Nuestros compañeros Manu Mataix, Óscar Salmerón y Javier Santamaría también vieron a The Coral, The Shivas, Alltta, Lois, Baywaves y La Femme, tal y como nos relatan en el siguiente ilustrado con fotos de Adrián Morote, Pau Bellido y Jota Martínez. Una tercera jornada del Festival Internacional de Benicássim a reventar, debido en gran medida al enorme tirón de los de Matthew Bellamy
Ayer, en la jornada encabezada por Muse, miles de fibers (y musers) abarrotaron el festival, gracias a la más que notable presencia de público español, que, por cierto, también hizo subir la media de edad. Si en la crónica viernes hablábamos del dimensionamiento de barras y baños, hoy nos toca repasar brevemente el tema del sonido. En general, está siendo notablemente bueno y el volumen realmente alto, creemos que es el festival con más volumen de los que hemos estado. Por poner un ejemplo, a unos 15 minutos andando del recinto, el viernes aún podíamos escuchar nítidamente a The Magician, y en la explanada principal en ningún momento hemos podido quejarnos de no oír claramente lo que ocurría en el escenario.
Quizá el FIB Club, por su menor tamaño y por su condición de carpa, sufre en algún momento de falta de potencia (ayer mismo comprobamos cómo se colaban sonidos procedentes de los escenarios cercanos) y algunas ondas rebotan en las paredes haciendo algo de efecto bola. Aún así, ahí hemos escuchado fantásticamente a los Exnovios o a The Shivas, por poner dos ejemplos. Lo dicho, en general muy bien, incluso con el tema de los bajos, con los que nos hemos llegado a plantear si el equipo será el mismo que usan para el festival Rototom, que también se celebra en el Recinto de Festivales de Benicàssim, porque a veces eran realmente potentes.
El día lo empezamos con los franceses La Femme, que salvo por su tema «Sur la planche«, que aparecía en un anuncio de televisión de Renault, no les teníamos muy controlados más allá de algunas escuchas previas al festival, así que íbamos con ganas de ver qué nos podían ofrecer. El resultado, un concierto que sumaba un poco de todo, cosillas que recordaban a B’52 o a unos Devo menos acelerados y toques de psicodelia francesa con algún detalle un poco yeyé, que podría recordarnos a compatriotas suyos como Juniore o The Limiñanas. Las partes que más nos gustaron fueron las más etéreas, protagonizadas por la voz de Clémence Quélennec, a veces acompañada de la de Marlon Magneé. Un buen arranque.
La furgo de La Femme es una Renault // Adrián Morote
Los jovencísimos cántabros Baywaves no dejan de sorprendernos con su esplendoroso sonido, que nos lleva directamente al pop facturado en el barrio de Brooklyn. Si nos dijeran que son de allí nos lo podríamos creer perfectamente. Ritmos muy frescos, con guitarras que fluyen como debajo del agua, son los que nos trae uno de nuestros grupos favoritos del momento. Empezaron el concierto con una animada «Time Is Passing U By«. Sonó también «To The North«. Y sí señores, hay vida detrás del «Muro».
Menudo vozarrón tiene Lois, prácticamente no necesita nada más, con sus cuerdas vocales y unos acordes de guitarra sería más que suficiente. Aún así, para enriquecer la cosa allí estaban Willy a la batería y Fran al bajo haciendo doblete, ya que acababa de tocar con Baywaves. Cuando se pone mas 50’s nos encanta, sacando su lado Elvis con canciones como «Before You«, o en partes más jazzísticas y juguetonas como «Forced Hollidays«. El álter ego del cantante de Trajano! nos convenció y gustó.
Después de verla hace poco más de un mes en el Festival de Les Arts, quisimos volver a disfrutar de Zahara (foto de la izquierda, por Adrián Morote) y el escenario Visa resultó ser perfecto para su concierto. La jienense, con «Santa«, se ha ganado un buen número de seguidores, de los que no paran de cantar cada una de sus canciones y ella siempre demuestra una soltura contagiable sobre el escenario, derrochando energía y alegría a partes iguales. Muy buena combinación por parte de una mujer que ya no es aquella chica tímida de hace unos años.
