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Placer

Jazzaldia, una gran excusa para comer, beber y bailar en Donostia

A Fuego Negro (San Sebastián)

El Festival Internacional de Jazz de San Sebastián nos da pie a visitar Etxeberria, A Fuego Negro, La Cuchara de San Telmo, Borda Berri, Astelena 1997, Altxerri y Eiger

Mira al pajarito // Igor Cubillo
La 53ª edición del Festival Internacional de Jazz de San Sebastián nos da una nueva excusa para tomar una cerveza en Etxeberria, comer pintxos recién cocinados en A Fuego Negro, La Cuchara de San Telmo y Borda Berri, ocupar el comedor de Astelena 1997 y menear el esqueleto en Altxerri Bar & Jazz o el muy marchoso Eiger. Todo ello en la parte vieja de la capital guipuzcoana

Rubén Blades, Dave Holland, Brad Mehldau, Mikel Erentxun, Kenny Barron, Morgan, Chick Corea, Gregory Porter… Los motivos para acercarse a San Sebastián serán numerosos entre los días 25 y 29 de julio, fechas de celebración del 53 Heineken Jazzaldia. Salta a la vista que un año más el certamen no se limitará a programar música jazz, sino que brindará satisfacción a curiosos y seguidores de estilos tan dispares como la salsa, el pop y el soul, y esto me permite exponer una serie de pistas y planes gastronómicos, que no deja de ser la razón de ser de ‘Te comería a versos’, sin necesidad de que los altavoces del restaurante o del bar señalado tengan que escupirel ‘Kind of blue’ de Miles Davis o ese ‘Cantaloupe island’ de Herbie Hancock.

En lo estrictamente espacial las actuaciones del festival se sucederán en escenarios tan diversos como la Plaza de La Trinidad, el Museo San Telmo, la playa de La Zurriola, los jardines de Alderdi Eder, el teatro Victoria Eugenia, las terrazas del Náutico y de El Perlón, el auditorio del Kursaal y el exterior del mismo palacio de congresos diseñado por Rafael Moneo. O sea, la mayoría se celebrarán en o alrededor de la parte vieja de Donostia, y allí será donde coloquemos la lupa la última semana del mes.

Jazzaldia 2018

Ya está aquí el 53 Heineken Jazzaldia

Un buen punto de encuentro será Cervecería Etxeberria (calle Iñigo, 8; 943 42 34 91), un local amplio, repleto de botellas, carteles y recuerdos de lo más diverso donde se rinde culto a la cerveza, sea alemana, belga, holandesa, checoslovaca o local. Un porrón de cañeros y referencias por botellas maneja con gracia y locuacidad Juan José Cano, un veterano hostelero de raza que sabe tratar con empatía, campechanía y buen humor a una clientela a la que regala expresiones jocosas y escenas costumbristas.

Lo mejor es dejarse llevar por él e ir probando distintos estilos de birra al tiempo que comes alguno de los montaditos, tostas, chacinas y quesos que prepara. Incluso alguno de los vinos finos que guarda. Un tentempié de lo más elegante en uno de los locales más castas de San Sebastián, inaugurado en 1983.

cervecera Etxeberria Donostia

Juan Jos+® Cano, capo de cervecera Etxeberria // Igor Cubillo

El negocio que mejor funde música negra y gastronomía es A Fuego Negro (31 de Agosto, 31; 650 135 373), un despacho de tapas de autor donde refulgen la imaginación, el ánimo provocador y la incuestionable creatividad de Edorta Lamo, un evadido de las Bellas Artes y del teatro que dice encontrar inspiración en recuerdos, viajes, productos, técnica y música. Enfant terrible de la cocina en miniatura, regenta esta tasca alternativa que seduce a los visitantes con propuestas originales, divertidas y sabrosas bautizadas con gracia: tigretón de mejillón; porrupatathai; makcobe with txips; marianito fresh… Las ofrece sueltas en barra, pero no conviene perder de vista el desenfadado menú degustación.

