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Ocio y cultura

Puro teatro (mayo): “Los aborígenes”, “Siempre juntos” y la pujante cantera local

Bilbao y Barakaldo acogen dos obras que nos hacen sentir orgullo por las nuevas generaciones de las artes escénicas vascas.

"Los aborígenes" // Pabellón 6
Bilbao y Barakaldo acogen dos obras que nos hacen sentir orgullo por las nuevas generaciones de las artes escénicas vascas. En “Los Aborígenes” (Pabellón 6) disfrutamos de un elenco joven pero exquisitamente profesional; en “Siempre juntos” (Arimaktore), de una nueva muestra de talento de un hiperactivo dramaturgo que apenas supera los 30

¿Otra obra de/sobre Lorca? ¿De verdad era necesaria? Somos conscientes de que muchos pensaréis algo así si os contamos que este mes de mayo el Pabellón 6 de Bilbao repone «Los Aborígenes. Lorca, Dalí, Buñuel». Y es que en los últimos 10 meses han pasado por nuestros escenarios «A vueltas con Lorca», «Una noche sin luna», «Federico & Salvador. Las horas oscuras y doradas», «Doña Rosita, anotada», «Mariana Pineda»…, por citar sólo los primeros títulos que nos vienen a la mente. Sin embargo, en el caso que nos ocupa, no estamos ante nada de lo que el imaginario colectivo relaciona con Lorca.

Sí, lo que propone el dramaturgo y director bilbaíno Felipe Loza en «Los Aborígenes. Lorca, Dalí, Buñuel» ya se ha hecho: recomponer la vida de Lorca a modo de collage basándose en textos reales extraídos de sus obras (teatro, poemas…) y sus escritos (públicos o personales). Sin embargo, lo que hace único y novedoso este montaje de la Compañía Joven de Pabellón 6 es la forma, el tono. Porque aunque nos hable de ese niño que nace en Granada, se hace amigo de Dalí y Buñuel en la Residencia de Estudiantes, viaja a Nueva York…, lo hace a modo de disparatada y fantasiosa aventura seudovodevilesca (en el sentido más noble del término), encandilando al público con una vitalidad arrolladora y muy pocas veces vista en escena.

Más que narrar una vida, lo que hace esta obra es retratar emociones al hilo de la biografía de un escritor menos solemne y más loco, menos ídolo y más persona. Y es así como el público, aunque por momentos no sepa muy bien qué está viendo o no sea capaz de ubicar los textos elegidos, no se quiere desenganchar de este cautivador y atávico tsunami que es «Los Aborígenes».

Ese espíritu de los locos años 20 del siglo pasado, de los albores del surrealismo, que Lorca vivió, es lo que captura esta propuesta atrevida, incluso irreverente, con tono de fábula acelerada pero a la vez fiel a la vida y la esencia del poeta. Un Lorca adulto (Yeray Vázquez) recorre la escena como narrador omnisciente o, más bien, como maestro de ceremonias (ya que «Los Aborígenes» es, por qué no decirlo así, un gran cabaret en el que música y baile son también fundamentales -la dirección musical es de Iñaki Maruri y las coreografías, de Rafael Eizaguirre-). A la vez, un Lorca joven (Kepa Alesso) vive, explora, ama y crece en todos los sentidos. Le va rodeando un infinito elenco de personajes reales, de ficción o imaginados, a los que dan vida siete actores más (María Cerezuela, Grace Doniz, Unai Elizalde, Eneritz García, Josh Ortiz de Zarate, Nahikari Rodríguez y Jon Casamayor).

La Compañía Joven en «Los aborígenes» // P6

Sus aventuras, sus creaciones literarias, su reivindicación de la libertad ciudadana y personal o su lucha por la República, se presentan en la obra como escenas dispares, que mezclan géneros y estilos de forma dinámica y libérrima. Lo que hilvana el conjunto y le da coherencia es esa vibrante energía, esa potencia emotiva conseguida por la maestría de Loza no sólo al componer el guion sino, sobre todo, al llevarlo a escena. Su dirección es una sucesión de aciertos e ingenio, que alumbra una verdadera coreografía de ritmo in crescendo. No van a la zaga de su brillantez los 9 actores y actrices, que ejecutan impecables la locura que el director les propone. Nos vais a permitir que a esta Compañía Joven de Pabellón 6 a la que se suele calificar de prometedora por su corta edad, la reconozcamos aquí como una «realidad incontestable», pues de «promesa» ya poco tienen con la profesionalidad que demuestran en todos sus montajes.

