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Ebrovisión

Ebrovisión: del sold out de 2019 al cartel sorpresa de 2020

Dorian en Ebrovisión

Crónica y fotos de Ebrovisión 2019 (Dorian, Temples, Fue Fandango…), más avance de Ebrovisión 2020, 20º aniversario del festival de Miranda de Ebro.

Dorian en Ebrovisión 2019 // Iñaki Espejo-Saavedra
Tras agotar entradas en la última jornada de su 19ª edición, el festival de Miranda de Ebro ha hecho un anuncio muy especial de cara al que será su 20º aniversario: no se conocerá el nombre de los artistas hasta que estos se suban al escenario

Queda todo un año por delante para que Ebrovisión, el festival de Miranda de Ebro, cumpla 20. El pasado fin de semana, los días 5, 6, 7 y 8 de septiembre, se celebraba en la localidad burgalesa una nueva edición del que, para muchos, es el evento musical que marca el fin del verano. Cuatro días de conciertos (frente a los tres habituales, gracias a la novedad del concierto de despedida del domingo) con los que, además de lograrse colgar el cartel de «entradas agotadas» en la jornada del sábado, se puso los dientes largos al personal con un sorprendente anuncio: el cartel de 2020 será secreto, así que no conoceremos los nombres de los artistas participantes hasta que estos se suban al escenario.

¿Temerario? Puede. Pero, seguramente, estamos hablando de uno de los festivales con mayor identificación y fidelidad por parte del público. Además, no se cumplen 20 años todos los días…

Una edición que será, así pues, diferente y muy especial, si bien todos los años se intenta que así sea desde la Asociación Cultural Amigos de Rafael Izquierdo, la promotora no promotora encargada de organizar el «mejor festival mediano» de España. Ahí es nada.

Este año el jueves quedó quizá un tanto deslucido por aquello de los rigores de las fechas (el primer fin de semana de septiembre se fue bastante atrás en el calendario). Con casi todo el mundo habiendo agotado sus vacaciones, su presupuesto y su cuota de planes estivales, escaparse un día laborable puede que no sea tan fácil. Y eso que estaban Novedades Carminha como gran reclamo y Cala Vento y Triángulo de Amor Bizarro como ganchos adicionales. De los primeros no contaré nada (ya que me tocó contraprogramarlos como DJ en la carpa Estereoclub), pero los otros volvieron a demostrar que mezclar melodía y ruido sigue siendo una saludable combinación. Los catalanes, además, siguen en progresión ascendente.

Y, hablando de gente que va «para arriba», especial mención a Calivvla, ganadores del concurso «Ebromergentes» (y que dieron el séptimo concierto de su carrera en Miranda -el año pasado Cariño dieron el segundo… y no les ha ido nada mal-), y a Novio Caballo, que sorprendieron con su mezcla de actitud rock y mamarrachismo verbenero. En el buen sentido, ojo. Los también guasones Burgacius B y los pinchadiscos Hal9000, Blutaski, Retrovisor y Fan Fan Djs completaron la nómina.

Público de Ebrovisión 2019

Público de Ebrovisión 2019 // Iñaki Espejo-Saavedra

El viernes empezó prontito, como si de un sábado se tratara. Una nueva muestra de que, no contentos con ofrecer una buena ristra de actuaciones en su escenario principal (y de pago), el festival trata de ensancharse, cubriendo más franjas horarias y diferentes espacios físicos con espectáculos de entrada libre. La Fábrica de Tornillos, sede primigenia de Ebrovisión, volvió a retumbar por el sonido de las guitarras, las de los bilbaíno-porteños Capsula, primero, y las de los granadinos Unidad y Armonía, después. Rock and roll y psicodelia para abrir el apetito.

Pasando ya de las 18:00, la duda era si empalmar con los conciertos del recinto multifuncional de Bayas… o echar una reparadora siesta. Y es que, sin apenas tiempo de reacción, a las 19:05, ya teníamos a los madrileños Bum Motion Club con su «dreamwave» abriendo la carpa Estereoclub, lugar reservado para los nuevos talentos del underground (los más orgánicos y clásicos Craig Brown Band, de Detroit, lo harían algo más tarde).

Un escenario complementario (por el cual desfilaron el segundo día DJs como Madraassoo, Panoramis, J. Polli, Brummel, Teleclub, la Mojo Crew y los anfitriones Estereobrothers) que confirma eso que decíamos antes del crecimiento, a lo ancho y largo, del festival. Antiguamente solo había música dentro del pabellón y descanso entre bolo y bolo. Ahora no hay descanso que valga (¿veis qué importante era lo de la siesta?).

Airbag en Ebrovisión 2019

Airbag // Iñaki Espejo-Saavedra

Arizona Baby fueron los encargados de abrir el escenario principal el segundo día. Los pucelanos no son solo unos veteranos ya de la escena independiente, sino también unos clásicos ebrovisivos. Poca gente emana tanta energía con un discurso tan acústico. Muchas tablas y mucha suficiencia. Airbag, sin embargo, sonaron un poco al revés y solo consiguieron convencer a los incondicionales. Una pena, porque sus pildorazos powerpop se antojaban ideales para encarar con fuerza el resto del viernes.

