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Un día (sin dormir) en Barcelona al ritmo de Arcade Fire

Arcade Fire en directo

Acompañamos a David Mars en su viaje relámpago a la capital catalana, donde, en menos de 24 horas, pudo disfrutar de calles y avenidas, edificios y paisajes, restaurantes veganos y tiendas de discos… y hasta de un título del Barça. También vio en directo a Arcade Fire, también

Arcade Fire, en Barcelona // Rosario López
Acompañamos a nuestro colaborador David Mars en su viaje relámpago a la capital catalana, donde, en menos de 24 horas, pudo disfrutar de calles y avenidas, edificios y paisajes, restaurantes veganos y tiendas de discos… y hasta de un título del Barça. ¡Ah! Y también vio en directo a Arcade Fire, también

El sábado 21 de abril madrugamos bastante. Sobre las 7:00h de la mañana ya estábamos esperando el bus al aeropuerto de la futura capital del mundo, Bilbao, para tomar un vuelo en dirección a Barcelona. La misión: captar en directo el último álbum de los canadienses Arcade Fire, «Everything Now», cuya gira de presentación, «Infinite Content Tour», hacía parada ese día en el Palau Sant Jordi.

Nuestro avión de vuelta era al día siguiente, a las 8:05h de la mañana y desde la T1 (la terminal más nueva y alejada), así que, después de barajar diferentes modalidades de transporte para regresar al aeropuerto junto con las opciones que nos ofrecía la noche barcelonesa, decidimos arriesgarnos, no dormir e ir directamente a El Prat. Disfrutar, en definitiva, del concierto y la noche. Del tirón.

Nada más salir del avión, cogimos el bus lanzadera que lleva a la T2 para, allí, tomar un tren que nos dejó en Plaza Catalunya, centro neurálgico de la ciudad condal, donde van a desembocar el Paseo de Gracia, con sus magníficos edificios modernistas, como la Casa Batlló y La Pedrera, ambos de Gaudí, y donde dan comienzo Las Ramblas. Pero bueno, que todos conocéis Barcelona, ¿no? Eran las 11:30h.

Al salir de la estación nos hicimos con un plano de la ciudad y entramos a El Corte Inglés a desayunar y, de paso, disfrutar de las vistas que ofrece su último piso. Queríamos ir a la calle Tallers, al principio de Las Ramblas, porque ese día, además, era el Record Store Day y qué mejor lugar que una arteria llena de tiendas de discos (además de tiendas de ropa alternativa y de segunda mano y, por supuesto, de bares). Entramos en Revólver e Impacto, compramos varios artefactos sonoros y empezó a entrarnos el gusanillo de la música en directo. Sin embargo, aún quedaban varias horas para el concierto, así que nos quedamos con las ganas.

Se acercaba ya la hora de comer y teníamos dos opciones, o comer empanadas argentinas y pizza en el Muccis que hay a mitad de la calle Tallers o ir al Veggie Garden, un restaurante vegano, cerca de la plaza Universitat, que es donde termina Tallers. Optamos por esta última opción y tuvimos mucha suerte, pues conseguimos mesa nada más llegar y el restaurante entra dentro de la categoría de «bueno, bonito, barato». Mientras comíamos, le echamos un segundo vistazo al mapa y preguntamos cómo llegar al Palau. Al tener tiempo, podíamos ir caminando desde Universitat a Plaza España y desde allí tendríamos que coger el bus 150, que nos dejaría cerca de la puerta.

Veggie Garden Barcelona

Platos del Veggie Garden // David Mars

Fueron solo unos 20 minutos de caminata, los cuales nos vinieron bien para bajar la comida. Ya en Plaza España, entramos a Las Arenas, la antigua plaza de toros que, manteniendo su fachada, fue reconvertida en centro comercial hace ahora siete años. Pedimos café para llevar y nos encaminamos a la Avenida de la Reina María Cristina, con sus fuentes y escaleras, que lleva al Museo Nacional de Arte de Catalunya. Subimos hasta arriba de Montjuïc y allí nos quedamos un rato, disfrutando del paisaje y el buen tiempo, a la par que cogiendo fuerzas para el concierto.

