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La fiebre de los “bubble waffles” llega a Euskadi

Bubble waffles en Bilbao

El postre originario de Hong Kong que causa furor en Instagram, solo se vende en un local del Casco Viejo de Bilbao. Las colas a su puerta que pueden llegar a ser de más de una hora

Rebosantes y coloridos gofres de burbujas // Holy Bubbles
Por el momento, este postre originario de Hong Kong que causa furor en Instagram, solo se vende en un local del Casco Viejo de Bilbao. Las colas a sus puertas (que pueden llegar a ser de una hora) se repiten cada día desde Semana Santa

Si en los últimos días has estado en el Casco Viejo de Bilbao, seguro te habrás topado con gente paseando con vasos de plástico de los que emerge una especie de macrogofre de grandes burbujas enroscado, relleno de helado y coronado con dulces complementos de variopintos colores. De hecho, si has pasado por la calle del Perro, también habrás visto grandes colas a la altura del número 7. Bilbaínos y turistas alucinan cuando ven la serpenteante fila que, según el día, puede alcanzar el centenar de personas y colapsar la calle peatonal.

¿Qué está pasando? ¿De qué va esta dulce moda? La respuesta hay que ir a buscarla a Hong Kong y a la región china de Macao. De allí es originario el “egg waffle” (o “gai daan jai”, que es su nombre original), el tentempié más típico de los puestos callejeros de aquellas latitudes desde los años 50 del pasado siglo. En unas planchas giratorias se echa una masa muy similar a la de las crepes (huevo, azúcar, harina, mantequilla y leche) y, en vez de prensarla como al hacer un gofre, lo que se hace con troqueles inversos es permitir que entre aire y se formen grandes burbujas, dando un resultado más ligero y digerible. Una vez cocinado y enroscado, rienda suelta a la glotonería para rellenarlo y coronarlo con chorreantes complementos dulces.

Bubble waffles en Bilbao

En el Casco Viejo de Bilbao, todo el mundo parece tener su «bubble waffle» estos días // Holy Bubbles

Pero, ¿cómo llegamos del Asia de mediados del siglo pasado al Bilbao de 2018? Pues gracias a las bilbaínas Mavi Hontoria y Rosa Ibáñez, dos amigas en torno a la cincuentena que, el pasado verano, descubrieron en un viaje a Londres que Chinatown estaba llena de puestos tradicionales que vendían el producto. “Nos llamó la atención que incluso había algunas franquicias occidentales que habían comercializado el postre haciéndolo aún más espectacular y renombrándolo “bubble waffle”. Tenían un tirón de público tremendo”. Ambas andaban rumiando la idea de montar un negocio juntas hacía tiempo, pero la bombilla no se había encendido hasta ese momento.

Al volver, investigaron el mercado aquí y vieron que, en todo el Estado, solo parecía haber un food-truck asturiano que vendía “bubble waffles”. Y se lanzaron. En solo tres meses, el pasado 11 de octubre, inauguraban su local en Bilbao (bautizado como Holy Bubbles -“benditas burbujas”-) y sus tres planchas arrancaban a pleno rendimiento desde el minuto uno. El destino quiso que, justo a la vez, tiendas similares abrieran en Madrid, Málaga, Valencia…

El tentempié más “instagrameable”

Holy Bubbles ha llegado a Bilbao justo cuando la fiebre de los “bubble waffles” arrasa en el mundo… y en las redes sociales. Porque ese es el principal secreto de la actual popularización de un vistoso postre con más de medio siglo de historia. En la era de Instagram, el postureo, los estilistas gastronómicos y los «foodies», el potencial de los visualmente imponentes “bubble waffles” estaba por explotar (haz una rápida búsqueda del hashtag #bubblewaffle en Instagram y alucina). “Ese ha sido el quid de nuestro rápido éxito”, nos dicen desde Holy Bubbles. “Nosotras solo montamos el local y colgamos alguna foto en Facebook e Instagram. A partir de ahí, la gente, sobre todo los chavales de entre 14 y 18 años, han empezado a compartir fotos y han generado el boom”.

Una publicación compartida de Holy Bubbles (@holy_bubbles) el Mavi y Rosa abren todos los días a las 15:30 y, si el tiempo acompaña o es fin de semana, a esa misma hora comienza a formarse una cola que no termina hasta que, al cierre, tienen que cortarla y dejar de servir. En estas últimas semanas de absoluta locura les ha pasado de todo: gente esperando antes de que levantaran la persiana, toques de atención de los negocios vecinos, clientes que han esperado casi hora y media para ser atendidos… “Se nos ha ido de las manos”, bromean. “Yo vine unas cinco veces hasta que conseguí probarlos, porque las colas eran imposibles”, nos corrobora Alba, una joven clienta desde la fila.

Una publicación compartida de Joana Peral (@joanabalma26_makeup) el Mavi y Rosa abren todos los días a las 15:30 y, si el tiempo acompaña o es fin de semana, a esa misma hora comienza a formarse una cola que no termina hasta que, al cierre, tienen que cortarla y dejar de servir. En estas últimas semanas de absoluta locura les ha pasado de todo: gente esperando antes de que levantaran la persiana, toques de atención de los negocios vecinos, clientes que han esperado casi hora y media para ser atendidos… “Se nos ha ido de las manos”, bromean. “Yo vine unas cinco veces hasta que conseguí probarlos, porque las colas eran imposibles”, nos corrobora Alba, una joven clienta, desde la fila.

Por entre 2,5 y 4,5 €, puedes componer tu “bubble waffle”: de masa natural o rellena (de chocolate, Oreos, muesli…), con un par de bolas de helados variados, con caudalosos chorros de salsa a elegir (leche condensada, Nutella, dulce de leche, mermeladas…) y, para los más valientes, con infinitos toppings (Lacasitos, galletas, gominolas…). La gran propuesta innovadora para Bilbao de Holy Bubbles han sido los “bubble waffles” salados. En vez de traer las versiones orientales que incorporan a la masa té verde o jengibre, han apostado por ofrecer opciones con las burbujas rellenas de chorizo, chistorra, queso, bacon, jamón york, salchichas, morcilla, pimientos…  “De momento nos los piden muy poco porque entran menos por los ojos”, reconoce Mavi.

Bubble waffles en Bilbao

Postre de Hong Kong reconvertido en pintxo salado vasco, con su txistorra y sus pimientos // Holy Bubbles

El actual ritmo de venta puede superar las 500 unidades diarias así que, una vez comprobado que la gente en Bilbao repite y consume “bubble waffles” más allá de la primera compra por impulso, Rosa y Mavi ya están buscando un nuevo espacio más grande, al que esperan mudarse en, como mucho, un par de meses. “Esto así es inviable”, se despiden tras la estrecha barra de Holy Bubbles mientras la gente empieza a acumularse, un día más, tanto en el interior del pequeño establecimiento como a sus puertas.

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