.

Cada vez más donostiarras evitan entrar a la Parte Vieja en los meses de verano. Está saturado. No apetece.

Es normal. Los precios son más caros, los horarios cada vez están más afrancesados… Hay una deslocalización gastronómica. Pronto veremos cómo los productos de los bares no estarán cocinados en el propio establecimiento: vendrán del macro o de otro catering.

¿Con qué tres o cuatro medidas se podría revertir la situación y hacer de lo Viejo un lugar más habitable?

En primer lugar, haría falta una mesa ciudadana en la que participen todo tipo de agentes sociales, económicos, culturales, etc. No se debería conceder ninguna licencia más al sector terciario, ni siquiera a una peluquería; debería haber un parón y ver así lo que se puede hacer. Hay que dotar de equipamientos al barrio, una política de vivienda dirigida a los jóvenes, garantizar los servicios sociales a una población que está muy envejecida…

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