Y volvimos a darnos una alegría en el FIB Club, The Shivas mediante. El trío estadounidense practica un sonido cercano a la actual ola de garage revival, con toques poperos y psicodélicos y, aunque la acústica de la carpa (a la que hacíamos referencia al comienzo de la crónica) ha deslucido algunos momentos, el público allí congregado se entregó a las melodías de este grupo, una delicia para los aficionados del género. Que Calvin Johnson haya publicado en su sello de culto K Records sus últimos tres larga duración ya es un punto a favor para cualquier indie militante. Bailamos como locos con «Gun In My Pocket» y hasta uno de nuestros compañeros redactores fue manteado por un grupo de alterados subversivos provenientes de Navarra. Para cerrar el viaje nos deleitaron «You Make Me Wanna Die«. Como anécdota del concierto, indicar que los Shivas son fans de Hinds, ya que hicieron referencia a que componentes de este grupo se encontraran viéndolos desde primera fila.
A The Coral llevábamos años sin verlos y eso que han seguido sacando (buenos) discos con relativa frecuencia (el último, «Distance Inbetween«, publicado este mismo año). Muchísimo más famosos en las islas británicas que en territorio ibérico, encuentran en una cita como la del FIB la ocasión perfecta para actuar a lo grande por estos lares. A nosotros nos gustaron, pero sin tampoco volvernos locos, con dos momentos clave: las canciones «In The Morning» y «Dreaming Of You«, con la que cerraron el concierto. Fueron ideales para ir calentando motores (aún lucía el el sol) en la que, hasta el momento, ha sido la actuación más britpop del festival.
The Coral, como en casa // Pau Bellido
Con el hype subido nos acercamos a ver a AllttA, ya que este dúo está recibiendo excelentes críticas allá por donde pasan, sabiendo conjugar perfectamente beats y electrónica, todo con un punto melódico más que disfrutable. En directo, perfectos, muy bailables (así suavecito) y envolventes, algo a lo que también ayudan sus letras (ejemplo de ello podría ser su canción «Touch Down Pt. I«, que dice eso de «I’m floating by your side on a paper plane i ride«, que es literalmente lo que nos hizo hacer, flotar a su lado, con su flow). Las anécdotas del concierto fueron el momento 2Mcs & no Dj, ya que se pusieron a rapear tanto 20syl como Mr J. Medeiros, aprovechando este último para echarse una partida al Pokémon Go, matando bichos a pisotones en el propio escenario. Con todo, el de AllttA ha sido uno de los conciertos del FIB.
A las 23:30 nos acercamos al escenario Visa para ver a The Kills. A la misma hora estaba tocando Muse en el escenario principal, con lo que la afluencia de público fue más bien baja. Alison Mosshart nos cautivó con su imagen de rock star, bien escudada por Jamie Hince a la guitarra. Riffs perfectos con distorsiones atronadoras nos hicieron vibrar durante la aproximadamente una hora que estuvieron tocando. Las dudas que podía habernos creado el hecho de que cada día se prodiguen menos encima de los escenarios quedaron disipadas rápidamente, en un set que fluyó como una apisonadora canción tras canción.
MUSE, EL GRAN BAÑO DE MASAS DEL FIB 2016
El plato fuerte de esta edición, ya sea por lo esperado o por el bombo que le ha dado la organización, era Muse (foto de la derecha, por Pau Bellido). Lo de este trío inglés es puro espectáculo. Una maquinaria enorme, perfectamente ensamblada que sabe dirigir a la perfección los directos. Sonido clavado y montaje de escenario monumental, incluyendo luces varias en las guitarras y bajo. Sin duda, junto a la puesta en escena de los hermanos químicos el día anterior, de las más llamativas del fin de semana.
Momentos para el subidón al poco de empezar («Plug In Baby» fue el segundo tema del setlist), para sacar tu lado más heavy, para disfrutar del virtuosismo de Mathew Bellamy a la guitarra con algunos riffs casi imposibles, para la épica y, cómo no, para cederle el protagonismo al público en canciones como «Starlight» o «Time Is Running Out«. Incluso tuvieron su momento de gloria Christopher y Dominic con ese jam a dúo de bajo y batería y con «Mercy» llegaron los balones, los confetis y las serpentinas.
