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Entrevistas

Charlamos con Willis Drummond sobre Iparralde, fronteras, autoedición, conciertos…

Acaban de publicar «Hala ere», su séptimo disco de estudio, como cuarteto y con un sonido más pop de lo habitual. Hablamos con Jurgi Ekiza.

Willis Drummond // Guillaume Fauveau
Acaban de publicar «Hala ere», su séptimo disco de estudio, como cuarteto y con un sonido más pop de lo habitual, pero no carente de esa energía que los de Baiona tan bien saben transmitir en directo. Hablamos con Jurgi Ekiza (voz y guitarra) antes de sendas presentaciones en Bilbao y Biarritz, a ambos lados de un fronterizo Bidasoa al que le cantan en este nuevo trabajo

El pasado 18 de noviembre se publicaba «Hala ere», el séptimo disco de estudio de Willis Drummond. Una banda, la de Baiona, que volvía este 2022 tras haber visto cómo, en 2020, su familiar formato se reducía a trío y la gira internacional de presentación de «Zugzwang» (álbum que los llevo hasta Japón, Australia y Tahití) se truncaba por culpa del covid.

Una pandemia que, además de parar el mundo en general y la industria del espectáculo en particular, sirvió para volver a cerrar la frontera entre España y Francia, estados entre los que se reparte una Euskal Herria a cuya parte norte (Iparralde) ellos pertenecen.

El restablecimiento de la muga, invisible en los últimos tiempos, volvía así a dividir en dos «una misma nación», en palabras de Jurgi Ekiza, un cantante que encontró frustrante ese hecho, no ya solo como vasco, sino como ciudadano de un mundo con personas de primera y de segunda. Que durante ese periodo murieran 8 personas migrantes tratando de cruzar el río Bidasoa, límite natural entre los dos lados del territorio, fue determinante para que «Bidasoa», la canción, viese la luz, partiendo de lo local e identitario y culminando en algo más global y humano.

Ese single fue el primero, el de presentación, de un trabajo que el ahora cuarteto ya avisaba más pop y muy 90’s, cuyos nueve temas fueron grabados en su nueva sede, «Shorebreaker», en directo, sin metrónomo, con muy pocos instrumentos añadidos y la producción de Johannes Buff, hermano de Felix (batería) y dueño de unos estudios en los que el propio Felix, junto a Vincent Bestaven (guitarra, teclados), Xan Bidegain (bajo) y el ya nombrado Jurgi se encerraron para «conseguir reproducir en el estudio el volumen y la energía de Willis Drummond en directo».

Charlamos con Jurgi Ekiza a unos días de la presentación en directo de «Hala ere» a ambos lados de la frontera. Estarán en Bilbao (Kafe Antzokia) el 26 de noviembre y en Biarritz (Atabal), el 2 de diciembre. Después llegará la Azoka de Durango (la feria del «libro y disco vasco»), pero también Donostia, Gasteiz, Iruña… y Teruel, Soria, Logroño, Zaragoza o Madrid.

El primer single del disco se llama como ese río que separa Iparralde y Hegoalde. ¿Qué simboliza para vosotros el Bidasoa y cómo se os ocurrió esta canción?

Nosotros somos una banda de Iparralde, pero desde nuestro primer disco, en 2007, tocamos tanto en Hegoalde como en casa, si no más. Así que esta frontera la cruzamos casi cada semana y para nosotros no existe. Desde Baiona, Bilbo o Bordeaux están a la misma distancia, pero Bilbo me parece «al lado» y «familiar», mientras que Bordeaux me parece otro país… Así, lo que denuncia la canción es, por un lado, que como vasco, esta frontera está en el medio de nuestro país y, aunque físicamente hoy en día se cruza fácil, culturalmente es algo que aleja a gente de una misma nación. Pero nosotros decidimos no respetar esa frontera, ¡y la verdad es que nos sale bien! Jejeje…

Por otro lado, el covid nos ayudó a darnos cuenta de lo que era una frontera cerrada, y nos abrió los ojos en torno a la violencia que viven los inmigrantes. A nosotros nos cerraron la frontera solo unos meses, pero a ellos durante años. En consecuencia, en los últimos dos años murieron 8 de ellos intentando pasar. Una gran mayoría murieron en el río mismo, algo que no se puede aceptar. Y eso es lo que dice también la canción. Cuando trabajamos la música de ese tema, nos parecía una canción con bastante emoción y fragilidad, y pensé que era buena para hablar de todo eso. Lo más costoso fue poder meter tantas ideas y un asunto tan grave en las pocas palabras que ofrecía la melodía que teníamos…

