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Ocio y cultura

Puro teatro (febrero): “Gris”, ¿morirse en Bilbao o matar Bilbao?

La nueva producción de la Gazte Konpainia de Pabellón 6 va a ser el gran éxito de público de esta temporada.

El próximo gran éxito // Pabellón 6
La nueva producción de la Gazte Konpainia de Pabellón 6 va a ser el gran éxito de público de esta temporada. No es una premonición nuestra, es que ya han agotado entradas para 8 de las 15 funciones que tienen por delante este mes. Además, 3 de las mejores obras vistas en 2020 vuelven a la cartelera

El Bilbao obrero, emigrante y combativo de Altos Hornos y la Naval; el nuevo Bilbao de deslumbrantes arquitecturas que atrae a turistas de todo el mundo; el Bilbao en el que se bebe bien y se come mejor; el Bilbao de la especulación inmobiliaria y los pisos turísticos… Todos los Bilbaos posibles coinciden en «Gris. Morirse en Bilbao», un musical que es la nueva producción de la Gazte Konpainia de Pabellón 6. Lo estrenaron la semana pasada y estará en cartel en su sede durante todo febrero; pero, ojito si quieres verlo, porque en el momento de escribir estas líneas ya tienen colgado el «entradas agotadas» para 8 de las 15 funciones que les quedan por delante.

Mucho (y joven) talento // Pabellón 6

Es 31 de mayo de 1992 y Iosu Expósito (Eskorbuto) acaba de fallecer. Estamos en el karaoke Rendez-Vous, un (no tan) imaginario local (decadente y fascinante por igual) que esta noche celebra su concurso anual. En él va a participar un amplio catálogo de peculiares personajes, alter egos de todos esos Bilbaos diferentes, de los Bilbaos pre-metro y pre-Guggenheim que pronto serán pasado y de los Bilbaos que en breve se harán realidad.

Como siempre con la Gazte Konpainia, el elenco de «Gris. Morirse en Bilbao» es FABULOSO. En mayúsculas y sin ambages. Resulta chocante, casi inconcebible, que intérpretes tan jóvenes (y que empiezan a dar sus primeros pasos profesionales) tengan unas aptitudes y una formación tan excelentes que sus interpretaciones puedan mirar de tú a tú (siempre, no solo en este montaje) a las de grandes nombres nacionales consagrados. Kepa Alesso, Aitor Echarte, Leire Ormazabal, Itxaso Gil, Sandra Tejero y Yeray Vázquez, dan vida en «Gris» a una docena de personajes. Intercalan registros, cantan, bailan y lo que les echen, encabezados por un carismático Echarte que sabe dar el do de pecho en el papel más goloso (el de maestro de ceremonias y alma mater del Rendez-Vous).

El fabuloso reparto de «Gris» // Pabellón 6

En esta comedia musical, las canciones no son nuevas composiciones creadas ex profeso para hacer avanzar la historia, sino reconocibles clásicos (locales e internacionales, de ayer y de siempre). Arreglados para la ocasión por Urtzi Iza, los temas van encajando, de una u otra forma, en los personajes (certero cuando el Bilbao del titanio le canta al Bilbao de los turistas la frase «If you want my future, forget my past» -del «Wannabe» de Spice Girls-). Esas estrofas y estribillos hipercoreados cimentan el que es el gran acierto de la obra: el logrado ambiente de loca fiesta canalla, la acertada creación de una atmósfera propia y única, disparatada y con un punto surrealista; algo en lo que también resultan determinantes el llamativo maquillaje y el estrafalario vestuario.

A la gozosa experiencia de pasar una entretenida hora y media entre risas, bailes e himnos de karaoke, se suma el interés de la reflexión que subyace en el guion de «Gris. Morirse en Bilbao», obra de David Caíña. Él es uno de los más interesantes jóvenes dramaturgos con los que contamos en la cantera local, y joyas suyas anteriores («Pretérito imperfecto», «¿Cómo hemos llegado a esto?») dejaban entrever un estilo Woody Allen en los diálogos que lo habían convertido en un nombre a seguir. Ahora, en “Gris”, Caíña sienta a Bilbao frente a un espejo para preguntarle: ¿Qué eres? ¿En qué te estás convirtiendo? Y, sobre todo, ¿de dónde vienes?

Cartel de «Gris. Morirse en Bilbao» // Pabellón 6

Resulta llamativo que «Gris. Morirse en Bilbao» se represente precisamente en la (antes península) ahora isla de Zorrozaurre, próximo epicentro de ese nuevo Bilbao pulido y brillante que ha dejado atrás (y quizá quiere olvidar) un pasado industrial. Una paradoja que viene a hacer aún más sangrante la pregunta que la obra deja en el aire tras su fachada de comedia musical: ¿Nuestro Bilbao muestra su esencia genuina a quienes nos visitan o ha pervertido su esencia para dar a los turistas lo que quieren encontrar y lo que ya tienen en otros muchos destinos?

OTRAS PROPUESTAS

Además, para este mes de febrero no podemos dejar de recomendar tres títulos que ya incluimos en nuestro Top 10 de Las mejores obras de 2020 y que están de vuelta en la cartelera teatral bilbaína. Este mismo viernes (12 de febrero) tienes «Hipólito» (de La Pacheca Collective) en La Fundición de Deusto. Se trata de la obra cuya versión «confinada» (interpretada desde casa de la actriz Bea Insa en directo en streaming) agotó entradas durante cuatro fines de semana consecutivos en abril y mayo del pasado año, con el confinamiento domiciliario recién decretado. Ahora recuperan la propuesta original para sala de este intenso monólogo (acompañado de música en directo), en el que se entrelazan el mito de Fedra (enamorada de su hijastro Hipólito) y la vocación de actriz («enamorada» de su público).

«Hipólito» (confinado), con Bea Insa // Ángel Mirou

También regresan dos montajes que apuestan por recuperar la memoria de nuestros antepasados: la de nuestros abuelos y abuelas, en «Conservando memoria» (20 y 21 de febrero en la Sala BBK) y la de las diputadas Clara Campoamor y Victoria Kent en «Las raíces cortadas» (del 26 de febrero al 14 de marzo en Pabellón 6. Crítica completa de ambas, aquí.

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