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Eduardo Ranedo

El Disco del Mes: Kelley Stoltz – Natural Causes

Eduardo Ranedo nos recomienda el nuevo disco del músico estadounidense, otra exhibición del talento pop de un geniecillo de las canciones y las melodías

Kelley Stoltz
Eduardo Ranedo nos recomienda el nuevo disco del músico estadounidense, otra exhibición del talento pop de un geniecillo de las canciones y las melodías que sigue exhibiendo su magnífico estado de forma

Habitual en nuestro circuito de salas y dueño de un culto selecto que nació en un momento de su carrera en el que sus discos probablemente tenían algo más de repercusión que ahora, lo cierto es que el currículum de Kelley Stoltz no es como para tomárselo a broma. Pocos pueden presumir de unos credenciales como los suyos, con una década larga en la que ha contado con el respaldo de sellos discográficos con un prestigio tan indiscutible como el de Sub Pop –donde grabó tres discos excepcionales-, Third Man –la marca de Jack White- y Castle Face, la compañía fundada por John Dwyer, el de Oh Sees. Con ellos ha ido publicando elepés caracterizados por mantener siempre un nivel muy alto mientras en paralelo desarrollaba tareas de productor –con delicatessen como The Mantles-, participaba en proyectos ajenos como Sonny & The Sunsets, daba rienda suelta a su vena más expansiva con aventuras escapistas como Willie Weird y hasta ejercía de músico a sueldo como recientemente ha hecho en los directos de Echo & The Bunnymen.

Grupo éste, por cierto, que marcó su juventud como lo hicieron otras luminarias del segundo post-punk británico –localizado en los primeros ochenta-, la nueva ola y toda la recua de primeros espadas del pop clásico de los sesenta. Ahora mismo no se me ocurre mejor ejemplo de compositor capaz de mezclar la esencia de todo lo anterior y además conseguir que el resultado final resulte fresco, vigente y rabiosamente actual. Otros –sin ir más lejos Ryan Adams- han intentado mirarse en el espejo de los ochenta, quizá la parte más complicada del reto, sin terminar de salir airosos. Stoltz lo ha conseguido -y no es la primera vez…- liberando a sus canciones de todo aquel molesto componente de exceso y de pretenciosidad tan típico de aquella época hasta reducirlo a lo esencial. Quizá por ello al final no se detecte más rastro revivalista que el provocado de manera ineludible por el efecto de esta concreta influencia.

Kelley Stoltz álbum (2018)

Portada de «Natural Causes» (Banana & Louie Records)

«Natural Causes» es, como todos los que hace, un disco modesto en aspiraciones pero no en resultados. Lo grabó sin ayuda de nadie en el pequeño estudio de que dispone en su domicilio de San Francisco, así a lo Juan Palomo, aprovechando un periodo de tiempo en el que se encontraba solo por ausencia de su pareja y durante el cual se dedicó a trabajar sobre ideas que tenía sin terminar de desarrollar. El resultado es otra exhibición del talento pop de un geniecillo de las canciones y las melodías que sigue exhibiendo su magnífico estado de forma, cada vez más cómodo a la hora de combinar estilos y recursos y sin ningún miedo a emprender combinaciones que a otros estallarían en las manos. Es tal su dominio de la arquitectura melódica que casi se podría defender que sus canciones definen un género en sí mismo, una categoría de pop total en la que nombres como los de Andy Partridge, Todd Rundgren o Ray Davies ocuparían los lugares de mayor jerarquía. Aquí nos encanta que sigan existiendo locuelos así, embobados en su tarea de seguir componiendo canciones que ya casi nadie escucha pero que siguen enchufando chutes de placer a los pocos que lo hacen. Natural Causes es la primera referencia de un nuevo sello discográfico, Banana & Louie –así se llamaban los perros de Brian Wilson, vamos, que no se da puntada sin hilo-, un sello recién nacido de la tienda de discos de Madrid -Radio City- y cuya siguiente referencia será Cookie Zoo, el primer y esquivo trabajo de los Colorama de Carwyn Ellis. Otro caramelo. ¿Qué decir, a estas alturas? Tiendas físicas, sellos y discos nuevos, orfebrería pop y canciones de exposición. Pues lo ya dicho: locuelos.

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