Cuarta y última jornada del vigésimo aniversario del Festival Internacional de Benicàssim. Manuel Mataix (con fotos de Adolfo Llopis) narra para bi fm lo sucedido en las actuaciones de Travis, M.I.A., Paolo Nutini, The Charlatans, The Presidents Of The U.S.A., Kodaline, Chlöe Howl, DJ Rojiblanco, Alesso, Aldo Linares…
Llegábamos a la última jornada de festival, como casi todos, con las fuerzas justas. A muchos les pasaba factura y ya pronosticamos que, la jornada de domingo, también se les iba a hacer excesivamente larga. No importa, fallan las fuerzas pero no las ganas de seguir disfrutando. Era el último día y, como toca, había que quemar los últimos cartuchos que nos quedaban.
Sobre el escenario Trident, aparecía el grupo de Seattle The Presidents of the USA para abrir la jornada de tarde. Con su energía y rock de guitarras rápidas nos hicieron desperezarnos desde el primer minuto. Bromeando con que no han ensayado ningún día juntos, y que éste sería su primer ensayo en mucho tiempo o que estaba siendo una jam session, parecían ir buscando excusas por si algo no salía bien… Nada más lejos de la realidad. Apoyándose en un bajo de dos cuerdas no faltaron «Peaches», «Lump», «Kitty» ni las versiones que han hecho famosas como «Video Killed the Radio Star», original de The Buggles. Divertidos, divertidísimos, como ya lo eran en los 90.
Todavía no se apreciaba mucho movimiento de público en el festival. Los irlandeses Kodaline se asomaban al escenario principal cerca de las 20.00h. Con su pop-folk y un aire que, por momentos, podía recordar a Coldplay, dieron buena cuenta de su discografía. Especialmente emocionante sonó la última con la que cerraron el concierto: «All I Want» conmovió al público con ese final in crescendo y sus coros (qué efectivos son siempre unos coros al estilo «oooh oooooh» en este tipo de canciones).
Y las 21.30h era la hora elegida para que el primer peso pesado del último día saliera al escenario Maravillas. Travis era otro de los que más ganas teníamos de ver en este festival y preveíamos que sería bastante emocionante, por lo que buscamos sitio entre las primeras filas. Todos nos vimos sorprendidos por el aspecto de Fran Healy con una barba bastante poblada y canosa que conjuntaba con su sombrero. «Mother» abrió su último disco y el concierto, luego el ritmo bailable de «Selfish Jean», la bonita «Moving» y la antigua «Driftwood» (la primera que tocarían de aquel «The Man Who» de 1999).
En ese momento, Healy bajó del escenario para cantar unido a la gente «Where You Stand» y, de paso, beber de una cerveza que le ofrecimos. 5 canciones y ya nos tenían a sus pies. No hacía falta más… El efecto de «Closer» fue que a todos nos faltó gente a la que abrazarnos y entonces llegaron «Side», «Sing» y «Turn».
El final de esta fiesta con otras dos canciones. Los cuatro miembros, en el borde del escenario, cantando «Flowers in the Window» con una sola acústica fue memorable. Fran Healy dejó de tocar y fueron los que estaban a su lado los que siguieron con la canción (uno rasgando las cuerdas y otro poniendo acordes). Volvieron a sus sitios entre una ovación e hicieron que todos nos abrazáramos de los hombros para conseguir algo así como «la fila saltarina unida más grande jamás vista en Benicàssim«, y empezaron los acordes de «Why Does it Always Rain On Me?» Un setlist y un sonido perfecto. Eso fue el concierto de Travis en este FIB.
Tras el subidón que nos llevamos con Travis en el escenario grande, Chlöe Howl, la que muchos consideran unas de las revelaciones pop del año, ya llevaba sobre el escenario Trident desde pasadas las 22.00h. No era mala idea sentarnos en los alrededores del lugar para descansar, disfrutar de la voz de la joven, y de una actuación fresca.
