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25 años de FANT, “el sueño de unos locos fanáticos del cine”

FANT Bilbao 2002

Borja Crespo, uno de sus fundadores, rememora los inicios, fanzinerosos y en VHS, que fueron evolucionando hasta convertirse en el actual festival.

FANT 2002: Flipy, Hernán Migoya, Rubén Lardín, Jorge Riera e Iván Barredo
Borja Crespo, uno de los fundadores de la otrora Semana de Cine Fantástico de Bilbao, echa la vista atrás para recordar aquellos inicios, fanzinerosos y en VHS, que fueron evolucionando hasta convertirse en el actual Festival de Cine Fantástico de Bilbao

El FANT cumple la friolera de 25 años. Cinco lustros, ¡qué locura! Empezó siendo una muestra en la Biblioteca de Bidebarrieta de Bilbao, con entrada gratuita, el paso natural tras organizar algunas proyecciones en la Universidad del País Vasco que se llenaban hasta la bandera. Era la época inmediatamente anterior a la llegada de la era digital, luego era muy complicado acceder al visionado de ciertas películas, clásicos de la historia del cine o cult-movies idolatradas por cinéfagos de pro que hablaban de ellas en las páginas de fanzines ignotos. El Botxo acogió el nacimiento de una publicación autoeditada dedicada al celuloide fantástico y de terror. Por nombre ‘Quatermass’, en sus comienzos, dirigido por Javier G. Romero, acogía en sus páginas títulos como ‘Freaks’, de Tod Browning, la saga de ‘El Planeta de los Simios’ o entrevistas a Paul Naschy y Álex de la Iglesia. Un contenido tan ecléctico como viscoso y cinéfilo, especialmente pensado para amantes del séptimo arte más subterráneo, de la serie B o Z, de una amplia cinematografía de género incapaz de dejar indiferente al espectador.

‘Quatermass’ fue el germen del FANT. Bajo la batuta de Romero le dábamos a la máquina de escribir -todavía no existía el Word- con entusiasmo, buceábamos en las hemerotecas -por mi parte en la biblioteca de la Facultad de Bellas Artes de Leioa- y buscábamos la manera de ver algunos títulos indispensables de los que poder hablar. El intercambio de cintas VHS por correo postal, grabadas de reproductor a reproductor, era algo habitual. Todas las semanas llegaban jugosos paquetes de cualquier parte de España con películas que devorábamos a pesar de no contar con subtítulos y sí lucir un montón de drops, léase interferencias en la imagen. A veces era complicado ver realmente lo que estaba pasando en la televisión de tubo, como el Canal+ codificado. La redacción fanzinerosa inicial estaba conformada por Javier y su hermano Ángel G. Romero, Josu Olano, Alejandro Arteche y el menda lerenda. La alienación, una Patrulla X en toda regla, fue cambiando con el tiempo.

FANT 2002

Borja Crespo, Julián Hernández y Pedro Temboury hace la tira // FANT

Un punto y aparte en el periplo del fanzine fue extender sus dominios a las proyecciones. Conseguimos llevar al campus universitario de Leioa al mismísimo Paul Naschy a una mesa redonda, plantando una semilla que fue creciendo. Josu Olano era el experto en terror ibérico. Sus contactos con el mentado Naschy o Jesús Franco fueron vitales para dar lustre a la iniciativa. Ya en Bidebarrieta en 1994, bajo el nombre Semana de Cine Fantástico de Bilbao, abrimos fuego con filmes tan dispares como ‘Mal gusto’, ‘La noche de los muertos vivientes’ o ‘La leyenda del señor del mal’. Eran los años 90, el gore estaba de moda y aparecían en la escena con energías renovadas cineastas como Alex de la Iglesia, también de Bilbao. Personalmente me empeñé en dar voz a cortometrajistas del momento, la mayoría de los cuales han acabado trabajando profesionalmente detrás de las cámaras: Koldo Serra, Oskar Santos, Kepa Sojo, Tinieblas González… Nombres como los de Jaume Balagueró, Nacho Vigalondo, J. A. Bayona, Nacho Cerdá, Pedro Temboury o Paco Plaza se fueron incorporando a un proyecto que nació fruto del esfuerzo colectivo de un grupo de entusiastas del fantástico.