Levantamos el campamento, cogimos el bus y llegamos a eso de las 20.30h. Fuera del Palau había muy buen ambiente, con bastante gente tomando sus cervecitas en las zonas verdes. Cuando entramos al recinto estaban ya actuando Preservation Hall Jazz Band, un combo con más de 50 años de historia que ha colaborado con formaciones como Foo Fighters, My Morning Jacket o los propios Arcade Fire. Ellos fueron los encargados de abrir la noche y calentar el ambiente mientras el público entraba.

A las 21:30h, en las pantallas sobre el ring que serviría de escenario empezaron a aparecer anuncios parecidos a los de la teletienda: venta de biblias, líquidos para irritaciones en los ojos llamados «Electric Blue», etc. Pasados 10 minutos sobre la hora estipulada, salieron Win Butler y compañía por una esquina del Palau, recorriendo el pasillo formado entre una multitud que saludada, coreaba y aplaudía. Mientras subían al escenario, una voz presentaba por megafonía a cada uno de los integrantes de la banda. Todo muy americano. Arrancaron el concierto con “Everything Now”, traducido al catalán en las pantallas como «Ara Tot».

Arcade Fire Barcelona

El ring del concierto de Arcade Fire // David Mars

Se marcaron un asombroso show con una puesta en escena espectacular (y nos quedamos cortos utilizando solo este adjetivo), mezclando las canciones de su nuevo trabajo con sus hits más potentes («The Suburbs», «Ready to Start» o «Reflektor», por mencionar alguno). Dos brillantes horas plenas de emociones, felicidad y bailoteos que hacía tiempo que no disfrutábamos. Pese a quien le pese, Arcade Fire es un grupo que con cada trabajo se reinventa y, a pesar de las críticas obtenidas con su último trabajo, siguen siendo y serán un referente dentro de la música indie rock. Para finalizar el concierto tocaron «Wake Up» junto con la banda telonera, haciendo que todo el recinto se pusiera a saltar y cantar. La despedida fue genial e ingeniosa al igual que el inicio. Fueron bajando uno a uno del ring/escenario y pasando de nuevo por el pasillo formado por el público, que seguía coreando «Wake Up», sabiendo que habían conseguido que todos disfrutáramos de su música al máximo.

Eran casi las 00:00h y, después de más de dos horas intensas de concierto, bajamos andando hasta Plaza España. Allí cerca, en la calle Cruz Coberta, comimos una porción de pizza napolitana y una Moritz. Unos amigos nos habían recomendado ir de fiesta a la calle Escudellers, en la parte baja de Las Ramblas, y después ir a la Plaza Reial, al bar-discoteca Karma. Así lo hicimos, pero en vez de ir directamente a Escudellers, cogimos el metro en dirección de nuevo a Plaza Catalunya, para ver el ambiente que había en Canaletas, la fuente que está al principio de Las Ramblas y donde se celebran los títulos del Barça. Se acababa de jugar la final de la Copa del Rey de fútbol y el club blaugrana había ganado por goleada al Sevilla. Salimos del Karma a las 5:00h para poder coger a las 5:40h en Paseo de Gracia el tren que nos llevaría de vuelta al aeropuerto.

Acabamos hechos polvo, claro, pero el tute mereció la pena, pudiendo disfrutar de Barcelona tanto de día como de noche, así como de un concierto de esos que se recuerdan siempre. Esperemos disfrutar pronto de otra escapada como esta. De momento, nos conformamos con dos recuerdos de este inolvidable 21 de abril en Barcelona: el vaso de Arcade Fire en el que nos sirvieron las cervezas en el Palau Sant Jordi y una de las joyitas que pillamos en una de las tiendas de la calle Tallers en este Record Store Day 2018 (“And The Winner Isn´t”, de Talco).

Arcade Fire Barcelona

Joyas para el recuerdo // David Mars

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