Lizzy Grant continúa su camino por el estrellato al margen de las modas con su noveno larga duración en apenas once años. Además, reseñamos brevemente los nuevos trabajos de Depeche Mode, Morreo, La Paloma, 100 Gecs y Verde Prato
Lo cierto es que no sabemos si hay un túnel bajo Ocean Blvd en Long Beach (CA), ni si atraviesa todo el país hasta la costa este y es por él por donde esta neoyorquina se coló hace años en el corazón de la soleada California. Vista con desconfianza por la crítica cuando despuntó con el single «Video Games» de «Born to Die» (2012), su primer disco -si no contamos con el retirado del mercado «Lana Del Ray», de 2010- por su imagen en principio artificiosa basada en la clásica época dorada de Hollywood, Lana del Rey terminó por conquistarla con tesón gracias a la mejora sucesiva en cada nuevo trabajo hasta llegar a la alabada trilogía formada por «Norman Fucking Rockwell» (2019), «Chemtrails Over the Country Club» (2021) y «Blue Banisters» (2021).
Aunque su música tiene un lado accessible, el de las grandes baladas a piano y voz y el gancho con las melodías, prescinde la mayor parte de las veces de secciones rítmicas y producciones a la moda y no tiene en cuenta el minutaje típico del pop superando los seis o siete minutos cuando la historia lo requiere. Con un pie en el kitsch y en el camp y otro en lo trascendente, como bien explica Luis Boullosa en el magnifico libro «Diez formas de amar a Lana Del Rey», una llave para abrirse paso entre las multiples capas de significado de la misteriosa diva.
Cómoda en el traje a medida que se ha ido confeccionando disco a disco, en «Did You Know That There’s A Tunnel Under Ocean Blvd» (Interscope/Polydor, 2023) tampoco necesita golpes de efecto sónicos: solo en la cuarta parte de las canciones decide incluir una base electrónica cercana al trap, en el resto el piano, las cuerdas orquestales y algún sintetizador de ambiente son suficientes. Ni siquiera las colaboraciones de relumbrón, como las de Father John Misty, Bleachers (el grupo de Jack Antonoff, uno de sus productores habituales) o Jon Batiste son capaces de robarle el plano, sino que son absorbidos por el mundo mágico de Del Rey.
Solo cede el atril al mediático pastor Judah Smit -más de 700.000 seguidores en Instagram, entre ellos Justin Bieber– incluyendo un sermón de cuatro minutos y medio condenando la lujuria en «Judah Smith Interlude», musicado con un piano de fondo y con las ocasionales risitas de la que parece ser la propia Lana. El no haber aclarado si es una acción sarcástica -se dice que ella misma asiste a la iglesia del pastor- y el situarlo tras su single «A&W», iniciales de ‘American Whore’ («puta americana») referidas a sí misma, junto con las condenas del pastor a la comunidad LGTB+, conforman parte de la polémica que siempre la acompaña.
Como todos sus trabajos, es para afrontarlo sin prisas y sin el moderno e incómodo zapping, dejándose imbuir por el encantamiento de una de las artistas más singulares de lo que llevamos de siglo.
OTROS DISCOS DESTACADOS DEL MES
DEPECHE MODE
«Memento Mori» (Venusnote/Columbia, 2023)
Depeche Mode – «Memento Mori»
Qué decir que no se haya dicho ya del muy comentado trabajo de retorno del emblemático grupo inglés. El veredicto más generalizado es que si bien no es una obra maestra sí que es un más que digno álbum a estas alturas de carrera. Para su mejor canción de este siglo, «Ghosts Again», dedicada a su fallecido compañero Andrew Fletcher y cantada con emoción contenida por Dave Gahan, han contado con la ayuda en la composición de Richard Butler, líder de The Psychedelic Furs y maestro de la épica romántica de formato pop.
El resto del material transita por ese pop sintético con toque oscuro marca de la casa de discos como «Violator» o «Ultra», sin acabar de alcanzar la altura de sus pretéritos éxitos.
