Hablamos de medidas concretas para evitar que el Covid-19 hunda al sector cultural con el responsable de Obra Social BBK, entidad que, a través de su sala bilbaína, ha impulsado BBK Sala Etxean, el primer festival sin público de la historia
Al día siguiente de que el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, indignara al sector diciendo en rueda de prensa que «no era el momento» (sic.) de reimpulsar la cultura, la Sala BBK de la Gran Vía de Bilbao anunciaba que había programado un nuevo festival, el BBK Sala Etxean. Mientras los gobiernos seguían sin hablar de la cultura (el central, con esas desafortunadas declaraciones; el vasco, sin mencionarla -aunque por fin ayer lo hacía-), la obra social de una entidad financiera les tomaba la delantera y ponía sobre la mesa el compromiso más claro que se puede tener con un sector: seguir pagando los cachés a los artistas. Unos cachés que, desde el 13 de marzo (y según las previsiones más optimistas hasta finales de este 2020), no van a poder cobrar dado que su trabajo sin público, sin teatros, sin salas de conciertos… no es viable.
¿O sí? Esa es la pregunta-reto que se hicieron en la Obra Social de la BBK, preocupados por no poder seguir adelante con la doble misión que habían marcado para su sala bilbaína: programar cultura tanto para potenciar el sector como para acercársela al público. Pronto dieron con la solución y, en menos de 15 días, tenían montado el primer festival de música y teatro sin público de la historia. En abril y mayo, bandas como Belako o Shinova, músicos como La Bien Querida, Izaro o Álex Ubago y actores como Maribel Salas, Oscar Terol o Jon Plazaola, entre muchos otros, estarán en directo en el escenario de la sala bilbaína (puedes ver aquí el programa completo -al menos, por el momento, ya que se irá ampliando poco a poco-). Y lo harán para actuar, lo primero, respetando todas las medidas necesarias; lo segundo, sin público pero en vivo tanto en la web www.salabbk.bbk.eus, como en su Facebook, en este canal de Youtube y en la cadena Tele Bilbao y su web. Todo, de forma gratuita para los espectadores y con los cachés de los artistas y los sueldos de los técnicos garantizados. Además, las citas quedarán grabadas y colgadas online, por si alguien no puede vivirlas en directo. Según escribimos estas líneas, el concierto de Doctor Deseo del pasado viernes (10 de abril) acumula ya más de 9.000 visionados solo en YouTube (sin contar los de las otras vías de reproducción); algo así como si el mítico Francis hubiera llenado el Bilbao Arena hasta la bandera. No está nada pero que nada mal, ¿no?
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De estas y otras medidas para no dejar que la cultura se hunda por la crisis desatada por el dichoso coronavirus, hablamos con Koldo Bilbao, de Obra Social BBK y responsable de la sala bilbaína.
¿Cómo surge la idea de BBK Sala Etxean?
Pues el mismo lunes 16 de marzo, tras el decreto del estado de alarma, empezamos a pensar qué podíamos hacer. La Sala BBK había tenido que cerrar y suspender de repente, y como todos, toda su programación desde el 13 de marzo. Pero no podíamos quedarnos parados. Menos aún cuando veíamos que las diferentes medidas que se iban tomando para paliar el descalabro económico no iban a repercutir en el tipo de agentes sociales y culturales con los que trabajamos en la sala: cantantes, músicos, compañías de teatro…
Ya entonces visteis claro que esto no iba a ser cosa de días o semanas, ¿no?
Siendo francos, nos enfrentamos a una previsión de cierre de la sala hasta septiembre o incluso octubre. Y ese parón encima incluye la primavera y el verano, los momentos más importantes para promotores y artistas. La misión de la sala y su programación, como parte de la Obra Social de la BBK que somos, es por un lado apoyar a artistas y creadores, y por otro, acercar la cultura a los ciudadanos. No podíamos estar más de medio año sin cumplir ninguno de esos dos objetivos.
¿Cómo ha sido posible levantar un “festival sin público” con las actuales restricciones? Vuestra primera jornada, de hecho, fue el 9 de abril, cuando solo se permitía trabajar a los calificados como “sectores esenciales”.
Primero pensamos en hacerlo desde las casas de los artistas, pero en horas muchos creadores se nos adelantaron haciéndolo por su cuenta y de forma gratuita, sin cobrar sus honorarios. Precisamente lo que nosotros queríamos era pagarles sus cachés, así que había que ir más allá. Obviamente, cumpliendo las medidas y la regulación establecida. No ha sido nada sencillo, pero no se podía correr riesgo alguno. Por un lado, necesitábamos convertir la sala en una suerte de “plató de televisión”, para poder operar como medio de comunicación, sector que tiene la posibilidad de seguir funcionando con normalidad. Por eso el ciclo se hace junto a Tele Bilbao, que lo retransmite en directo. Por otro lado, teníamos que garantizar la salud de todos los trabajadores, reduciendo los equipos al mínimo, manteniendo estrictamente la distancia de seguridad y facilitando a todos y cada uno de los implicados su EPI (Equipo de Protección Individual), como se puede comprobar en algunos de los planos que acaban apareciendo en la emisión en directo de las actuaciones.
Y, ¿quién integra esos equipos reducidos en estas peculiares actuaciones en directo sin público?
