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Odoloste Restaurante, San Pancetín y un Año Nuevo cochino

Restaurante Odoloste (Bilbao)

No lleva mucho abierto en el número 11 de Alameda Recalde, pero ya puede considerarse un templo porcino al que los feligreses han de acudir.

Talo tacos del Odoloste // Alma Botxera
No lleva mucho abierto en el número 11 de Alameda Recalde, en Bilbao, pero con ese poco tiempo, el restaurante que pilota Igor Aguirre ya puede considerarse un templo porcino al que sus feligreses han de acudir

Mientras en febrero los bilbaínos pasamos de esquivar charcos y baldosas traicioneras a un serio ensayo de la primavera en cuestión de días, los chinos celebraban el comienzo de su Año Nuevo, el del cerdo. Supuestamente, un año de felicidad, alegría y despreocupación para todos.

Yo, que esto de ser feliz me pone y mucho, hice todo lo que estuvo en mi mano para que esa alegría de vivir se prolongase en el tiempo. Y no fue fácil hacerlo en el apartado gastronómico, sobre todo porque acabo de ser aita, llevo la L y he perdido la noción del tiempo.

¡Feliz Año del Cerdo!

¡Feliz Año del Cerdo! // Alma Botxera

Busqué un par de “horas libres” y un compi de buen apetito para que me acompañase el 14 de febrero a celebrar San Pancetín, la versión más cochina de San Valentín y… ¡coño! también el año nuevo chino. Podríamos haber ido al chinorris de La Casilla (mi favorito) y pringarnos de salsa agridulce radioactiva y wan-tun frito. Así lo hubieran hecho Fiti y Candela en “Los Serrano”, pero esta vez buscaba algo con más clase.

Odoloste no lleva mucho tiempo abierto en el número 11 de Alameda Recalde, entre Lersundi y Barrainkua. Y con ese poco tiempo, el restaurante que pilota Igor Aguirre (@igorsukaldari), ya puede considerarse un templo porcino al que sus feligreses han de acudir.

Restaurante Odoloste

Entrada del Odoloste // Alma Botxera

“Del cerdo hasta los andares” dice el refrán y a eso se han agarrado con uñas y dientes para este proyecto. Nadie es más protagonista que el cerdo aquí, cada uno de los 22 platos que conforman su carta tiene algún elemento de puerco.

Aunque Odoloste cuenta con un menú express diario a 19,50 €, prefiero ir a la carta para poder probar esos platos que tanto llamaron mi atención en su cuenta de Instagram (@odolosterestaurante).

Restaurante Odoloste (Bilbao)

Interior del restaurante Odoloste (Bilbao) // Alma Botxera

La atención y asesoramiento de los camareros, muy profesionales y educados, nos sirvió para no pasarnos de la cuenta en la comanda. Elegimos pues lo cuatro platos principales y un postre para compartir entre dos personas. Todos fueron llegando a la mesa en plato individual, por lo que las fotos que veréis son la mitad de la ración.

La comida comenzó con un aperitivo de la casa, un chupito de “porrusalda ahumada” para ir entrando en canción.

Interior del restaurante Odoloste (Bilbao)

A mesa puesta // Alma Botxera

Con solo leer “hongos y papada ibérica sobre salsa carbonara” se me hizo la boca agua. Así que para mí era obligatorio. Llegó a la mesa y aunque la presentación mantenía el “hype” a niveles muy altos, a la hora de llevarlo a la boca llegó la decepción. No sé qué ocurrió, quizás falta de sal, pero los hongos no tenían ese sabor intenso tan característico. Resultaron sosos, y fue muy evidente para los dos. Ni la papada consiguió levantar ese plato. Al menos para nosotros, fue el plato prescindible.

restaurante Odoloste (Bilbao)

No fue una gozada de papada // Alma Botxera

Pronto se recondujeron los ánimos, y los responsables fueron “talo-tacos de carrillera ibérica, cebolla encurtida y mahonesa de chipotle”. Llegaron tres unidades de este, aunque se podía añadir a petición del cliente alguna unidad más. Con una presencia soberbia y colorida, 100% instagrameable, fue de esos platos que dan pena que se acaben. Nos encantó el contraste graso de la carrillera, la acidez de la cebolla encurtida y el puntito picante del chipotle. Gran combinación.

Talo tacos del Restaurante Odoloste (Bilbao)

De la mesa al buche (vía Instagram) // Alma Botxera

La carta de Odoloste cuenta con pescados: atún rojo, merluza y bacalao combinados con bacón y veloutés de jamón para cumplir con el compromiso del gorrino en sus platos. Aun así insistimos con la carnaza, esta vez pedimos “cabezada asada, cogollos y toffee de cebolleta”. La cabezada (además de una pequeña siesta) es una parte muy jugosa del cerdo, es la parte del chuletero más cercana a la cabeza. Un plato interesante, sabroso, en el que invertimos nuestra ración de pan untando su propio jugo.

Cabezada del Restaurante Odoloste (Bilbao)

A punto de echarme una cabezada // Alma Botxera

Para el siguiente plato hubo quórum instantáneo: “costilla asada, cremoso de patata y barbacoa bizkaina”. Y no hay más que verlo llegar a la mesa para confirmar que el brillito que luce en las pantallas de mi móvil es real. Bendito gorrino ¿cómo estás taaaaaaan rico? La barbacoa la encuentro en punto correcto, suave y por tanto nada invasiva. Carne muy tierna que se separa fácilmente del hueso y dos filigranas de salsa bizkaina por una de patata. Aupa Athletic, kabenzotz!

Costillas barbacoa del Restaurante Odoloste (Bilbao)

Eup! // Alma Botxera

¿Y si nos pedimos un estofado para terminar? Eh… ¡venga tú, loco! Menos mal que se trataba de un “estofado de fresas, crema de cítricos y helado de limón maduro”. Una gran elección para desengrasar el paladar. La infusión le sirvió a uno como digestivo, el café al que escribe para reactivarse y seguir ejerciendo de aita. Fin de la licencia, por ahora.

Restaurante Odoloste (Bilbao)

Y de postre… ¡estofado! // Alma Botxera

La sensación con la que nos marchamos de Odoloste fue muy grata. Estoy casi seguro de que el primer plato fue un error aislado viendo el desarrollo del resto de la comida. La cuenta asciende a 83 € para dos personas, con agua filtrada, ración de pan y cafés. Cumple con los 40 € por persona yendo a la carta, la idea que llevaba desde casa. Trato excelente por parte del personal, al nivel de muchos restaurantes de postín. Clima y entorno agradable, más sonando el “Shoot The Moon” de Norah Jones.

Volveremos cuando podamos, no será pronto, pero intentaré probar platos de los que me quedé con ganas: manitas rellenas de rabo de vaca, canelones rellenos de carrillera teriyaki o la prometedora ensalada de oreja de cerdo frita y crujiente que 1 de cada 3 nutricionistas recomiendan incluir en vuestras dietas 😉

Odoloste Restaurante
Alameda de Recalde, nº11, Bilbao.
Teléfono de reservas: 690 19 26 28
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