Tras los malagueños, los ingleses Temples ofrecieron uno de los mejores conciertos que recordamos en Miranda de Ebro. Otra liga. Inmaculados en todos los aspectos, sonaron tan bien que el único «pero» es que sonaron demasiado bien. Comparados con Tame Impala (y acusados -como ellos- de revisionistas) se agradece que no se regodeen en exceso con los devaneos psicodélicos y que vayan directos al grano, sin entrar en mantras ni progresiones innecesarias. «Certainty», «Shelter Song», «Sun Structures», «Strange Or Be Forgotten» o la nueva «Hot Motion» fueron un maravilloso anacronismo.

Temples en Ebrovisión 2019

Temples // Iñaki Espejo-Saavedra

Y, aunque los cabezas de cartel oficiales del segundo día eran los británicos, qué duda cabe de que mucha gente estaba allí, sobre todo, por Fuel Fandango. Nada que ver en cuanto a estética, concepto y sonido, pero las mismas hechuras de banda grande y con sonidazo. Con una Nita que es todo un animal escénico y un Ale que comanda una muy solvente banda, los bailes y los zapateos se sucedieron en lo que fue una divertida fiesta, a medio camino del pop, el flamenco, el discotequeo y la world music (que dirían los guiris si se fijaran en algún artista español más allá de Rosalía). Como caballos en la niebla… o como pollos sin cabeza, así pusieron al respetable.

Fuel Fandango en Ebrovisión 2019

Fuel Fandango // Iñaki Espejo-Saavedra

El viernes acabó con Amatria en lo relativo a los directos (el suyo era una nueva oportunidad para ir más allá de «Chinches», pero se quedó un poco a medio camino) y con Edu Anmu y Madraassoo en lo respectivo a los DJ sets (estos ya, en la discoteca Orosco, destino final de los más noctámbulos).

Los menos gambiteros amanecieron plenos de fuerzas el sábado para, ya desde las 11:00h, ponerse en modo ebrovisivo, sobre todo en el caso de darse dos condiciones: ser festivalero… y tener churumbeles. Y es que el pistoletazo de salida fue «Ebropeque«, la versión infantil de Ebrovisión, en la cual se conjugaron talleres de rock y rock, propiamente dicho, el de la Potato Omelette Band.

Con muchos niños se presentaron bastantes padres en la Fábrica de Tornillos para ver los conciertos de Los Estanques y, sobre todo, de Cooper. Dos actuaciones de sonido añejo, de pop «del de antes» (más progresivo en el caso de los primeros, más directo en el caso de los segundos), que llenaron de melodías la hora del vermú. No vamos a negar que, además, echamos alguna lagrimita en la que fue una de las últimas actuaciones de Alejandro Díez y su banda (con la que, además, recuperó algunos temas de la anterior, Los Flechazos). Los tiempos cambian, pero siempre creeremos estar «viviendo en la era pop» gracias a sus canciones. Hasta siempre.

Con el estómago encogido por las emociones, pero también por el hambre, nos dirigimos a La Plaza de España para saciarnos en la Muestra Gastronómica, todo un clásico ebrovisivo en el que diferentes hosteleros del municipio ofrecen un plato especial al precio de 2,50 euros. Lejos quedó aquella paella (o macarronada) popular servida por la cuadrilla Los Chachis, pero en este aspecto también se ha notado el crecimiento del festival, que, además, nos brindó los directos de Olivia (un cruce entre Second e Izal) y Los Vinagres (garaje verbenero con look quinqui y acento canario), más el mano a mano a los platos (los de pinchar música, decimos) de Brummel y Blutaski. Solo con lo que pasa durante el día en la jornada del sábado, ya merece la pena ir a Ebrovisión.

Ebrovisión 2019

Y al caer la noche… // Iñaki Espejo-Saavedra

¡Y aún quedaba todo «lo gordo»! Desde la apertura de la carpa con los locales Letissier más las andaluzas Uniforms y el cierre con Mucho, la jornada del sábado fue ciertamente redonda. Morgan abrieron el escenario principal, demostrando una vez más que ellos son muy buenos músicos y ella, Carolina de Juan, una inconmesurable vocalista. Ya son banda importante del panorama estatal, así que lujazo cuando aún no eran las 21:00h.

Poco después, tras la elegancia y contención de Morgan, el desmelene de Jacuzzi Boys, desde Miami. Garaje rock trotón y temazos como «Glazin'» para hacer sudar al personal. Zahara también se desató, convirtiendo el pabellón en una enorme discoteca gracias a la versión extendida (y especialmente punzante -sí, hablamos de ti, Albert Rivera-) de «Hoy la bestia cena en casa», aunque hubo momentos más pausados, siempre aderezados por la gran voz de la jienense y el saber hacer de Manuel Cabezalí (Havalina) y Martí Perarnau (Mucho). Pop de categoría (aunque no terminara de sonar del todo bien).

Zahara en Ebrovisión 2019

Zahara // Iñaki Espejo-Saavedra

Y qué decir de Dorian. Pues que es difícil no haberlos visto en los últimos tiempos y que, por lo tanto, resulta harto improbable que puedan sorprenderte. Sin embargo, entre la colección de singles que han ido cosechando gracias a todos sus álbumes y el gran éxito del último, «Justicia universal», sus actuaciones son una consecución inapelable de hits tan coreables como bailables. Los haters seguirán diciendo que viven de «A cualquier otra parte», pero nada más lejos de la realidad. Una apuesta segura para cualquier festival de querencia indie.

Dorian en Ebrovisión 2019

Dorian // Iñaki Espejo-Saavedra

Dentro de un año, veremos qué nombres protagonizan nuestra crónica. Hasta entonces… emoción, intriga, dolor de barriga. Felices 20, Ebrovisión.

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