En la sala solo está el mínimo personal: un técnico de sonido, otro de luces luces y tres cámaras de la televisión. Por parte de los artistas solo se permite una persona como representante o de la promotora, aparte de quienes actúen, que en la mayoría de los casos son una o dos personas, y siempre siendo rigurosos en mantener la suficiente distancia entre ellos en todo momento sobre el escenario.
Eso os permite hacer, de momento, conciertos y monólogos de teatro.
Eso es. De momento hemos querido lanzar una programación para abril y mayo que contenga conciertos a las 22 horas los viernes y sábados, y monólogos los domingos a las 21 horas. En el caso de la música en directo, son dos personas las que actúan en la mayoría de citas. Y si son más, se pueden mantener bien las distancias. En el caso del teatro, la verdad es que los monólogos de humor era un género que descartábamos en la programación habitual de la sala, pero ahora nos parecía importante apoyar también a las artes escénicas, un sector afectadísimo por el parón. Era inviable plantear una actuación ordinaria de una compañía, en la que hubiera movimiento, entradas y salidas, interacciones… Así que la única forma de hacerlo por ahora es contratar espectáculos unipersonales. También teníamos claro que, al menos ahora al principio, todos los artistas contratados tenían que ser vascos, ya que nuestra primera función es apoyar la cultura hecha aquí.
Ese compromiso nace de ser parte de la obra social de una institución financiera vasca, que es, precisamente, lo que os permite financiar una propuesta como BBK Sala Etxean. Pero, ¿no contempláis que el espectador tenga que pagar de alguna forma «su entrada», como pasaba normalmente en la Sala BBK y como pasa en cualquier local o teatro con actuaciones en directo?
De momento no hemos valorado esa vía. Aunque podría hacerse en algún momento. Tenemos claro que a la cultura hay que darle valor y que lo del «todo gratis» no vale, no es pedagógico, no genera un buen hábito y no da de comer a nadie. Pero en este primer momento, lo que nos preocupaba era poder seguir cerrando contratos con artistas y pagándoles, para que no se quedaran totalmente inactivos. Ahora, pagarles sus cachés es la única forma de apoyar la cultura. A partir de ahí, veremos en un futuro cómo seguimos, porque esta forma de funcionar va a mantenerse a medio plazo y habrá novedades, coproducciones, ciclos temáticos o «comisariados», por así decirlo, etc. La programación de abril y mayo ha sido, simplemente, un primer paso con todas las actuaciones que hemos podido ir cerrando en tiempo récord para arrancar.
Esta iniciativa es, ahora mismo, única, y podría ser una medida idónea para responder a las demandas del sector cultural, que ha quedado desolado y, a la vez, abandonado desde el Gobierno central por el ministro. ¿Cómo lo han recibido artistas y managers?
Encantados. En todas las llamadas que hemos hecho, salvo una o dos, recibimos un sí rotundo, a pesar de la sorpresa y las dudas que les planteaba el formato, a pesar de las limitaciones. Todos se han volcado para cuadrar calendarios, y fueron los propios artistas los que nos animaron a hacerlo en directo en vez de grabado como habíamos pensado en un primer momento. A nosotros nos daba pánico que actuaran «para nadie», ante una platea vacía, sin aplausos…
El estreno de BBK Sala Etxean coincidió con la campaña #ApagónCultural lanzada por el sector el 10 y 11 de abril contra la inacción del Ministro de Cultura y Deporte y tras sus desafortunadas declaraciones del pasado día 7, ¿se plantearon los artistas contratados sumarse?
Fue una iniciativa que entendimos y comprendimos, porque sabemos que la cultura va a ser un sector que va a sufrir especialmente y a largo plazo. Pero creemos firmemente que esta y otras iniciativas que vendrán son precisamente las acciones que hacen falta ahora mismo. Por eso era especialmente importante mantener el programa incluso en esos días y sí se llevó a cabo el directo de Doctor Deseo.
Además de las actuaciones en vivo, habéis decidido colgar en vuestra web grabaciones de algunos de los eventos que teníais programados estas semanas pero que, obviamente, se han suspendido.
Sí, es la fórmula por la que hemos apostado también para mantener el apoyo al sector teatral. Teníamos funciones de dos compañías vascas programadas en la sala el 4 y el 6 de mayo, así que lo que haremos es pagarles la actuación igualmente y, a cambio, pedirles una grabación de la función para colgarla ese día en nuestra web.
Entiendo que todo el presupuesto de este ciclo sale íntegramente de la sala, de la Obra Social de la BBK.
Así es. El 100% del ciclo: cachés, técnicos, montadores, retransmisiones… Y, aparte, Tele Bilbao nos ha dado todo tipo de facilidades. Sí, la Obra Social ha hecho un gran esfuerzo, pero tocaba. No nos planteamos no estar en la agenda cultural de la ciudad durante meses, así que hay que seguir funcionando con otros formatos, en este que hemos buscado ahora y en otros que vayan surgiendo. Habrá críticas, pero sí es el momento de apoyar la cultura. Por supuesto la Obra Social cubre también apoyo a entidades sociales y otros sectores que trabajan para los más desfavorecidos, pero a nosotros en concreto, como Sala BBK, nos tocaba ser responsables con la cultura. Hay que ser consciente de que a la cultura en directo se le ha cerrado toda vía posible de ingreso para los próximos seis meses. Algunos promotores y agentes con los que estamos en contacto, no están pensando siquiera en finales de 2020, están asumiendo que hasta 2021 no podrán empezar a trabajar. Es un drama que la gente haya trabajado en sus creaciones y ahora no pueda mostrarlas y se quede sin nada.