«The Jared Leto Show» bien podría ser el título que resumiera lo que se vivió el pasado sábado en el Bilbao Exhibition Center. Unas 3.000 personas entregadas bajo la batuta del actor y cantante en un espectáculo apabullante donde él fue la única estrella. Una propuesta que, «vista con distanciamiento, funciona, divierte y, a ratos, hasta hipnotiza», valora nuestro redactor Óscar Díez. Las fotos son de David Mars
Inmersos en una gira europea con la que la mayoría de bandas solo podrían soñar, los Thirty Seconds To Mars del actor Jared Leto metieron el sábado a más de 2.500 almas en la Sala CUBEC! de Barakaldo (pese a los precios, que arrancaban en los 56 € -la entrada de pista- y podían sobrepasar los 300 -en el caso de optar por un meet&greet-). Puntuales, mesiánicos -aunque no como para resultar cargantes- y con sonido apabullante (casi todo en pregrabados, sí). Así arrancaron Thirty Seconds To Mars, para deleite de los «echelon» (como se autodenominan los fans irredentos del grupo), que ya quedaban alucinados para el resto del concierto.
Un inmenso contenedor negro rodeado de público por tres de sus laterales ascendía para descubrir a la banda en su interior: Shannon Leto en la (galáctica) batería y su ultramediático hermano a la voz. Jared Leto apareció vestido con un imposible (pero cool) camisón rojo de boxeador, con pantacas mostaza a lo «Kill Bill» y con guantes verdes (¿de fregar?). Un cuadro, pero, oigan, que el amigo sabía llevarlo (es imagen de Gucci). Y nadie más sobre el escenario. Para asombro de los presentes, el guitarrista bosnio Tomo Milicevic no apareció (dicen que ha dejado la gira europea a medias por «motivos personales» y no ha sido remplazado). ¿Se imaginan a los Stones girando sin Keith Richards?
Pero esto es otra cosa: un show a lo MTV que, visto con distanciamiento, funciona, divierte y, a ratos, hipnotiza; sin dejar poso alguno. En 90 minutos, los Leto Bros. tocaron básicamente temas de sus primeros 3 discos (el nuevo, «America», acaba de salir), vampirizaron un éxito de Rihanna (lo hicieron también con Lady Gaga en Kobetas en el Bilbao BBK Live de 2011) y se escudaron tras una parafernalia tan aparatosa y efectiva como inocua. Y poco más. Continúo quedándome con el Leto de «El señor de la guerra»o «Réquiem por un sueño». Llámenme raro.