A Fuego Negro Donostia

Detalle A Fuego Negro // Igor Cubillo

Son famosas sus black rabas, aperitivo a base de txipiriones en su tinta; el guiso se tritura para obtener una masa que se congela en moldes a modo de pequeñas rosquillas (tipo Filipinos) que, a la hora de servir, se fríen en tempura y se ensartan de cinco en cinco en un tenedor clavado en taco de madera.En la fachada da la bienvenida una gran cazuela donde se introducen discos y dentro del local se conectan auriculares a hornos y hasta se tunea el célebre logotipo del sello Stax para convertirlo en Gildax. En resumen, aquí se va a comer, beber, escuchar, mirar y aprender.

Restaurante A Fuego Negro

Edorta Lamo, de A Fuego Negro // Igor Cubillo

Otros dos referentes de los pintxos que lucen mostradores desnudos, pues todo se prepara en cocina al tiempo que se solicita, son La Cuchara de San Telmo (31 de Agosto, 28, trasera;943 44 16 55) y Borda Berri. El primero es desde 1999 una referencia en el mundo de la cocina en miniatura, y allí he comido bacalao confitado, carrillera de ternera el vino tinto, foie de Las Landas a la plancha, oreja de cerdo, pulpo, vieira envuelta en tocino de bellota, taco de txuleta, patas de cerdo con tximitxurri y hasta cochinillo de Segovia. Y en mayo sé que ofrecían atún de almadraba, cochinos de Leiza, navajas gallegas, verduras de Tudela…

Restaurante La Cuchara de San Telmo

exterior de La Cuchara de San Telmo // Igor Cubillo

Por su parte, Borda Berri (Fermín Calbetón, 12; 943 43 03 42), en origen un spin off de La Cuchara de San Telmo, luce en su fachada la leyenda “Aki se guisa” y ha logrado que la clientela regrese, pese a la escasa simpatía del personal de servicio, a comer platillos como los callos de bacalao al pilpil y el kebab de costilla de cerdo.

Borda Berri Donostia

Falso risotto en Borda Berri // Igor Cubillo

No sólo de pintxos se come en Donostia, y si lo que queremos es tomar asiento en un señor comedor con su mesa y su mantel, una opción estupenda es Astelena 1997 (Euskal Herria, 3; 943 42 58 67). Así se llama el restaurante comandado desde hace dos décadas por el televisivo Ander González (‘A bocados’), un profesional que apuesta por nuestra cocina tradicional, por el producto y el sabor, huyendo de trampantojos, esferificaciones y demás fuegos de artificio que no casan con sus “exquisiteces de la gastronomía moderna vasca”. En su casa, antaño un almacén de plátanos, suele ser buena elección comer kokotxas y un buen lenguado, por ejemplo. En temporada, tomate, hongos…

Restaurante Astelena 1997

Hongos con huevo en Astelena 1997 // Igor Cubillo

Atentos, porque el propio Ander está al mando de la taberna que mira al puerto de San Sebastián en la trasera del flamante hotel Lasala Plaza, un cuatro estrellas superior recién inaugurado.

Con el estómago satisfecho y los conciertos terminados, la fiesta puede seguir en el recogido Altxerri Bar & Jazz (Reina Regente, 2), un local de ambiente sosegado ubicado en el subsuelo, bajo una galería (Altxerri) especializada en arte contemporáneo. Quien sabe, tal vez coincidas con una jam session de jazz o blues. Y los que quieran más animación pueden cerrar la noche en Eiger (General Jauregui, 6), un pequeño bar con querencia por el rock and roll y los ritmos jamaicanos, por el reggae y la música soul. Abierto en 1996, sus últimas sesiones de pinchadiscos se anuncian en clave new wave mod, revival punk, ska, early reggae, rhythm & blues, northern soul, funk, boogaloo…Planazo.

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