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Personajes

La Semana Santa de Bilbao, desde dentro

Semana Santa en Bilbao

¿Quiénes son? ¿Cómo funcionan? ¿Qué sienten? ¿Por qué lo hacen? Acompañamos a la Cofradía de Santiago Apóstol durante sus días más importantes del año.

No, no los busques en el súper // BI FM
Acompañamos a la Cofradía de Santiago Apóstol durante los días previos a su procesión, la de La Esperanza, que también realizamos, recorriendo el centro de la Villa. ¿Qué y quiénes están detrás? ¿Cómo funcionan? ¿Qué sienten? ¿Por qué lo hacen?

Miércoles, 17 de abril de 2019. Nos hallamos en mitad de la Semana Santa, así que los chavales no tienen clases, mucha gente anda de vacaciones y, por lo menos, la mitad de la población ha huido de su lugar de residencia para pasar unos días de descanso (o no) en otro lugar. Bilbao no es ajena a la tendencia y sus calles, abarrotadas, experimentan una curiosa mezcla de lugareños y turistas, muchos de los cuales ni imaginan que la Villa cuenta estos días con numerosas procesiones y actos conmemorativos de la «Pasión».

Y es que, a diferencia de otras ciudades donde capirotes, cirios, vírgenes y cristos son todo un atractivo turístico, en el Botxo siguen tirando más los pintxos y el Guggenheim, también durante estas fechas. «Seria y austera», como la definen en la oficina de turismo local, la Semana Santa de Bilbao fue instaurada en 1554, cuando, según cuentan, la llegada de una astilla de la Cruz de Jesús ocasionaría la formación de la primera cofradía, la de la Vera Cruz. Hoy, la Pasión bilbaína comprende un total de trece procesiones en las que participan cada año más de 3.000 cofrades.

Parroquia de San José, en Bilbao

Juanra Zalbide nos da la bienvenida // BI FM

Así pues, la tradición existe, desde luego, pero también cierta sensación de que se trata de una celebración secundaria o no tan arraigada como otras (o no tanto como en otros lugares). Por ello, dispuesto a saber más acerca de las cofradías, de su historia, funcionamiento y entresijos, me puse en contacto con la de Santiago Apóstol, nacida en 1947 de la mano de la Asociación de exalumnos del Colegio de La Salle y hoy ligada a la iglesia de San José, en pleno centro de la capital vizcaína.

Y allá me planté, en la calle Iparragirre, la misma que, desde la Gran Vía, lleva al visitante de manera directa a los dominios de «Puppy». En la puerta de la parroquia me espera Juanra Zalbide, uno de los más veteranos cofrades, antiguo integrante de la junta directiva y, actualmente, miembro de la banda que marca el paso de la procesión. Afable y bonachón, no duda a la hora de «dar la cara», algo no demasiado habitual entre los agustinos. «No verás a ningún compañero quitarse el capirote en ningún momento. Otros lo hacen, pero nosotros, no».

Parroquia de San José (Bilbao)

«Toma y lee», en la parroquia de San José // BI FM

Así pues, mantendremos en el anonimato al resto de protagonistas, pero, en total, son cuatro los cofrades que me atienden, siendo los últimos tres incorporados bastante jóvenes, chavales en torno a la treintena. La primera pregunta puede parecer peregrina, pero he de realizarla: «¿Ya sabemos qué tiempo hará el sábado?» Todos sonríen, con alivio. Va a hacer bueno, por lo que la Procesión de La Esperanza no sufrirá ningún contratiempo meteorológico. Bien. Pues al lío.