¿Es más fácil ser vasco desde que hay libre circulación a ambos lados de la muga? Iparralde ni siquiera es «autónoma» dentro de Francia. Supongo que estar delimitados geográfica y administrativamente ha podido llegar a ser frustrante, muchas veces. No sé cómo se llevaba antes y cómo es ahora. Iparralde es pequeñito…

A pesar de un problema demográfico que hace que la población crezca demasiado rápido porque mucha gente viene de toda Francia a vivir aquí, diría que Iparralde va bien. Es difícil hablar de un tema tan profundo y grande en una entrevista pero, para explicarlo un poco, por ejemplo, diría que el número de vasco hablantes por primera vez ha dejado de bajar de unos años a esta parte, gracias al increíble trabajo de las ikastolas, entre otros. Pero la población crece tanto (y la gente que llega, evidentemente, no sabe euskara), que el porcentaje de euskaldunes sí sigue bajando…

Otro problema grande, en relación con el primero, pero que también está relacionado con la agricultura, la economía y muchas otras cosas, es el tema de la vivienda, que se convierte en algo muy difícil y que hace que la gente de aquí no pueda seguir viviendo. Para eso y para otras cosas está guay que hace unos años consiguiéramos crear «Euskal Herria Hiri Elkargoa». No es una Autonomía, pero sí es la primera vez en la historia que Iparralde tiene una entidad propia, así que no está mal. Todo se puede mejorar, claro, pero en algunos asuntos ya se consiguieron cosas. Además de eso, Iparralde es muy pequeñito, como dices, pero es un territorio increíble de luchas y alternativas. Aquí nacieron los «bakegileak- artesanos de la paz» (que ayudaron al desarmamiento de ETA cuando los Estados no dieron el paso necesario), aquí nació el movimiento ecologista y social Bizi (que impulsó los Alternatiba Egunak, que derivaron en una ola por toda Francia).

Portada de «Hala Ere»

Otro ejemplo: ¿No teníamos derecho de tener una «cámara de agricultura» porque no éramos un «Département»? Pues conseguimos crear una cámara alternativa en la que colaboran la mayoría de los campesinos de aquí. Yo creo que, en general, la consciencia de ser vasco y de considerar este territorio como «País Vasco» es más grande que nunca. Estoy más preocupado por la situación y el porvenir del euskara, pero quiero ser optimista y más que todo agradecido para todo lo que ya se consigue…

Para terminar, sí, la libre circulación ayudó a unificar el territorio, creo… Sobre eso, y más que todo hablando de la música y de la escena local, creo que el covid y el cierre de la frontera durante la crisis rompieron muy rápidamente una relación bastante natural que se había por fin conseguido en los últimos años. Espero que se recuperara rápido, porque incluso en las cosas más abertzales, me parece que la consciencia de que Iparralde también es Euskal Herria se ha perdido un poco…

Vuelta a lo global: ¿Deberían caer todas las fronteras o es un asunto demasiado peliagudo? ¿Son peores los límites políticos o los mentales?

Pasamos de política a filosofía, ¡no sé si tengo nivel! ¿Cuándo hablaremos de música? Jajaja, es broma, me gusta hablar de cosas así. En la canción «Izaki askeegiak», en el disco «Zugzwang», ya escribía: «La libertad es poder inventar y elegir los valores y sus cadenas». Creo que es lo mismo con las fronteras. Después, en una utopía, claro, sería fantástico que no hubiera fronteras, ni dinero, por ejemplo… Y no lo digo con cinismo. Pero las utopías no se realizan. Como escribía Galeano, son como un horizonte y sirven a ir para ir hacia adelante… Sirven mucho.

Hablemos de música. «Bidasoa», como adelanto, ya era menos agresiva, a nivel sonoro, que mucha de vuestra música previa. El álbum también suena distinto. Es otra obra, con otra producción, en otro momento, siendo ahora cuatro… sois unos Willis Drummond diferentes, pero mantenéis la esencia, ¿verdad? ¿Buscabais sonar diferentes sin dejar de sonar a vosotros?

