A pesar de la lluvia, la segunda edición del festival experimentó un gran aumento en la asistencia del público que se acercó hasta el centro Ola de Sondika para disfrutar de veteranos rockeros (y otros no tan longevos pero de indudable sabor clásico). Nos cuenta su experiencia nuestro colaborador Oscar Díez, con fotografías de Koldo Orue
No mentían. A pesar de una primera edición que no contó con demasiada asistencia de público, en Sondika se celebraba el pasado fin de semana (días 2 y 3 de junio) el segundo BBK Music Legends Fest (al menos, como evento al aire libre, tras un lustro de conciertos bajo el mismo nombre en la Sala BBK de Bilbao). Allí, Van Morrison se reveló como la leyenda que es pero que no siempre logra ser, dado su carácter mercurial y caprichoso. Pero… vayamos por partes.
Georgie Fame, su órgano, el público y la lluvia // Koldo Orue
El viernes tocó antes el atildado -musical y físicamente- organista britanico Georgie Fame, que, en exiguo formato trío y bajo una lluvia constante, sonó estupendo y nada caduco, haciendo gala de elegante rhythm and blues y un repertorio que incluyó varias versiones tirando a óptimas. Miramos al reloj cuando «Van the man» pisó el tablado: 20:31 horas. En los siguientes noventa minutos no lo volvimos a hacer.
El de Belfast logró algo caro de ver: magia. Hipnotizados por una banda de calidad descomunal, el líder ordenó el setlist combinando clasicazos («Moondance«) con otros menos conocidos («Days Like This«) y así, cuando hizo cima con «Gloria» vía Them, los casi 4.000 fans congregados flotaban en el aire. Será uno de los conciertos del año, sin duda.
Bandaza de leyenda // Koldo Orue
Del sábado, aguacero incluido, disfrutamos con el rock auténtico y musculoso de los chicaguenses, habituales por estos lares, The Steepwater Band. También nos gustó Imelda May, pero plasmó un giro al soul al que la nocturnidad y el formato sala le habría venido mejor. Por último, la leyenda del reggae Alpha Blondy, que transformó el centro Ola en un fiestón donde bailó hasta el apuntador.
The Steepwater Band, como en casa // Koldo Orue
A pesar de las dudas que generó en su estreno, tras comprobar el aumento de público y visto el nivel de los artistas, tanto en el cartel como sobre el escenario (a destacar también la solvencia de los locales Rubia y Mud Candies, así como del meritorio combo navarro Motxila 21 -formado por doce músicos con Síndrome de Down- o del mediático Wyoming con -las versiones de- sus Insolventes), no podemos sino mostrarnos optimistas de cara a próximas ediciones del festival. No sabemos si llegará a ser legendario… pero pinta bien.
El Gran Wyoming // Koldo Orue