«Somos más de 600 miembros, pero solemos salir en procesión entre 250 y 300», me comentan mientras dan vueltas a sus cafés. Buscando un sito tranquilo, hemos entrado a The Zen Tavern, en la calle Henao, donde no es raro encontrarlos, sobre todo en estas fechas. «Sí, hacemos mucha vida social por la zona, en los bares de alrededor nos conocen bien», afirman. Y debe ser verdad, porque el camarero, de origen chino y al que se dirigen con el nombre de Juan, los tiene bien fichados. «Al final, esta semana es la más intensa, pero ya en septiembre empezamos a reunirnos, al menos los miembros de la junta». Con mucha antelación, así pues. «Sí, pero hay actividades durante todo el año, no solo en Semana Santa. En todas las que organiza la parroquia hay algún miembro de la cofradía», aseguran. Todo, a pesar de ser el «vagón de cola» de la iglesia, ya que no cuentan con ningún sacerdote entre sus filas. «Bueno, sí que hay uno, pero no viene como cura, sino como un cofrade más».

Cofradía de Santiago Apóstol (Bilbao)

La mano en el fuego // BI FM

La cofradía depende del presupuesto de la parroquia, eso sí, a la cual hay que pagar una «cuota anual» de 25 euros (aunque existen cuotas familiares «más baratas» con el fin de que nadie «se quede sin salir por dinero»). Pero, aparte de ese pago, ¿existe algún otro requisito? «Ninguno», me aseguran, más allá de «estar bautizado». Al final, muchas personas se apuntan para «hacer penitencia», por lo que cualquiera es bienvenido, «haya hecho lo que haya hecho». La cosa va de arrepentirse de los pecados para obtener la absolución, tal y como marca la tradición cristiana, por lo que nadie puede juzgar a nadie. «Cada uno tiene sus razones para venir aquí, pero sí que suele haber algún vínculo familiar o escolar», me indican, más allá del «sacramento de la reconciliación».

Me pregunto si para ser cofrade hay que sentir un especial fervor religioso. Si lo son más por este motivo o por mera tradición. «Hay que ser cristiano, desde luego, y más en Bilbao. Aquí somo pocos, es una Semana Santa sin la visibilidad de otros lugares y es difícil acabar dentro por casualidad», consideran. Juanra también lo tiene claro. «Nunca le he preguntado a nadie, pero yo sí soy religioso, sin ser extremo. Hay que vivir de verdad lo que dijo Jesús, eso sí que lo pienso».

Hábitos de la Cofradía de Santiago Apóstol (Bilbao)

(Casi) todo preparado // BI FM

Entre ellos existe un fuerte sentimiento de «comunidad«. «Lo mejor es salir en procesión el sábado y ver cómo lo vive la gente gracias a la labor que tú has realizado», me cuentan, pero también «el trato con el resto de compañeros, con la parroquia, con el barrio». Juanra va más allá y habla de «hermandad», de «vínculo especial» entre cofrades (o «hermanos cofrades», como apostilla).

Pero, fuera de la cofradía, de la parroquia, ¿se vive en Bilbao la Semana Santa, se conoce lo que hay detrás? «La ciudad no es consciente de la Semana Santa que tiene, ni de las miles de personas que participan, ni del valor artístico de muchos de los pasos», admiten, si bien hacen una lectura positiva, gracias a «cierta intimidad» que hace que «la gente lo sienta verdaderamente», reiteran.

Los cafés se han terminado y ellos tienen mucho que hacer a tres días vista de la procesión. Nos vamos a los locales parroquiales. «Hay que preparar velas, bien revisando los depósitos de cera o las bombillas de las velas infantiles, tener a punto los hábitos, limpiar los faroles, pulir la candelería… y estar pendiente del tiempo, que sí, que parece que va a hacer bueno, pero hay que prever la colocación de plásticos en caso de lluvia, etc.», enumeran de camino.

Preparativos antes de la procesión de La Esperanza de Bilbao

El sábado estará todo reluciente // BI FM

Al entrar a la parroquia nos encontramos a varios niños correteando, incluyendo a las hijas de Juanra. El lema «Tolle lege» («Toma, lee», las palabras que decidieron a San Agustín a convertirse, al leer una epístola de San Pablo) destaca en una vidriera del hall. Pasando una puerta, llama la atención encontrarse una gran sala cuadrada con varios burros de los que cuelgan numerosas túnicas de color gris perla, pero los que más impactan son, cómo no, los capirotes. Los de la cofradía de Santiago Apóstol son de color azul oscuro y proyectan el mismo misterio que los de todas las demás. Asustan un poco, para qué engañarnos. Sin embargo, viéndolos ahí esparcidos, colgados en percheros, metidos en bolsas de supermercado o incluso reposando en paragüeros, resultan mucho más mundanos.