No queríamos irnos, pero alrededor de las 23.15h comenzaba M.I.A. en el escenario principal. Después de tres días, ya estábamos algo avisados pero sí, aún así nos acercamos, claro que nos acercamos. Hay pocas palabras para expresar todo lo que ocurría a la vez en el escenario: M.I.A. con capa dorada y un gorrito al más puro estilo rey mago, bailarines haciendo movimientos un tanto extraños, un dj y una pantalla tan espectacular como inútil. Liarse se lió, sí. Sobretodo cuando la cantante decidió bajar a meterse entre el público, la seguridad del foso tuvo que sacarla de allí y, junto con ella, entraron varias personas del público. De nuevo, la seguridad, tuvo que apartarlos y retenerlos ante la imposibilidad de volver a meterlos entre el público. En fin. No nos gustó la propuesta de la tamil.
Mientras tanto, The Charlatans subían al escenario Trident sobre la media noche. Actuar en la primera edición y en la número 20 de un mismo festival hay pocos grupos que pueden decir que lo han hecho. Un Tim Burgess preparó, junto a los suyos, un setlist lleno de clásicos: «The Only One I Know», «One To Another», Weirdo, North Country Boy sonaron para hacer viajar a muchos de los asistentes de nuevo a una época pasada.
Y llegaba la hora. El último cabeza de cartel de este año estaba a punto de subir al Escenario Maravillas. El punto de inflexión y la elegancia que se desprenden de ese «Caustic Love», bien merecía acercarnos de nuevo por el escenario principal para ver al escocés (de ascendencia italiana, claro) Paolo Nutini. Una puesta en escena con focos antiguos a medio encendido, un gran número de músicos, corista y una pantalla que ponía imágenes del directo pero con diferentes efectos (mucho más sencilla y bonita que la que acompañaba a M.I.A.).
El setlist tuvo momentos de mayor movimiento con sus canciones más antiguas como «Jenny Don’t Be Hasty» o «New Shoes», pero donde las más destacables fueron las de ese último disco con mezcla de soul, pop y rock. «Scream (Funk My Life Up)», «One Day», «Let Me Down Easy» con acompañamiento a cargo de la corista o «Better Man», una de nuestras favoritas, fue enseñándonos de lo que era capaz. Los preciosos arreglos de Iron sky, con discurso y proyecciones de «El Gran Dictador», nos hacían conscientes de que era un buen momento para ir despidiéndonos de este FIB 2014.
Ahora pensamos que, uno de los motivos principales de querer quedarnos, fue por querer ver un concierto diferente, a estas horas de la noche, en el Escenario Maravillas, con la idea firme de no irnos de este FIB sin ver un concierto nocturno (y más «normal«) en el escenario principal. Hay que reconocer que no era precisamente lo mejor si tenías muchas ganas de una última fiesta. Por eso, en esta ocasión, los que desaparecieron a la tercera canción fueron muchos de los jovencitos, y digo jovencitos porque, con tal de ver a Paolo por las pantallas, gran parte de las féminas aguantaron hasta el final. Si bien es cierto que echamos bastante en falta el sonido de las guitarras (y que, por el contrario, el de los vientos era excesivamente fuerte), lo indudable es que su voz es una sorpresa mayúscula en directo. Con todo esto nos dejó la sensación de que puede llegar ser una figura a seguir en los próximos años. De los pocos que se ha ganado un voto de confianza.
En los otros escenarios: DJ Rojiblanco ya estaba poniendo canciones en el Fib Club. A partir de las 3.00h, Alesso con sus famosas remezclas, hizo que la explanada del Maravillas siguiera botando bien entrados los últimos compases del Festival. Y ya para terminar, Aldo Linares, en el Fib Club, puso también el broche definitivo como viene siendo habitual.
Un Festival Internacional de Benicassim que nos dejó algunos claros y oscuros. Grandes ganadores, algunos perdedores y otros que pasaron sin pena ni gloria. Aún así, siempre se agradece. Todavía guarda esa mezcla preciosa entre conciertos y vacaciones de verano. Así que siempre esperamos volver… ojalá el año que viene. ¡Larga vida!