Brian Yuzna en FANT 2001

Brian Yuzna en FANT 2001 // Iván Barredo

De Bidebarrieta, el evento saltó al Salón El Carmen, terreno abonado por el maravilloso Cineclub FAS. Las proyecciones pasaron a ser en cine, se profesionalizó la aventura gracias al trabajo de Iván Barredo, un devoto cinéfilo bilbaíno, compañero eterno de fatigas, que a día de hoy sigue dedicándose a la distribución cinematográfica con el sello Good Films, apostando por un cine independiente potente. Fue el encargado del movimiento de películas, de localizar en 35 mm. los títulos planteados por Romero para su programación, dando un claro paso adelante como evento, con el Ayuntamiento de Bilbao más entregado a la causa. No tardó en llegar la hora de convertirse en FANT, en un festival con todos los honores, con la proyección de más de medio centenar de títulos entre varias sedes, ampliándose la parrilla con ciclos, homenajes, sesiones infantiles, maratones, noches especiales, conciertos, etc. Los extintos cines Ideales, ahora sede de una conocida cadena hotelera, se convirtieron en el foco principal del festejo. En muchas sesiones se quedaba más gente fuera que dentro. Las costumbres eran diferentes a la hora de consumir material audiovisual, con la llegada de Internet todo cambió, pero esa es otra historia.

Colin H. Arthur (2002) // FANT

Colin H. Arthur (2002) // FANT

Como FANT, se amplió notoriamente el público, con una oferta que se miraba en la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián. Junto a Iván Barredo me tocó elaborar una programación variada, ideada poniendo el foco en el aficionado al cine fantaterrorífico de toda la vida -el cinéfago y el cinéfilo-, sin olvidarnos de nuevos públicos y últimas tendencias. Nuestra conexión con el Ayuntamiento de Bilbao era Fernando Pérez, por aquel entonces avezado técnico de cultura y ahora director de AZ, léase La Alhóndiga, cuyos cines -los Golem- recogen el grueso de la actual programación del festival especializado bilbaíno. Elaboramos una nutrida propuesta que incluía, además de los pases, exposiciones, charlas y varias fiestas, jugosos conciertos que montábamos mano a mano con Alfonso Santiago, ahora cabeza visible de Last Tour, empresa impulsora de festivales como Bilbao BBK Live. Son muchas las personas que han crecido profesionalmente en paralelo al FANT. Nacho Vigalondo, antes de ser nominado al Oscar por su corto ‘7:35 de la mañana’, fue uno de los encargados de presentar una de las noches freaks dedicadas a una audiencia entregada que copaba la sala oscura, con sesiones impagables, piezas bizarras y sorpresas. Por mi parte, dejé el certamen para centrarme en la dirección del Festival Internacional de Cine de Comedia de Peñíscola y asesorar creativamente en la programación del Salón del Cómic de Getxo, entre otras múltiples labores que han ido mutando con el tiempo. 25 años dan para mucho, cinco lustros dan para muchas historias. Una de ellas es Tracking Bilbao, un proyecto actual vinculado a mi vertiente laboral como gestor cultural que levanto junto a la buena gente de Caostica.

FANT Bilbao 2001

Mesa redonda en 2001 // FANT

Cuando haces algo por pasión, que crece y pasa de mano en mano, que se reconozca tu trabajo es lo único que queda si hablamos de la organización de eventos que ayudan a la difusión cultural. Ponerle nombre y valor en el mapa al FANT es unas de las líneas que más aprecio en mi agitado currículum. Me alegra seguir en contacto con este iniciativa, en la presente edición como miembro del jurado. ¡Feliz cumpletacos, FANT!

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