Eduardo Ranedo nos recomienda el debut en largo de esta banda sueca, con su pop cristalino impregnado en desazón y melancolía. Guitarras a lo Byrds, psicodelia clásica, cierto aire shoegaze… ¡Échale una escucha!
Llevaba semanas sin parar de escuchar este LP –que supone el debut en largo del quinteto de Estocolmo-, enganchado a sus maneras de envolver pop cristalino, con cierta sensación de desazón y melancolía. El caso es que hace unos días han estado de gira por aquí y, tras verlos en concierto, me parecieron muy solventes, elegantes al llevar al directo su catarata de melodías y voces ensambladas. También relevantes, por ser capaces de sorprender a pesar de apostar por un sonido que no es precisamente original, delimitado por el sonido de guitarras al estilo Byrds, la psicodelia clásica y cierto aire shoegaze. La aparición de un grupo nuevo -alejado de los radares del común denominador- que propone un primer disco de categoría y que además en directo lo eleva de nivel, supone una noticia de alcance que no podemos dejar pasar. Era su primer bolo fuera de Suecia pero nadie lo habría intuido de no haberlo comentado ellos mismos.
«September Love» viene de la mano de un pequeño sello de Madrid, Meritorio Records, que ha iniciado su andadura apenas hace unos meses con un puñado de discos muy interesantes, todos de grupos muy frescos de los que apenas sabíamos nada y con los que ha dejado claro su magnífico ojo para detectar talento y de paso la buena salud que tiene ahora mismo la escena del pop de guitarras. Se une, por cierto, a otros sellos del Estado –como es el caso de Pretty Olivia, Caballito o el algo más veterano You Are The Cosmos-, marcas cortadas por el patrón del buen gusto, sostenidas por una parroquia tan pequeña como fiel y entusiasta, y para las que la viabilidad comercial importa mucho menos que el bienestar emocional que solo proporcionan las buenas canciones.
Stephen’s Shore habían publicado un EP de cuatro canciones en 2016 en el que ya apuntaban todas las coordenadas dentro de las que se mueven y en las que caben referencias como los citados Byrds, los Choir de Cleveland, la escena Paisley Underground de los ochenta encarnada por Rain Parade, la parte más desenfadada de Sarah Records y otros ya clásicos a estas alturas como Stones Roses o que lo terminarán siendo como Real Estate. Una vez ha llegado el LP completo, todo parece aún mejor. “Why?”, la canción que lo cierra, es una versión excelente de un tema original de The Byrds –fue la cara B del single “Eight Miles High”-, una pieza que también grabaron los ingleses Tomorrow a finales de los sesenta. Está casi todo dicho. Con ella vienen a resumir lo que ofrecen sus canciones, en las que cabe desde indie pop liviano hasta locos trallazos de delirio psicodélico.
Con una tonalidad en general algo más oscura que la que ofrecían en el anterior trabajo, el disco es el producto de solo un par de días de trabajo en el estudio, un dato alucinante y muy ilustrativo. Stephen’s Shore apuntan muchas cosas como para pensar en ellos como una simple banda de revival, y con el mérito adicional de que manejan conceptos tan estrictos y en cierta forma vinculantes como son el garage-folk de los sesenta, el country-rock cósmico –siquiera de manera remota- o el sonido jangle tan característico de las guitarras Rickenbacker de 12 cuerdas. Sus canciones están llenas de ganchos pop magistrales y son valientes al capar una herramienta que para otros sería definitiva, amortiguando el vigor de dos voces de primera –que cantan al unísono y tan bien como los mejores que te vengan a la cabeza-, opacándolas por respeto a un sonido que evidentemente es muy buscado.
Habrá que ver cómo resuelven el siguiente paso, si se agarran a este sonido y lo exprimen hasta el tuétano o bien deciden abrir las ventanas y dejan fluir pop en todo su esplendor. No lo tendrán fácil tampoco: debutar con algo tan bueno no deja de ser una complicación.