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BIME Live

BIME Live 2015: CRÓNICA y FOTOS del viernes (Crystal Fighters, Los Planetas, Stereophonics, Zola Jesus…)

Te contamos cómo fue la primera jornada del festival celebrado en el Bilbao Exhibition Centre (BEC!) de Barakaldo, donde también actuaron The Go! Team, Darwin Deez, Benjamin Clementine, Iron and Wine, Mamba Beat… Un texto de Óscar Díez, Jon Rozadilla y Joseba Vegas, con imágenes de Mikel Antuñano, Stuart MacDonald (MusicSnapper) y RhythmAndPhotos

Te contamos cómo fue la primera jornada del festival celebrado en el Bilbao Exhibition Centre (BEC!) de Barakaldo, donde también actuaron The Go! Team, Darwin Deez, Benjamin Clementine, Iron and Wine, Mamba Beat… Un texto de Óscar Díez, Jon Rozadilla y Joseba Vegas, con imágenes de Mikel Antuñano, Stuart MacDonald (MusicSnapper) y RhythmAndPhotos

 

 

Tras tres jornadas enmarcadas dentro del encuentro profesional BIME Pro (con «más de 1.800 profesionales de las industrias creativas y cerca de mil empresas«, según datos oficiales), a las 19:00 horas del viernes, 30 de octubre, arrancaban los conciertos de BIME Live, el festival musical programado dentro de Bizkaia Music Experience (BIME), que ha llegado este año a su tercera edición.

 

Con los primeros acordes de Mamba Beat accedimos a ese enorme recinto que es el Bilbao Exhibition Centre (BEC!) de Barakaldo, si bien para esta edición se ha acotado el espacio un poco más, prescindiendo de uno de los cuatro escenarios de años anteriores y concentrando los dos de mayor tamaño en un mismo pabellón, asegurándose así que el grueso de la audiencia permanezca concentrada más tiempo en un mismo lugar, en vez de perderse yendo y viniendo. Aún así, la sensación del primer día fue la de que no había demasiado público («9.400 personas«, según la organización).

 

Los bilbaínos Mamba Beat, como decíamos, fueron los encargados de romper el hielo, a pesar de lo caldeado del ambiente (¡quién nos iba a decir que gozaríamos de altas temperaturas a punto de llegar a noviembre!). Conocidos por su habilidad para mezclar rock y electrónica, pusieron a la audiencia (muy escasa al comienzo, obviamente, pero creciente de manera exponencial a lo largo de su actuación) a bailotear desde los primeros instantes. No tiene que ser fácil enfrentarse al enorme vacío de una gigantesca feria de muestras, pero ellos cumplieron con nota. A destacar su nuevo hit, ese «S.O.S. (Save Our Souls)» que tanto suena actualmente en nuestra emisora. 

 

mamba beat_bime_2015_mikelantuñano_bifmMamba Beat, rompiendo el hielo // Mikel Antuñano

 

Que el espigado y carismático Darwin Smith, el líder de Darwin Deez, fue rapero antes que indie rocker queda claro cuando uno lo ve en directo, si bien podría haber sido (y ser) cualquier cosa, porque está claro que no el suyo no es un proyecto que sepa de limitaciones estéticas o estilísticas. Eclécticos (hubo guiños a Enya o las mismísimas Spice Girls), divertidos (nos obsequiaron con varios interludios coregrafiados) y cercanos, los norteamericanos alternaron las canciones de sus cuatro discos, aunque volvieron a encantarnos, sobre todo, las del primero (como «Up In The Clouds», «DNA» o, como no, «Constellations»). Si no consiguieron reclutar a unos cuantos centenares de nuevos fans (rondando las 20:00 horas aún había poca gente), la verdad es que no nos lo explicaríamos. Portan el gen festivalero.

 

darwin deez_bime_2015_mikelantuñano_bifmDarwin Smith, todo un personaje // Mikel Antuñano


Mira que el BEC! puede resultar un lugar un tanto lúgubre y tétrico, sobre todo si uno se enfrenta a él con poca iluminación, pero, paradójicamente, sirvió para desmitificar un tanto la figura de Zola Jesus. A la rusa Nika Roza Danilova la conocemos por su electropop de querencia gótica, y, aunque su último álbum, «Taiga» (2014), mostró una cara menos siniestra y más discotequera, nos la esperábamos un poco más oscura. Gustó y llegó a entremezclarse con el público (menos entregado que ella), pero no consiguió crear la atmósfera que se esperaba. Con menos luz y más distancia, el nivel de satisfacción habría sido mayor.

