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Ocio y cultura

Puro teatro (abril): “Todas las mujeres”, ellas soportan al gañán

Elenco de "Todas las mujeres"

Vuelve a Euskadi (Basauri, Donostia y Vitoria-Gasteiz) una de las mejores obras vistas en 2018, “Todas las mujeres”, basada en la serie y la película homónimas

Ellas son los 5 pilares de Fele Martínez
Vuelve a Euskadi (Basauri, Donostia y Vitoria-Gasteiz) una de las mejores obras de entre todas las que pudimos ver en el pasado 2018, basada en la serie y la película homónimas

Se hace difícil, muy difícil, sentarse a escribir esta columna en la que cada mes os recomendamos algo interesante de lo que podéis disfrutar en los teatros de Euskadi, cuando lo último que hemos visto sobre las tablas ha sido la obra “Jauría” en el madrileño El Pavón Teatro Kamikaze. Una propuesta de teatro documental en la que el dramaturgo Jordi Casanovas ha convertido el juicio y la sentencia del infame caso de “la manada” en una obra en la que cada palabra que se dice y cada acción que ocurre, está estrictamente sacada de la realidad más cruda. Imposible pensar en otras propuestas teatrales teniendo “Jauría” tan reciente.

Imposible quitarse de la cabeza la sensación de repugnancia vivida desde la butaca durante hora y media; imposible no hablar de los gritos espontáneos durante los aplausos de “¡¡Yo sí te creo!!; imposible no contaros la de kleenex que llevan en las manos los espectadores a la salida aún con lágrimas en los ojos; imposible olvidar cómo de destrozada física y mentalmente queda la (memorable) actriz María Hervás tras interpretar a la vez a la víctima y a la fiscal del caso, cómo se viene literalmente abajo y llora a moco tendido cuando la función termina y las luces se encienden para unos aplausos que son, en realidad, un grito colectivo por un cambio de paradigma. Aunque hay mucha gente que ha acusado a la función más de oportunista que de oportuna, lo cierto es que, wow, cómo duele “Jauría”. Ya hablaremos más en detalle sobre ella si se programa por Euskadi cuando salga de gira. De momento, vamos a intentar centrarnos en la cartelera vasca de abril…

Y, hablando de la necesidad de un cambio de paradigma, este mes nos visita de nuevo (ya se pudo ver en 2018 en Santurtzi y el mes pasado en Barakaldo), “Todas las mujeres”, un montaje incluido en el Top 10 de BI FM de las mejores obras de teatro vistas en 2018, y que este abril pasará por Basauri (Social Antzokia) y Donostia (Teatro Principal) y, ya en mayo, volverá a Vitoria-Gasteiz. A pesar del título, “Todas las mujeres” no supera el test de Bechdel (ese que marca que, para no incidir en la brecha de género, una ficción debe contener al menos dos personajes femeninos que hablen entre ellos de algún tema que no sea un hombre). Pero no precisamente porque se trate de ooooootra historia más de esas concebidas por un hombre blanco heterosexual, protagonizada por un hombre blanco heterosexual y narrada desde el unívoco punto de vista del hombre blanco heterosexual. Para nada. La habilidad del planteamiento de “Todas las mujeres” es que consigue ser una gran obra feminista situando a las mujeres como secundarias y, aparentemente, como personajes que solo tienen cabida en la narración porque se relacionan con el protagonista. O más bien, porque soportan al protagonista (tanto en la acepción de «dar soporte» como en la de «aguantar»).

Cartel de «Todas las mujeres» con su anterior coprotagonista, Cristina Plazas, ahora sustituida por Ana Álvarez

Os ponemos en contexto. Primero, “Todas las mujeres” fue una serie de TV de Mariano Barroso que constaba de 6 capítulos. En cada uno de ellos, el protagonista (Eduard Fernández), mantenía una conversación con una de las mujeres que era o había sido importante en su vida. Después, el propio Barroso resumió todo ese metraje a 90 minutos y «Todas las mujeres» fue una película homónima (Goya 2014 al Mejor Guion adaptado) que, igualmente, retrataba al personaje protagonista a través de las pinceladas que sus interacciones con esas 6 mujeres iban dibujando en la pantalla. Ahora, “Todas las mujeres” es una obra de teatro con Daniel Veronese como director y adaptador de aquel gran guion de Barroso y Alejandro Hernández. En escena, la cosa queda resumida a una sucesión de 5 actos en un único espacio (la casa de él -en este caso Fele Martínez-) en el que el protagonista, Nacho, va recibiendo, una detrás de otra, a 5 (en vez de 6) mujeres que poco o nada tienen de acólitas suyas.

Nacho está en un rocambolesco aprieto ético, legal y económico en el que él solito se ha metido. Por su incapacidad para madurar y tomar las riendas de su vida, por sus limitaciones emocionales, por su desastrada economía… El mangarrán está contra la espada y la pared, sí. Y no se le ocurre nada mejor que intentar salvarse exprimiendo a las mujeres que, a lo largo de su vida, ya le han ido solucionando diversas papeletas. No se trata del manido (y machista) tópico de “detrás de todo gran hombre siempre hay una gran mujer”. Aquí no hablamos de un “gran hombre”, aquí la mujer no es solo una, y aquí ellas no están detrás sino bastante por encima del gañán en cuestión (si no en cuanto a catadura moral, sí al menos en cuanto a nivel de madurez).

"Todas las mujeres" (Fele Martínez)

Ay, Nacho, Nacho…

Con su amante, con su madre, con su psicóloga, con su ex-novia y con su cuñada. Las cinco conversaciones que componen la obra teatral “Todas las mujeres” son impagables. Por su chispa, por su capacidad para ir desnudando, parlamento a parlamento, al personaje de Nacho y por su ácido humor. Es desternillante la charla que mantiene con su (un punto cruel) madre, interpretada con desenfado y maestría por la actriz Lola Casamayor. Igualmente, destaca la que comparte con su cuñada, secretamente colgada de él y a la que da vida Mónica Regueiro (actriz también fundadora de Producciones Off, responsable de levantar este montaje). El reparto lo completan Nuria González, Lucía Barrado y Ana Álvarez (que ha sustituido a Cristina Plazas en esta fase de la gira).

Según ellas van desfilando por el escenario, el patio de butacas no puede más que encadenar una carcajada con otra. Al menos hasta que a uno ya le entran ganas de compadecerse del pobre y cobarde patán. No entraremos en spoilers, pero ahí es donde reside otro de los puntos fuertes del guión de «Todas las mujeres»: no es plano ni maniqueo (ellas son «buenas»; él es «malo»), ya que al final todos (hombres o mujeres) acabamos identificándonos en alguna (o incluso algunas) de las miserias de Nacho. Que levante la mano quien no haya sido un poco «aprovechategui» alguna vez en su vida… “Todas las mujeres” se podrá ver el sábado 13 de abril (20:30 h) en el Social Antzokia de Basauri, el domingo 14 (20:00 h) en el Principal de Donostia y, ya en mayo, el día 17 (20:30 h), en el Teatro Principal de Vitoria-Gasteiz (en este último caso, con menos de 90 entradas ya a la venta).

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