«Los Aborígenes. Lorca, Dalí, Buñuel» fue la gran producción de la segunda promoción de la Compañía Joven de Pabellón 6 allá por 2017, pero se ha tenido que reponer año tras año desde entonces porque nunca le ha faltado público. Este mes, como decíamos, acaba de volver a la cartelera en la nueva sede de la compañía (frente a la sala original de Pabellón 6). Tienes cinco funciones semanales (de jueves a domingo, incluyendo la recién inaugurada y ya instaurada «sesión vermú» de los domingos a las 12 h.) hasta el 23 de mayo. Más información y entradas, aquí.

Cartel de «Los Aborígenes. Lorca, Dalí, Buñuel» // Pabellón 6

«SIEMPRE JUNTOS»

Y, si «Los aborígenes» nos hace enorgullecernos de la cantera de jóvenes intérpretes locales, el inminente estreno que acogerá la sala Arimaktore de Barakaldo (desde el 16 de mayo) nos hace confiar también en los/as nuevos/as dramaturgos/as vascos/as. Como punta de lanza tenemos al hiperactivo David Caíña, que, a pesar de tener sólo 32 años, ya no puede contar con los dedos de una única mano los guiones que ha convertido en obras exitosas («Pretérito imperfecto», «¿Cómo hemos llegado a esto?», «Gris. Morirse en Bilbao»…).

En su nuevo título, «Siempre juntos», Caíña vuelve a proponer un inteligente (y un punto disparatado) juego como premisa, algo que es ya seña de identidad de su teatro. ¿Qué pasaría si el amigo invisible de nuestra infancia se nos apareciera ahora de adultos? Es lo que le ocurre a Javi, que recupera la relación perdida con su añorado Pintxo aunque este, claro, no haya crecido en estos años y siga siendo un niño. Con este punto de partida, la pieza nos habla sobre esa soledad que se siente cuando se deja atrás la juventud y se van asumiendo las responsabilidades que llevan a la edad adulta, algo con lo que cualquiera, no sólo los que estén pasando ahora por ese «coming-of-age» (que dicen los yanquis) podrá identificarse.

Cartel de «Siempre juntos» // David Caíña

Una vez más, Caíña vuelve a tirar del humor como el edulcorante perfecto para que el público engulla sin rechistar reflexiones y dramas más hondos de lo que a priori parecen. «Ya que la gente se tiene que tragar estas cosas mías, por lo menos que se entretengan y se rían», bromea fiel a su estilo a sólo tres días del estreno. Quizá este sea su guion más honesto hasta la fecha, pues el protagonista es su claro alter ego y él mismo reconoce haber «vomitado» el texto con intención terapéutica. Gracias a este retrato de sí mismo y, por extensión, de su generación, la obra seguro atraerá a ese público treintañero que el teatro siempre codicia y raramente engancha. Por eso es vital para el futuro de nuestras artes escénicas contar con autores como Caíña e intérpretes como la mencionada Compañía Joven de Pabellón 6.

«Siempre juntos» nos ofrece además el aliciente de poder disfrutar con dos intérpretes de nuestra escena ya consolidados y con una probada vis cómica: Diego Pérez (como Javi) y Josu Angulo (como Pintxo). Dirigidos por Leire Orbe, han invertido un esfuerzo extra en un minucioso trabajo corporal y de voz para lograr que un personaje fantástico se relacione en escena con uno real. Lo dicho: desde el 16 de mayo y a razón de tres funciones cada fin de semana, en Arimaktore (Barakaldo).

Los actores Diego Pérez y Josu Angulo

Reserva de entradas: 94 694 82 89☎️ y 📱686 351 331📱 (WhatsApp). Funciones: sábados a las 19 h. y domingos a las 12 h. y a las 19 h.

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