 

zola jesus_bime_2015_bifmA Zola Jesus no le sientan bien los tonos pastel // Mikel Antuñano


Benjamin Clementine fue, sin duda, uno de los triunfadores de la primera jornada de este BIME 2015. En directo, mientras degustábamos su concierto en el escenario con forma de teatro, tuiteamos que era la propuesta más personal e intimista del día, y así fue. De ancestros ghaneses y habiendo tenido que dormir temporadas en el metro de París, Clementine ofreció un concierto meláncolico, emocionante y epicureo. Estuvo majestuoso en la voz y su batería jazzístico subrayó las virtudes de un artista pleno de sinceridad y magia. Puestos a buscar referencias, cantando solo al piano nos recordó a Edith Piaf o Nina Simone, por los giros vocales, e incluso a una especie de Burt Bacharach sin orquestar, por las estructuras de los temas. También en otras ocasiones nos vinieron a la mente crooners como Sinatra o Tony Bennett (sobre todo en algunos temas más escorados al jazz gracias a la aportación de su único músico acompañante, el excelente baterista Alexis Bossard), pero Benjamin Clementine tiene un rollo propio, musical y estético, y sabe llevarse a la gente a su terrreno.

 

benjamin clementine_bime_2015_rhythmandphotos_bifmBenjamin Clementine // Rhythm and Photos

 

Salió al escenario descalzo, se colocó de lateral al público, casi de pie y apenas apoyado sobre una banqueta de madera delante del piano y así ofició durante todo el concierto, a excepción del momento en que cedió protagonismo a su compañero para un solo de batería que él escuchó situado junto al piano, de espaldas al respetable y fuera de foco, casi congelado en una imagen visualmente muy poderosa debido al minimalista juego de luces de tono rojizo.

 

Y es que fue todo muy ceremonial. Benjamin Clementine no regala un gesto a la galería, pero a la vez esa economía de movimientos y la iron and_wine_bime_2015_vertical_bifmpose casi hierática están perfectamente calculados con un objetivo: convencer únicamente a través de su voz y su música. Y lo consiguió con creces. De hecho, obtuvo como respuesta un respeto reverencial mientras interpretaba, solo roto por los aplausos entre las canciones. Eso es algo tremendamente complicado en un festival, donde no todo el que te ve te conoce ni le interesas.  Habrá que seguirle la pista.

 

Tras Clementine, el escenario Antzerkia acogería otra de las delicatessen que ese recinto con localidades de asiento ofrece cada año en BIME: Iron and Wine (foto de la derecha, por MusicSnapper). Hay quien dice que un artista de verdad, con su voz, su talento y su guitarra, tiene suficiente; así ya puede demostrar lo bueno que es. Lo demás son artificios, trampas necesarias para el circo, pero no para el pan. Sam Beam, en un show acústico, seco, auténtico y con poso, se salió en la voz y fascinó con una guitarra que sabía a folk, blues y verdad. Fue un bolo con mucha emoción, cercano pero con una clase nada común. Dylan y Young no estaban lejos.

 

bime 2015_publico_logo_mikelantuñano_bifmEl público, expectante // Mikel Antuñano

 

Entre tanto gran nombre internacional, destacaba con fuerza uno escrito en castellano: Los Planetas. De la banda granadina nada se puede descubrir a estas alturas y todos sabemos cómo son, con sus defectos (acentuados casi a propósito en muchas ocasiones) y sus virtudes (que no son pocas… y bien demostradas a lo largo de más de dos décadas). Así, mientras que el detractor espera su peor versión para lanzarse al cuello de J, el fan reza para que el grupo no tenga un mal día… y mezcle canciones de toda sus etapas, sin olvidarse de los «hits». Y esto ocurrió en BIME, donde los andaluces pusieron a cantar a varios miles de asistentes (una de las actuaciones más nutridas de la noche), quienes quedaron encantados. Nosotros, la mayoría, también, aunque nuestro compañero Óscar Díez declara esto al respecto: «Volví a aburrirme más que Belén Esteban leyendo el Expansión«. Que queden patentes también las voces discordantes.

 

los planetas_bime_2015_musicsnapper_bifm«Mmm… huele a bocata de bacon…» // MusicSnapper

 

Se notaba en el ambiente que Stereophonics era uno de los grupos importantes de la jornada y que mucha gente, principalmente el público treintañero, tenía ganas de ver a una de las grandes bandas británicas de las últimas décadas. Los galeses cumplieron con solvencia y profesionalidad, con todo lo bueno y malo que eso tiene. El concierto nos satisfizo, a pesar de que se vio algo lastrado por un stereophonics bime_2015_vertical_musicsnapper_bifmsonido demasiado grave que dejaba en segundo plano la intensidad guitarrera y la característica voz rasgada de Kelly Jones (foto de la derecha, por Rhythm And Photos), sin duda dos de los sellos de identidad más importantes de Stereophonics.