No teníamos una línea artística clara. No buscábamos sonar así o así. No teníamos previamente una idea del disco que queríamos hacer y de cómo tendría que sonar. Lo que pasó es que después de la gira acústica durante la cual Vincent se incorporó la banda, volvimos al formato eléctrico. Y entonces, para ver y decidir si la banda seguiría en este formato para el siguiente disco, nos encerramos los cuatro en el local para trabajar las bases que cada uno llevaría. Para ver cómo funcionaría. La sorpresa fue que lo que grabamos en cuatro días con un pequeño 6 pistas nos gusto mucho, tanto a nivel musical como sonoro. Entonces decidimos hacer este álbum entre los cuatros y, para mantener ese tipo de sonido y esa energía, decidimos grabarlo en las mismas condiciones (tocando todos en la misma sala, sin metrónomo, sin cascos…) pero con una mejor «captación». No sabíamos adónde queríamos llegar, pero sí sabíamos el camino que queríamos tomar.

Willis Drummond

Diría que se nota mucho la mano de Johannes como productor. No está tan lejos lo nuevo de Willis Drummond de la música de Rüdiger, el proyecto de su hermano Felix. ¿Gustó en la banda su «Before It’s Vanished» (2020), también producido por él? 

A todos nos encantó, la verdad… Vincent también es parte de ese proyecto. Tocó en el disco, es parte del grupo de directo y acompaña a Felix cuando va en dúo. ¡Para Xan y para mí fue una sorpresa enorme! Algo nos olíamos, porque en los últimos años Felix llevaba cada vez más ideas y canciones a la banda, pero, cuando escuchamos el trabajo y lo vimos en el festi de Andoain con banda por primera vez, flipamos… ¡Grande, Felix! Y grande Johannes, claro. Ha sido muy fácil trabajar con él y nos parece que el disco suena una maravilla. ¡Vaya hermanos los Buff!

En cierta medida, la nueva etapa ya se inició hace un par de discos, cuando estrenasteis vuestra propia discográfica, Tabula Rasa. ¿Qué tal la total autoedición? ¿Contentos? ¿Qué es lo que se lleva mejor y qué es lo más difícil de conseguir?

Lo que era guay en Bidehuts era formar parte de esa familia con todos estos artistas que respetamos y apreciamos tanto… Pero, al final, aunque Bidehuts sea un colectivo y que el colectivo ayude en muchas cosas, la realidad es que cada artista se autofinancia y autoedita. Lo que cambió con Tabula Rasa Records es que, siendo nuestra propia estructura, tomamos todas las decisiones entre tres (ahora, cuatro) y eso nos ayuda a ir mas rápido. Somos una formación muy activa, editamos muchas cosas en pocos años y para eso teníamos que andar solos… Pero nos mantenemos muy cercanos a Bidehuts y seguimos todo lo que editan. ¡Son un ejemplo y un modelo!

Veo «Makina bat» como siguiente single promocional, una canción cañera. Porque, con todo, en el disco sigue habiendo caña y en él enlazáis tres canciones bastante enérgicas, por lo que supongo que en los conciertos va a seguir habiéndola. ¿Cómo los habéis planteado?

¡Pues lo de «Makina bat» como single es una opción, la verdad! Estamos hablando de hacer un vídeo para ella, después de los de «Bidasoa» y «Gauzak», que salió el 10 de noviembre. Sobre lo de los conciertos, llevamos años ya, variando entre el acústico y los eléctricos que damos nuevamente desde hace un año, tocando una especie de «best of» (decir «Grandes éxitos» seria demasiado, jajaja…). Por ello, en esta nueva gira nos gustaría hacer muchas cosas nuevas e intentaremos, en los primeros bolos por lo menos, tocar la totalidad del nuevo disco… Pero que solo dura 36 minutos, así que, no os preocupéis, ¡que tocaremos muchas canciones viejas también! Algunas no las podemos quitar del setlist…

¿Os consideráis una «banda de directo»? Vuestros últimos 4 trabajos publicados han sido dos discos de estudio y dos lives… ¡Sabéis que es uno de vuestros fuertes! También es algo que uno se puede permitir autoeditándose, claro. Si no, sería más complicado…

