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Primavera Sound

Los Chichos, a Primavera Sound: El underground era esto

Joseba Vegas (Director de contenidos de bi fm) aprovecha la contratación del legendario trío de rumba flamenca por parte del festival barcelonés Primavera Sound para repasar la carrera del popular grupo y preguntarse si no estamos ante algo así como la versión ibérica de los raperos del Bronx o, incluso de los punks de los suburbios de Londres, quienes, en los años 70 también tuvieron que lidiar con la pobreza, la marginalidad, las adicciones y los problemas con la ley


Joseba Vegas (Director de contenidos de bi fm) aprovecha la contratación del legendario trío de rumba flamenca por parte del festival barcelonés Primavera Sound para repasar la carrera del popular grupo y preguntarse si no estamos ante algo así como la versión ibérica de los raperos del Bronx o, incluso de los punks de los suburbios de Londres, quienes, en los años 70 también tuvieron que lidiar con la pobreza, la marginalidad, las adicciones y los problemas con la ley


 

«Joder, esto es lo más underground que he visto en mucho tiempo«. Nunca pensé que esas palabras, pronunciadas por servidor nada más acabar un concierto de Los Chichos (en una destartalada plaza de toros de un remoto pueblo de Castilla, con ellos sobre un escenario móvil del tamaño de un salchichauto -o «food truck«, que lo llamarían ahora-), pudieran llegar a adquirir todo su sentido unos años después, coincidiendo con la confirmación del grupo de los hermanos González Gabarre por parte del festival Primavera Sound de Barcelona, el mayor evento anual dedicado en España a la música pop y rock de carácter inequívocamente «alternativo«.

 

los chichos cartel naranja bifmY vale que en el Primavera siempre hay sitio para la electrónica, el hip-hop o mutaciones derivadas de ellos (como el trap de PXXR GVNG, también de la partida en 2016), sin olvidar sus guiños al rock duro (Motörhead o Napalm Death ya participaron en el festival) así como a otros estilos más o menos exóticos (del afrobeat de Tony Allen al tropicalismo de Caetano Veloso, por poner solo dos ejemplos con protagonistas ilustres), configurando así una mirada bastante amplia de la música popular contemporánea, pero bien es cierto que hay géneros, o subgéneros, que apenas han tenido cabida en sus quince ediciones previas.

 

Uno de los casos más llamativos podría considerarse el del flamenco… o incluso el de la rumba (tan arraigada en Catalunya). A excepción de momentos puntuales, como con aquel homenaje a «La Leyenda Del Tiempo» de Camarón en 2011 o con Rocío Márquez el pasado año, la verdad es que no han proliferado artistas que dieran el «cante«. Ahora, sin embargo, eso parece cambiar, definitivamente, con la inclusión del trío liderado en su día por Jeros (fallecido en 1995) e integrado hoy por Emilio y Julio González Gabarre más Emilio González García Junior, el hijo del primero. Un trío flamenco, rumbero y que forma, indudablemente, parte del imaginario colectivo español. Sus más de 22 millones (!!!) de discos vendidos así lo atestiguan.

 

Pero, volvamos al principio. Hablábamos de Los Chichos y de su carácter «underground» y eso es lo que quiero explicar. Porque, ¿qué podría alejar del «mainstream» a un grupo con más de cuatro décadas de andadura, ventas millonarias y éxitos tan populares como «Ni más, ni menos«, «Quiero ser libre«, «Son ilusiones» o «Mujer cruel«? Pues, sin lugar a dudas, la propia idiosincrasia de la banda, formada en 1973 por tres gitanos de origen muy humilde criados en un ambiente donde primaban, por un lado, el flamenco, y, por otro, la pobreza.

 

los chichos libre bifmPortada de «Quiero ser libre», escrita por Jeros en la cárcel

 

Con la venta ambulante y la delincuencia como únicas vías de subsistencia en el horizonte, aquellos tres adolescentes aprovecharon su arte (genuino, innato, autodidacta) para salir del agujero, si bien sus letras y actitud nunca se alejaron del barrio, la familia y los problemas de su gente, esa que sufría hambre, adicciones y alguna que otra temporadita en la cárcel. Vamos, algo así como la versión ibérica de los raperos del Bronx o, en cierta medida, de los punks de los suburbios de Londres (y poco o nada que ver con Raphael, por mucho que sea un artista español, de la época y que actuara recientemente en el también «indie» festival Sonorama). No fue casualidad que, en 1985, firmaran la banda sonora de «Yo, El Vaquilla«, la película dirigida por José Antonio de la Loma y protagonizada por el célebre delincuente…

 

Por otro lado (y a pesar del éxito masivo), Los Chichos no dejaron de lado el carácter arrabalero y «do it yourself» de su música y, si bien tuvieron producciones que coqueteaban con la música disco, tan en boga a finales de los 70, y coristas femeninas (toda una novedad en sus inicios), nunca dieron la imagen de «banda grande» ni de «estrellas«, por mucho que sus seguidores se contaran por los chichos hastaquihemosllegado bifmcentenares de miles y que su influencia sirviera como inspiración para grupos de tanto éxito posterior como Ketama, Camela o, claro, Estopa (quienes dedicaron a Jeros «El del medio de los Chichos«, uno de sus mayores hits).

 

Todo ello, unido a que, a día de hoy, los conciertos («de despedida» -la cual anunciaron en 2014 y se pensaba que se materializaría en 2015-) de Los Chichos no constan de ningún tipo de montaje escénico, backline ni parafernalia alguna en muchos de sus casos (son solo ellos tres, cantando -y dejando cantar al público- sobre bases y coros grabados en CD-R -que a veces se saltan o se resisten a sonar-), no podemos sino resaltar ese carácter «underground» y sorprendentemente «amateur» de su propuesta, la misma que lleva viva más de 40 años y que, visto lo visto, perdurará bastantes más en el tiempo. Lo que desconocemos es si Primavera Sound 2016 será el definitivo broche de oro de su longeva carrera o si, por el contrario, servirá para que su adiós no sea sino un (otro) hasta luego. «Esto sí que tiene guasa«, que dirían ellos.

 

 

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