 

Arrancaron apostando por ese estilo cercano a la música de club que caracteriza su última etapa pero sobretodo nos mostraron sus dos caras más acusadas, la que azota mediante distorsión guitarrera en la onda de Oasis y The Jam, destacando la irresistible “The bartender and the thief” o el in-crescendo de “Mr Writer”, y la faceta más baladista y hasta comercial, con medios tiempos como “Maybe tomorrow”, con la gente acompañando en el estribillo, o “Have a nice day”, entonada por Kelly Jones mientras el público se entretenía jugando con los balones gigantes que sobrevolaban nuestras cabezas.

 

“No ha sido el concierto de sus vidas”, afirmó un amigo al concluir el bolo, y tenía razón, tampoco fue el de las nuestras. Pero estuvo bien y lo disfrutamos, sensación que multiplicamos tras catar a la siguiente banda del cartel.

 

stereophonics bime_2015_musicsnapper_bifmStereophonics, solventes // MusicSnapper

 

Porque tras Stereophonics llegó la hora de The Go! Team, a quienes teníamos muchas ganas de ver por su eclecticismo musical en el que cabe de todo, desde funk y disco setentero hasta pop bailable, hip-hop e incluso momentos cercanos al folk. Aumentó nuestra curiosidad según irrumpieron en el escenario, puesto que los seis miembros del grupo, cuatro chicas y dos chicos, salieron ataviados cada cual a su bola, mostrando looks tan dispares como los de sus dos cantantes principales, la negra Ninja, vestida entre choni y boxeadora de Harlem, y Angela Mak, con un vestido de lentejuelas gris muy al estilo de Tony Manero, por no hablar del guitarrista con la camiseta motera de Suzuki. Todo un batiburrillo estético, vaya. Ya “solo” faltaba la música.

 

Y ahí el impacto de The Go! Team se diluyó como un azucarillo. Su propuesta provocó una desbandada a modo de goteo durante todo el concierto y salvo momentos muy puntuales en los que apretaron el funk con cierta garra, apenas consiguieron hacer bailar o botar al público. Fueron muy extravagantes, eso sí: tocaron dos flautas de colores (una verde y otra morada), cantaron temas que parecían la banda sonora de alguna serie de dibujos de animación japonesa en plan Shin Chan o similares, de pronto les dio por ponerse tradicionales metiendo banjo y armónica… pero más allá de ese “freakismo”, poco más se recordará del concierto de The Go! Team en este BIME 2015.

 

the go_team_bime_2015_musicsnapper_bifmEl fallido baile de The Go! Team // MusicSnapper

 

A excepción de «Bridges Of Bones», el tema que, en mitad de su show, cambia el ritmo de los acontecimientos, rebajando el tempo de la música para sumir a su público en una ola de buenrollismo colectivo, el resto del concierto de los «vascos» Crystal Fighters consistió en una batería de temazos bailables que consiguieron poner a dar botes a todos los presentes. Venían como cabezas de cartel del viernes y había quien tenía dudas al respecto, pero cumplieron. En una jornada en la que, reiteramos, el BEC! no estaba a reventar, precisamente, ellos fueron quienes congregaron a más gente y quienes obtuvieron una respuesta más satisfactoria. Comunión, que lo llaman.

 

«Follow», «L.A. Calling», «Love Is All I Got», «You And I», «Love Natural», «Plage», «At Home» y ese «I Love London» final con Sebastian ondeando una ikurriña fueron una fiesta celebrada por todo lo alto. Y no, esta vez no se pasaron con la batucada, como en el FIB, sino que incorporaron un par de txalapartaris adicionales que dieron el toque «local» a una banda, la inglesa, cuyo éxito va a más y más, sobre todo por estos lares.

 

La txalaparta de Crystal Fighters // Rhythm And Photos

 

Tras Crystal Fighters, tres opciones: Bailar con la electrónica (bastante machacona) de Javi Green, recargar pilas en la zona de restauración con un poco de carne procesada (ojo, que también había sushi) o correr al metro para volver a casa, aprovechando el servicio nocturno especial con motivo de BIME. Nosotros nos quedamos un ratito, para qué os vamos a engañar.

 

BIME Live 2015: CRÓNICA y FOTOS del sábado (Imagine Dragons, Richard Ashcroft, !!!, Supersubmarina…)

 

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