Cuando publicamos «Willis Drummond LIVE», ¡no sabíamos que haríamos un «unplugged» dos años después! Así que es casualidad más que calculo. Hacemos cosas cuando vemos sentido en ellas. Grabamos el directo de Intxaurrondo cuando pasamos de ser cuatro a tres, porque queríamos tener un disco que fuera fiel a lo que éramos en el momento… Después hicimos «Zugzwang» en este formato también. Empezamos a presentarlo en Euskal Herria, Japón, Australia y Tahití y teníamos gira cargada para el año 2020, pero llego el covid y cortó todo… Pasamos unos meses en casa, como todos, pero cuando vimos la oportunidad de tocar en lugares como teatros, pero con gente sentada, pues, pensamos en el unplugged. Y queríamos tener recuerdo de esta época tan rara y de este concierto tan especial. Decidimos grabarlo…

Lo de grabar un directo es muy difícil porque nunca transmites en una grabación la energía del momento, es imposible. Y, al mismo tiempo, nunca tocas ni suenas tan bien como en un trabajo de estudio… Pero nosotros vemos eso más como recuerdos. Como fotografías sonoras de lo que somos en un momento preciso. Y como tenemos la capacidad de editarlo, ¡pues lo hacemos!

Los dos primeros conciertos van a ser uno a cada lado del Bidasoa, en Bilbao y en Biarritz. ¿Funcionáis mejor en Iparralde o en Hegoalde? Aunque me imagino un Antzoki y un Atabal a reventar…

Diría que tenemos mas seguidores en Hegoalde, pero es muy normal si tomamos en cuenta la población de cada lado, más o menos 3 millones por uno y 300.000 por el otro. Cantando en euskara, además, se llega difícilmente a gente no euskaldun, así que el público está bastante limitado en Iparralde… ¡Pero es el mejor público! Simplemente, porque es de Iparralde… Jejeje.

Willis Drummond (MAZ Basauri 2018)

Willis Drummond en directo (MAZ Basauri 2018)

Lo que está claro es que os habéis hecho un hueco a nivel estatal… en España. Madrid, Zaragoza… ¡Teruel, Soria, Logroño…! Suena muy bien… ¿Cómo estáis funcionando fuera de Euskal Herria y dónde os ha sorprendido vuestro tirón? ¿Os va mejor en España o en Francia?

Francia es un estado muy centralizado y los idiomas como el euskara no tienen ninguna oficialidad, ni estima, más allá del mundo de la world music o del folk/trad… Así que nos resulta más difícil llegar allá. La suerte que tuvimos hace unos años es que una banda francesa de allí, Detroit, se enamoraron del País Vasco y de la banda y nos invitaron como teloneros en salas míticas como diferentes Zenith, el teatro antiguo de Vienne, o el legendario Olympia de París… Fue increíble y vimos que, si se nos da la oportunidad, podemos convencer a este público, en euskara también… Pero los programadores que toman riesgos son cada vez menos hoy en día. Con este disco sí intentamos comunicar un poco más hacia el norte… ¡A ver si sale algo!

En el Estado español estamos más en nuestro circuito y, además de varias salas en Madrid, Catalunya, Andalucía, etc… conseguimos entrar en buenos festis también: el Resurrection o el Tsunami, por ejemplo, o los mas alternativos Takio Fest, Actitud Festival o Fa Ce La Fest, entre otros… Más que todo, después del covid y estos años raros, y con nuevo disco, queríamos tomar la carretera y descubrir nuevos lugares y nueva gente… Espero, y creo, que las primeras fechas que anunciamos solo son el comienzo de una lista mucha mas larga.

¿Qué le pedís al 2023, ya tan cercano?

Diría que esperamos llegar, tanto geográfica como musicalmente, a lugares donde no hayamos llegado hasta ahora… ¡Estamos trabajando en ello!

WILLIS DRUMMOND – HALA ERE BIRA

XI-26 BILBAO @ Kafe Antzokia

XII-02 BIARRITZ @ Atabal

XII-07-11 DURANGO @ Ahotsenea

XII-16 MAZALEON (TERUEL) @ C.S.A. L’Argilaga

XII-17 ZARAGOZA @ Arrebato

I-06 DONOSTIA @ Doka

I-13 IRUÑA @ Zentral

I-21 AZPEITIA @ Sanagustin

I-27 LOGROÑO @ Stereo

I-28 MADRID @ Wurlitzer Ballroom

I-29 ALMAZAN (SORIA) @ Maneras de Vivir

II-17 GASTEIZ @ Jimmy Jazz

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