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Eduardo Ranedo

El Disco del Mes: The Limiñanas – Shadow People

The Limiñanas

Eduardo Ranedo nos recomienda el sexto álbum del dúo de Perpignan, «una muestra notable y casi indiscutible de rock europeo que va mucho más allá del modelo anglosajón, un detalle que tiene su valor»

The Limiñanas
Eduardo Ranedo nos recomienda el sexto álbum del dúo de Perpignan, «una muestra notable y casi indiscutible de rock europeo que va mucho más allá del modelo anglosajón»

Nunca se insistirá suficientemente en la enorme pérdida que supone el tradicional desapego que tenemos por aquí hacia la música procedente de Francia. Sea por la disculpa del idioma o por esa creencia totalmente injustificada -y muchas veces alimentada por el derrotismo intrínseco del rock galo- de que su escena no es capaz de generar grupos interesantes, lo cierto es que apenas sabemos nada de lo que allí se cuece. Tenemos un problema serio con esto, y quien sabe si serán The Limiñanas quienes puedan aportar algo que ayude para empezar a su resolución. Perfectamente puede ser así.

Llevan desde principios de esta década, desde su base en Perpignan, mostrando una propuesta muy consistente tanto en disco como en directo, un hábitat este que han buscado con fruición y que han utilizado para sembrar fuera de Francia lo que hoy luce como una envidiable pátina de prestigio y label cool.

The Limiñanas

Lionel y Marie Limiñana

Es evidente que la estética –su núcleo duro está formado por un dúo mixto con tendencia al negro y escaso apego por la expresividad- y sus referentes musicales –el rock de garaje y la psicodelia, Gainsbourg en toda su dimensión, el ritmo oscuro y machacón, los ambientes claustrofóbicos herederos de Velvet Underground o Jesus & Mary Chain y, pasando al lado luminoso, algunos guiños al muro de sonido de Spector, los grupos de chicas de los sesenta, el surf y las bandas sonoras de gente como Morricone- ayudaban bastante para que de saque la percepción fuera favorable, pero también resulta diáfano que hacen falta otros ingredientes para mantener el interés tras seis elepés, que además han publicado en un lapso de tiempo relativamente corto para los estándares actuales.

Para colmo, Limiñanas no es el típico grupo que haya asumido demasiados riesgos con su sonido o que haya ido arriesgando en distintas direcciones. Muy al contrario, su fórmula parece basada en perfeccionar un esquema al que permanecen fieles, incluso aceptando la posibilidad de que pueda devenir cansino o repetitivo. Pero no es el caso. Son hábiles alternando las voces masculina y femenina, ambas ideales a pesar de su contraste -envolvente y delicada la de Marie, más rasposa la de Lionel- para alimentar el componente enigmático que tiene su música, y apuestan incluso por temas instrumentales en los que luce una vocación por las dinámicas y texturas cinematográficas que con el tiempo ha ido ganando terreno en su repertorio. Siempre han sido inteligentes a la hora de buscar compañeros de viaje que les aporten detalles que ayuden a mantener el crecimiento y el atractivo sin que el bloque de cemento armado marca Limiñanas sufra deterioro alguno.

The Limiñanas, disco 2018

Portada de «Shadow People»

En «Shadow People» (Because Music, 2018) retoman colaboraciones pasadas –como la de Peter Hook, que proyecta el tema “The Gift” a una dimensión bailable difícil de encontrar en el resto del disco y muy cercana a los primeros New Order-, intensifican otras –como la de Anton Newcombe de Brian Jonestown Massacre, aquí muy protagonista- y amplían el plantel tirando una vez más de ese toque chic innegociable que aquí encarna la voz de la actriz Emmanuelle Seigner en el tema principal.

Son, como decía, ya seis discos a estas alturas, cuyo sumatorio va ganando empaque y ofrece una muestra notable y casi indiscutible de rock europeo que va mucho más allá del modelo anglosajón, un detalle que tiene su valor. Y que el último siga inquietando y enganchando como el primero no puede significar más que cosas buenas.

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