Pero también es cierto que las canciones nuevas adolecen de ese encanto o frescura que tenían sus primeras composiciones y se vuelve todo un tanto monótono. Las ganas con las que se comienza a ver semejante espectáculo se van diluyendo poco a poco cuando se rebasa la hora y pico de actuación, casi a la misma vez que el interés por los falsetes y efectos de voz de Matt, tan dado a pasarse de vueltas con el histrionismo (sí, a nosotros también llega a cargarnos).
Pero, seremos sensatos y diremos que fue un exitazo aunque para ello nos tengamos que olvidar de las ideas que nos acecharon con un «va… que llegue el final y vayan a lo interesante«. Nos quedaremos con los momentos que nos ofrecieron las canciones más clásicas, las de aquel «Origin of Symmetry» o «Absolution» y con la catarsis final entre grupo y público al ritmo de «Knights of Cydionia«. Estaba previsto que durara 2 horas pero terminaron 20 minutos antes dejando a la gente esperando una especie de bis que nunca llegó. Aún así, triunfaron, como demostraba un escenario Las Palmas a reventar con más de 30.000 personas presenciando el directo. Bueno, ya lo veis en la foto…
El FIB, a rebosar con Muse // Pau Bellido
Bloc Party cantan eso de «Give me one more chance, Give me one more chance» y nosotros creemos que se la merecen. Superar el «Silent Alarm«, su primer disco, era muy muy difícil, y tener las mismas energías y visceralidad en directo de hace más de 10 años no se nos puede exigir a nadie (que todos nos hacemos viejos), así que, asumido eso, tenemos que decir que fue un gran concierto, muy divertido y bailable, tanto cuando tocan canciones como «Banquet» o «Hellicopter«, como cuando resucitan la magnífica «Flux«, o acometen temas nuevos como «The Love Within«, con la que nos pusimos a dar botes como locos. Nos hacemos mayores, pero con conciertos así, aún aparecen destellos de juventud.
Coincidiendo con Bloc Party, sobre el escenario South Beach, aparecían los zarauztarras Delorean. No había un gran volumen de público y se podía estar cómodo, cosa que agradecimos tras el mogollón del escenario Las Palmas. Se nos hizo muy corto el directo (de apenas 45 minutos) donde, como no, sonaron «As Time Breaks Off» o «Deli«, así como canciones que incluidas en «Muzik«, su nuevo trabajo, recién salido del horno. En un festival tan grande como el FIB, los escenarios secundarios no suelen acaparar la atención que merecen pero Delorean lo consiguieron. Nos hicieron saltar sí o sí pero, cuando más a gusto estábamos, tuvieron que terminar. Si a estas horas querías bailar, éste era tu sitio, a pesar de que las nuevas composiciones de los vascos tienen más que ver con el house elegante de su amigo (y colaborador) Pional que con música discotequera al uso.
Si para Muse la explanada del escenario grande se quedaba casi corta, algo parecido ocurrió con los también británicos Disclosure. Parapetados tras dos atriles luminosos, los hermanos Guy y Howard Lawrence andaban cada uno a lo suyo pero bien sincronizados. Igual que la noche anterior, Las Palmas se convirtió en una macro discoteca donde nos juntamos prácticamente todos los fibers. Tal vez por eso (y por los empujones continuos), no terminamos de centrarnos para poder disfrutar del concierto y nos hallamos algo desubicados. De todas maneras, fue un show sin alardes, con bastantes parones entre canciones y algo monótono. Desde luego, no bailamos ni una cuarta parte de lo que lo hicimos en ese mismo lugar 24 horas antes con The Chemical Brothers.
Los hermanos Lawrence, Disclosure, en el FIB // Adrián Morote
Y así terminamos el sábado, bastante agotados tras tres jornadas de muchos conciertos… y con la cuarta tocando a la puerta. Una pena no llegar a ver a Capsula interpretando el «Ziggy Stardust» de David Bowie en el escenario grande, ni a Echo & The Bunnymen, ni a Neuman o Soledad Vélez… ¡pero a todo es imposible llegar! A ver el domingo, con Kendrick Lamar, Massive Attack, DJ Shadow, The Maccabees, Mac Demarco, Chucho… ¡Vamos!
