Crónica y fotos de la primera jornada del Festival Internacional de Benicàssim, que también contó con Kodaline, Action Bronson, Miqui Brightside…
Nos quedan ya lejos los 25 años, por lo que de repente vernos en la situación de volver a celebrarlos es una sensación vivaracha y que nos emborracha de juventud, que nos hizo corretear por el recinto del FIB aunque estuviera recortado en esta primera jornada de su vigésimo quinto cumpleaños.
Eso sí, hemos echado de menos el escenario/carpa en el que tan buenos momentos hemos pasado tantas veces y lamentado el recorte en cuanto a numero de grupos. También las ya tradicionales maquinas de granizado de la anterior zona South Beach, el resort playero del recinto, ya que sus combinados refrescantes nos alegraban las puestas de sol en sitios como el ahora llamado escenario Carrefour, en el que ayer echamos, prácticamente, la primera jornada del festival.
El primer golpe que nos hizo ser conscientes de que por fin estábamos de festival fue el puñetazo que nos dieron en toda la cara los Fountaines D.C., sin duda uno de los grupos que mas ganas teníamos de ver en esta edición del festival. Resultaron oscuros e hipnóticos, un ciclón de adrenalina contenida en movimientos cortos, esa tensión previa a que den la señal de salida.
Los dublineses dieron un concierto que fue al grano, de la intensidad de «Hurricane Laughter» a una «Chequeless Reckless» con la que nos recordaron a los míticos The Fall, o a una «Sha Sha Sha» con la que parecían unos Clash con mas cuerpo. Seguramente, uno de los mejores conciertos que vamos a ver en esta edición y grupo a seguir de cerca.
Tras una banda tan joven, aguerrida y guitarrera, tan orgánica, contrapunto con el concierto de Marina, sin «The Diamonds». Y es que la británica de origen griego apareció sin banda, con casi toda la música enlatada (a excepción de un pequeño esbozo con el teclado y algunas percusiones). Sin músicos, pero con bailarines, el suyo fue un concierto de POP con mayúsculas. De pop comercial, en el buen sentido, que resultó divertido, colorista y danzarín, sobre todo cuando la Diamandis recuperó hits como «Hollywood», «Primadonna» o «Froot». Su gran talento vocal y las proyecciones flúor pusieron de su parte.
Mientras veíamos a Kodaline, la discusión venía sobre si tendríamos que decir que son los Viva Suecia irlandeses o los Izal de la isla esmeralda, aunque con menos guitarras, como unos Keane descafeinados (que ya es decir), así que os podéis hacer un poco a la idea, que bien, pero sin todo aquello que tienen los Fountaines D.C. y que decíamos antes. Podrían haber puesto a Ronan Keating de cantante y no se hubiera notado.
Tras un breve paso por el escenario South Beach, donde bailamos de lo lindo con Miqui Brightside pero no tanto con Rocío Sáiz (con continuos fallos de sonido), volvimos al escenario principal de la noche, el Carrefour, ya que era el turno del rapero Action Bronson. Empezó tarde, fue algo errático y desde abajo se percibía que algo no iba bien en el escenario (llamadnos perspicaces, pero es que tiró dos veces el micro contra el suelo y se cagó en lo más sagrado, así que…). No sabemos si serían problemas técnicos, problemas entre ellos o qué. Hace dos años vimos a este hip hopero y nos dejó muy impresionados, pero en el concierto de 2019 solo vimos algún destello.
Menos mal que todo remontó a última hora para volver a dejar las cosas en su sitio y hacer del FIB uno de los lugares más felices del mundo. Fatboy Slim, en modo DJ superstar, tiró de hits propios y ajenos para poner el recinto patas arriba. Quemamos tanta zapatilla que no sabemos si tendremos Gazelles suficientes para los tres días que restan. Pero hemos venido a jugar… y jugamos. ¡Viva FIB!