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Ocio y cultura

Azkuna Zentroa acoge cada noche en su azotea un “Aquelarre eléctrico”

Aquelarre eléctrico, en Azkuna Zentroa

Desde las 20 h., la obra del artista Néstor Lizalde “da vida” a la peculiar arquitectura a cielo abierto de la última planta del centro cultural bilbaíno

Aquelarre en la azotea de AZ en Bilbao // AZ
Desde las 20 h., la creación del artista Néstor Lizalde “da vida” a la peculiar arquitectura a cielo abierto de la última planta del centro cultural bilbaíno, formada por 44 arcos

La llamada “terraza” (en realidad es toda la azotea) de Azkuna Zentroa Alhóndiga Bilbao acoge desde este mes un “Aquelarre eléctrico” cada noche. Los 44 arcos a cielo abierto de la última planta del centro sirven de marco para una obra de arte electrónico que se desarrolla en permanente directo. Gracias a 152 filamentos verticales de luz instalados entre los arcos (en total, más de 1 kilómetro de material) y a un sistema informático de algoritmos variables, sobre la propia arquitectura se van definiendo patrones de iluminación cambiantes, a los que se une un potente sonido ambiente (que también está “vivo”, variando al ritmo del comportamiento lumínico de la instalación), lo que intensifica la experiencia y la inmersión del visitante.

Esta “instalación lumínica” es obra del creador experto en arte electrónico y nuevos medios Néstor Lizalde (Zaragoza, 1979), quien nos explica que su “Aquelarre eléctrico” pretende “evocar en el espectador aquello que ya navega bajo su conciencia y que normalmente permanece oculto”. El objetivo es dejar todo eso fluir libre en este mágico y misterioso entorno que Lizalde ha creado, gracias a este “fuego eléctrico” que cobra vida sobre la arquitectura de la azotea (que es el verdadero lienzo de la obra).

Aquelarre eléctrico, en Azkuna Zentroa

44 arcos «alterados por un fuego eléctrico» // Azkuna Zentroa

Este “espacio alterado” bajo el cielo en pleno centro de Bilbao, se podrá visitar hasta enero del próximo año 2020, todos los días en horario de 20 a 23 horas en la terraza de AZ y con acceso gratutito. Y, como buen aquelarre, su creador propone vivirlo “bajo el manto de la noche”, para que realmente la experiencia funcione “a modo de ritual”. Incluso, si llueve o ha llovido, mejor, ya que con el espacio mojado “las luces se multiplican en el suelo como un espejo de agua a medio camino entre la realidad y la ensoñación. Es hermoso y espectacular”, promete. Es más, dado que la obra será diferente en cada momento, se puede visitar varias veces, en horas distintas y con distintas climatologías, ya que cada experiencia será única.

“Aquelarre eléctrico” es una obra diseñada de manera específica para Azkuna Zentroa. Para su creación se ha desarrollado un hardware propio que cubre, a modo de exoesqueleto, la terraza de Azkuna Zentroa. “Hay mucha electrónica, y un ordenador que ejerce de cerebro del sistema, pero los materiales que percibe el visitante finalmente son la propia arquitectura y esta luz peculiar”, resume Lizalde.

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