Subimos a la primera planta, donde hay varios despachos y aulas, así como bastante desorden. «No, no saques esto en fotos, que está hecho un asco», me piden con apuro. Lo entiendo, como entiendo que, con su procesión a la vuelta de la esquina (literal), anden bastante revolucionados. Diversos báculos plateados («el dorado es el del abad, el que lleva un lazo, el del responsable que va en cabeza»), capas, cruces de Santiago o el estandarte con el que cerrarán su desfile por el centro de Bilbao se hallan ahí apiñados, esperando el día grande. Es como el vestuario de un club deportivo cualquiera, pero con bastante más parafernalia.

Capirote de la Cofradía de Santiago Apóstol (Bilbao)

Capirote de la Cofradía de Santiago Apóstol (Bilbao) // BI FM

Bajamos al garaje. Hay un coche aparcado, como es normal, pero también diversos elementos ornamentales que acompañarán el sábado a los pasos de Nuestro Padre Jesús del Amor y de María Santísima de la Esperanza. Los están limpiando, eliminando cualquier atisbo de polvo, haciendo que reluzcan en todo su esplendor. Pero ahí estamos, en un parking, entre trastos varios. Nuevamente, todo resulta menos presuntuoso que la idea preconcebida que uno pueda tener en su cabeza. Los «backstages», ya se sabe, que humanizan al más pintado.

Pasamos a la iglesia. Varias personas rezan. En un lateral, cerca de la entrada, ambas imágenes, las que sacarán en procesión. «A la virgen le cambiaremos el manto, siempre le ponemos uno especial para ese día», me dicen, al tiempo que aseguran que el Cristo resucitado (e hipermusculado, por cierto) es «el único de España» que no hace gesto de bendición alguna con sus manos.

Medición de alturas en la Cofradía de Santiago Apóstol (Bilbao)

Cuestión de altura // BI FM

Salimos del templo. Me despido hasta el sábado, cuando volveré a visitarlos para ver de cerca sus últimos preparativos y, claro, presenciar la procesión. «Pero no te pierdas mañana jueves nuestro ensayo», me avisan. «Se coloca a la gente por alturas, para que nadie cargue con más peso del debido y todo vaya bien equilibrado». Una imagen curiosa, como comprobaría un día después, con 45 personas colocadas de menor a mayor.

Sábado, 12:00 horas. Día espléndido, con sol, cielo despejado y termómetros por encima de los 20 grados centígrados. Quedan más de seis horas para la procesión (que se iniciará a las 18:15h), pero ya se están montando los pasos en la plaza de San José, en la intersección de las calles Iparragirre, Elcano y Colón de Larreategui. Les pregunto si está todo en orden. Todo va según lo establecido, así que se espera «un día muy intenso y una noche muy larga», confiesan entre risas.

Pasos de la Cofradía de Santiago Apóstol (Bilbao)

Ahora ya sí. Bueno, casi // BI FM

18:15 horas. Empiezan a resonar los tambores, con ese ritmo tan repetitivo, casi marcial, que sirve para marcar el paso. 263 cofrades comienzan a caminar. La Virgen y el Cristo lucen exultantes. Ahora, sí, los capirotes imponen. Plaza de San José, Colón de Larreategui, Alameda Mazarredo, Gran Vía, Plaza de Moyua, Elcano y vuelta a San José, donde las dos imágenes se encuentran… y vuelven a entrar en la iglesia, donde permanecerán todo un año. En 2020, si el tiempo lo permite, volverán a pasear a hombros de fervientes cofrades. Pero, ojo, que «no todos han dado el callo», se queja Juanra. Pues conmigo no cuentes, que yo soy ateo…

Procesión de La Esperanza en Bilbao

La procesión, por la Gran Vía // BI FM

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