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Los maravillosos grupos locales del Bilbao de los 80 vuelven a los escenarios

Neurastenia 80’s reunirá el próximo viernes, 14 de marzo, en la sala Cúpula del Teatro Campos de Bilbao a bandas de la nueva ola bilbaína de los primeros 80 como Zarama, Los Santos o Rufus en un concierto único e irrepetible


Neurastenia 80’s reunirá el próximo viernes, 14 de marzo, en la sala Cúpula del Teatro Campos de Bilbao a bandas de la nueva ola bilbaína de los primeros 80 como Zarama, Los Santos o Rufus en un concierto único e irrepetible


 

En 1983, la escena musical bilbaína era de las más ricas y variada de todo el país. No solo hablamos de grupos de rock, jevi, siniestros, punk, pop, tecno… sino de una floreciente red de locales, publicaciones, programas de televisión y radio y agitadores culturales. Entonces ¿qué ocurrió para que poco o nada de esto lograra traspasar las fronteras del País Vasco?

 

Poco antes se había intentado vender el llamado «Donosti Sound«, un movimiento tras el que estaba la mano del promotor de conciertos Santi Ugarte que logró que grupos donostiarras como Puskarra o UHF llegaran a grabar en multinaciones pero de la misma forma que aparecieron, desaparecieron.

 

El siguiente objetivo parecía ser Bilbao y en sus grupos pusieron el punto de mira los popes madrileños de la modernidad. Un comando de RTVE llegó a la ciudad dispuesto a grabar para el programa «Caja de ritmos» videoclips de grupos que acababan de editar singles en los recientemente instaurados sellos independientes. Lavabos Iturriaga y Los Santos fueron los elegidos y, junto a ellos, las Vulpess. El resto, es historia. Un single editado demasiado tarde por un sello madrileño, actuaciones con un resultado no demasiado afortunado en el templo de la modernidad madrileño Rock-Ola, apariciones en periódicos y revistas de tirada nacional como Interviú y un escándalo mal gestionado (ni Bilbao era Londres ni Vulpess eran Sex Pistols para hacerse de oro escandalizando a las masas a pesar de tener un mánager apodado McLaren como el de los ingleses) es todo el recuerdo que queda de aquello.

 

vulpess vertical300 bifmTras las inundaciones de verano de 1983 que arrasaron la ciudad, Bilbao tardó poco en emerger del fondo pantanoso de la ría y antes de terminar el año el número de bares y salas donde poder disfrutar de música local, nacional e internacional en directo había crecido, cada vez había más grupos musicales y para diciembre de ese mismo año en la ciudad estaban censados más de veinte fanzines que cubrían prácticamente todo el espectro musical del Botxo.

 

A todo esto le sumamos el apoyo de las emisoras de radio con programas especializados, tanto emisoras piratas como Txomin Barullo o JMC Radio como emisoras legales. Radio Euskadi en horario de noche entre semana y tarde los fines de semana cubrían absolutamente todos los conciertos, actividades y grupos, por pequeños que estos fuesen, en programas como «Local de ensayo«. Revistas como «Muskaria» o «Chivato» y los suplementos de los viernes de «La Gaceta del Norte«, «Egin» y «El Correo» cubrían la cuota institucional. Incluso TVE en su desconexión al mediodía cedía el magazine «Café Panamá» para que los grupos hicieran playbacks de sus singles o maquetas y organizaron concursos de grupos locales. Entonces… ¿Qué pasó para que la «Movida Bilbaína» no triunfara y tuviese la misma repercusión que la madrileña o la de Vigo teniendo grupos musicales con tanta o más calidad? La respuesta viene dada por Javier Corral, «Jerry«, uno de los periodistas musicales que más hicieron por la música bilbaína en los 80 al frente de su programa en Radio Popular «Dios salve a los maravillosos grupos locales».

 

«El problema quizá fue que ninguna de aquellas bandas tuvo una vida consistente. Había algunas buenas ideas, pero casi sin tiempo para desarrollarlas. Faltaron propuestas sólidas y duraderas como la de Siniestro Total en Vigo. Rufus o Los Santos lo intentaron, incluso publicaron en sellos estatales, Como Huele podía haber trascendido más, de haber continuado… Madrid mandaba mucho. Y luego vino el Rock Radikal Vasco y se lo comió todo«, dice Jerry.

 

 

A pesar de contar con dos sellos discográficos locales, pocos son los grupos que consiguieron grabar. Discos Suicidas y Ganga Records editaron los trabajos de Lavabos Iturriaga, Los Santos, Impecables, Como Huele, Billy el Niño y los Fantasmas del Pasado y poco más. «Romances y aventuras«, el LP que Como Huele facturó para Ganga en 1984 podía perfectamente haber competido con los debuts que Dinarama o Golpes Bajos habían editado meses antes y el pulcro directo e imagen que la banda tenía no hubiera desentonado encima del escenario de «La Edad de Oro«, pero solo Los Santos fueron los que más lejos llegaron grabando para un sello nacional como Fonomusic, entrando en listas de 40 Principales y actuando en Rock-Ola. Por supuesto no nos podemos olvidar de Eskorbuto, que no solo grababan para el sello independiente por excelencia, Dro, sino que llegaron a aparecer en «La Bola de Cristal«.