MORREO
«Alegría» (Las Amigas/Morreo, 2023)
Morreo – «Alegría»
Segundo asalto para el dúo que hace un par de años llamó la atención de la escena indie nacional con ese pop deudor de grupos de los sesenta con mucho instinto melódico como Los Brincos, Los Módulos o Los Ángeles. Mantienen la apuesta, añadiendo esta vez alguna especia autóctona sureña como en «Pansequito» acentuada por la colaboración vocal de Soleá Morente.
En «Los Turistas» se hacen acompañar por Adiós Amores, que abundan en ese punto nostálgico y naïf de artistas como Jeanette. Notable colección de canciones de un grupo que maneja sus clásicos referentes con personalidad, si bien da la sensación de que pueden alcanzar un escalón más con futuros trabajos.
LA PALOMA
«Todavía no» (La Castanya, 2023)
La Paloma – «Todavía no»
Parece gozar de buena salud la muy comentada nueva hornada de grupos de guitarras formadas por veinteañeros de la que se hacía eco la canción de Carolina Durante «Tu nuevo grupo favorito», que bien podría hacer alusión a La Paloma -aunque no formen parte de la escudería Sonido Muchacho, como dice la letra, sino de La Castanya). En su caso, queda demostrado con este su primer LP que no responde a la moda, ni al llamado hype.
Tras su pequeño éxito de hace un par de años, «Bravo Murillo», de su EP «Una idea, pero es triste» (2021), del que no han necesitado incluir ninguna canción aquí, sorprenden con un sonido clásico, trabajado y robusto para un grupo con tan poca trayectoria que trae a la memoria a bandas maestras de ese rock entre el power pop y el hardcore melódico como Nueva Vulcano o Superchunk y su energía y euforia contagiosa. Como dice una de sus excelentes canciones, «No es una broma».
100 GECS
«10,000 Gecs» (Dog Show Records/Atlantic, 2023)
100 Gecs – «10,000 Gecs»
Si bien Dylan Brady y Laura Les empezaron sus andanzas en el mundillo del pop electrónico moderno, en el llamado hyperpop y la PC music de artistas como Charlie XCX, AG Cook, Danny L Harle, etc., con abundante uso de auto-tune o voces casi pitufadas, para este nuevo trabajo es como si hubieran estado escuchando sin parar discos de rock y de pop de décadas anteriores intercalados con los suyos. Por ejemplo, de otros míticos dúos como el rock destartalado e indie de The Moldy Peaches o el energético y bluesy de The White Stripes.
Con la ausencia de complejos musicales propia de su generación, añaden sonidos de bandas más comerciales como Blink 182, The Ting Tings o No Doubt con toques emo y hasta de ska-pop y mucho sentido del humor y muy poca vergüenza. Resulta que lo que parecía un cocktail imbebible de esos que se hacen de los restos de las copas de un bar, tiene gancho y atractivo. «¿Sueno como un chiste cuando hablo contigo?» canta Laura en «mememe». «Pues sí, pero mola», le respondería yo. Claro que siempre habrá veteranos a los que no les haga ni puta gracia.
VERDE PRATO
«Adoretua» (Plan B Rec/ Sony Music)
Verde Prato – «Adoretua»
En un mundillo musical actual con diferentes escenas algo miméticas, sorprende una artista con la personalidad de Verde Prato. Cualquiera que la haya podido ver en directo tendrá esa impresión grabada con más fuerza. Sola en el escenario, vestida con una elegancia que se estila poco, con una voz angelical y una aparente timidez y fragilidad que se ve que no es tal cuando ejecuta una coreografía sencilla sin inmutarse, ni sonrojarse.
Kate Bush, Bat For Lashes o la PJ Harvey de «Down By the Water», artistas singulares, tan modernas como clásicas, son nombres que vienen a la cabeza al tratar de compararla. Habría que añadir algo de folk euskaldun y hasta algún elemento latino, pues ella pasa con naturalidad del principal euskera al castellano, en letras con tintes oníricos y de leyenda. Para este trabajo, ha añadido algunas bases electrónicas de ritmo pausado a la receta de su anterior trabajo. Es algo muy especial.
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