Sexto aniversario, quinta edición y primera ocasión en Bilbao para este festival caracterizado por reunir, en dos días, a algunos de los mayores iconos del rock de décadas pasadas. Status Quo, Paul Carrack, Loquillo (en sustitución de Alan Parsons), Hawkwind, Walter Trout, Shirley Davis, Girlschool…
De bien alto o hasta notable podemos calificar el nivel medio de los ocho bolos vistos este pasado fin de semana (viernes 24 y sábado 25 de junio) en el BBK Bilbao Music Legends Fest. Encima, con un sonido óptimo en la mayoría de las ocasiones (también es verdad que apenas nos movimos de la fila 3).
Un festival que, a pesar de cumplir su sexto aniversario y quinta edición (tras cancelar su edición de 2020 y tampoco celebrarse en 2021, covid mediante), se estrenaba en Bilbao, tras haberse desarrollado previamente en Sondika. Con un recinto principal más que amplio, con pista y gradas, y techado (hablamos del Bilbao Arena), el evento abandonó su disposición al aire libre, si bien también hubo conciertos fuera.
Los locales Micky & The Buzz (por partida doble) y Gonzalo Portugal, el viernes; y Santiago Delgado & Los Runnaway Lovers (también con doblete) y Javi «Stills» & Co., el sábado, musicaron los entreactos desde la carpa del Voodoo Child Bar, colocado junto a los stands de comida y merchandising del festival.
Dentro, el viernes arrancó con la azkoitiarra Anari y su banda y siguió con otra intensa mujer, Maika Makovski, que cumplió con creces gracias a su rock fresco y multicultural en formato quinteto (y con tres de los miembros -la propia Makovski incluida- intercambiando continuamente sus instrumentos.
Girlschool, con un sonido mate seguramente buscado, fue lo más funcionarial del día (y, aún así, disfrutable). Status Quo (foto principal) cumplió con su papel de cabeza de todo el festival, sobre todo tras la cancelación de Alan Parsons. Sonidazo, actitud y aptitud. Los espaciales y lisérgicos Hawkwind terminaron abduciéndonos en una espiral de rock que parecía infinita.
El sábado, nuestra resaca nos impidió llegar al concierto de Mikel Renteria & The WOP Band y nos acompañó al bolo de Shirley Davis & The Silverbacks, que sonaron de fábula ante aún no más de dos centenares de almas. Soul con pegada, fantástico para activarse.
Alucinante, de lo mejor del festi, fue después lo del yayo Walter Trout, que con 71 años apisonó Miribilla con su blues «zztopero» y resultón. Le teníamos ganas y no decepcionó un pelo. Mas romántico, pero con una calidad inmensa y sonando glorioso, Paul Carrack paseó sus no pocos clásicos ante un público entusiasta que terminó extasiado.
Por último, Loquillo (en sustitución de Parsons). Lejanos los tiempos del rock, ahora en su papel de crooner, con sus poses y sus letras sobre tiempos pasados y egos desmesurados. Fue un bolo muy aseado, en el que nos aburrimos levemente.
A ver con qué «leyendas» nos sorprenden el año que viene. Deseosos estamos.