 

De toda aquella emergente y rica escena solo queda un disco recopilatorio, «Sintonía independiente«, publicado en las navidades del 83 por Suicidas y donde, además de unas extensas biografías interiores encontramos el legado de bandas de gran calidad como In Extremis, Médanos de Singapur, Rufus, Isidoro y su Colección de Puertas Plegables, Nueva Religión o Los Impecables. Curiosamente, al poco de publicarse este disco gran parte de los grupos aparecidos en él se habían separado por desidia, falta de expectativas o imposibilidad de crecer más artísticamente. Hoy, tanto este disco como los trabajos individuales editados por Ganga y Suicidas son imposibles de encontrar si no es por la red en ripeos de no mucha calidad y solo algún tema suelto de grupos como Nueva Religión o Lavabos Iturriaga (recuperados por el sello Munster en el recopilatorio sobre dark pop y post punk español ochentero «Sombras«) o la caja conteniendo la colección en edición facsímil de la revista Muskaria, es de lo que puede echar mano alguien que en el siglo XXI quiera ver como era la «Movida Bilbaína» de los años 80.

 

¿Por qué no triunfó en el resto del país como, por ejemplo, sí lo hizo la gallega cuando ésta solo se centraba en cuatro grupos de Vigo que, además, estaban prácticamente asentados en Madrid? La respuesta es clara: una falta total de apoyo institucional. Jamás nadie de Diputación o Ayuntamiento quiso saber nada de la música local. Aquí no hubo hermanamientos con Madrid, ni trenes cargados de músicos, pintores y diseñadores viajando a costa de los erarios públicos. Habría que esperar hasta la aparición del Rock Radikal Vasco y su uso político por parte de la izquierda abertzale y, una década después, al Getxo Sound con un Ayuntamiento local subvencionando discos, giras, autobuses y todo lo habido y por haber a grupos de niños de familias bien de la margen derecha que estudiaban en colegios y universidades privadas, cantaban en inglés y su pensamiento estaba más cerca de Seattle que de su pueblo natal que les patrocinaba y al que, supuestamente, debían promocionar.

 

Curiosamente en estos más de 30 años que han pasado desde que Bilbao fuese un hervidero de tendencias artísticas y musicales no ha habido ningún amago de recuperar la esencia o rendir tributo a una de las épocas más ricas, creativas y divertidas de la ciudad. Aquí no ha habido reunión de viejas glorias, ni musicales en teatros conmemorando nada, ni festivales de ningún tipo a pesar de que treinta años después en algún bar nocturno alguien se atreva a volver a pinchar «Revistas del corazón» de Rufus y a más de un cliente se le remueva algo por dentro al llegar al estribillo o que cuando en sus incursiones con su actual proyecto musical Bilillo y los Suyos, el que fuera cantante de Los Santos recupere «Tú, tú, tú» y las primeras filas sigan cantándola de principio a fin. Al menos hasta hoy.

 

 

Ha tenido que ser otro miembro de Los Santos, el guitarrista Alberto Arzúa, el que con motivo de la publicación de su libro de relatos «Neurastenia» se pusiera en contacto con el periodista Javier Corral para organizar la presentación del mismo. Javier Corral se encarga actualmente del ciclo «Izar & Star» donde se organizan conciertos de bandas que homenajean a otros músicos (We Are Standard interpretando a The Clash o la noche homenaje a Lou Reed a cargo de Rafa Berrio o Sonic Trash, entre otros). Según nos cuenta Jerry, la idea era reunir a bandas bilbaínas de la época de Los Santos y, aunque todo ha sido hecho con muy poco tiempo y en el tintero se han quedado muchos nombres, al final el cartel es un apasionante ejercicio de nostalgia donde será posible ver de nuevo encima del escenario de la sala Cúpula del centenario Teatro Campos de Bilbao a músicos de Los Santos, Zarama, Impecables, Rufus, Cuestión de Costumbres, Isidoro y su Colección de Puertas Plegables o Fase. Algunos músicos tocarán en acústico y otros lo harán con el apoyo de Long Boards, el actual proyecto de surf instrumental de Alfredo (Isidoro y…) como banda base del concierto.

 

izar star neurastenia cartel bifmJavier Corral piensa que esto solo puede ser el comienzo y que, si tiene éxito, sirva como ensayo para una nueva reunión dentro de unos meses donde se amplíe la lista de nombres. ¿Quién sabe? Bilbao es una ciudad que ha pasado de ser gris e industrial a convertirse en cuna de cultura y arte. Museos reconocidos en todo el mundo, salas de exposiciones, turistas y famosos por doquier… ¿No sería, treinta años después, una buena idea hacer un repaso a la memoria histórica artística bilbaína en alguna sala de exposiciones o, por qué no, en el propio Guggenheim? Taller de Imagen o Pablo Cabezas fotografiaron a todo bicho viviente de la época mientras pintores como Francis de Blas convertían a Cande, Betty, Rafita y tantas otras crestas y pelos cardados que paseaban por la Gran Vía bilbaína en modelos de sus coloristas cuadros. Hay videos, fotos, maquetas, revistas, conciertos… una ingente cantidad de material cultural que ya es hora que sea debidamente catalogada y se le reconozca la importancia histórica que tuvo en su momento para conseguir que una ciudad opresiva, gris y lluviosa como eran entonces Bilbao, fuese un poco más amable para muchos de los que entonces la habitaban.

 

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