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En casa del mayor coleccionista de neceseres de aerolíneas

Neceseres de aerolíneas

Septiembre es el mes de los coleccionables, pero ninguno como el de este bilbaíno que almacena amenity kits de aviones como el Concorde y países como Bután.

Jaime Iglesias, coleccionista de amenity kits // BI FM
Llega septiembre y, con él, los coleccionables. Los hay de muchos tipos… pero ninguno como el de Jaime Iglesias, un bilbaíno que, sin querer, empezó a acumular «amenity kits» de aviones y hoy tiene su domicilio repleto de estos objetos, algunos de países tan remotos como Bután o de vuelos tan legendarios como los del Concorde

Para muchas personas, septiembre simboliza el fin del verano, el retorno al trabajo, la vuelta al cole, el regreso a la rutina. Quizá por ello, y para tenernos con la mente ocupada en cuestiones más banales o menos dolorosas, el noveno mes del año es también, tradicionalmente, el de la salida al mercado de numerosas colecciones por entregas: de dedales del mundo a cascos de Star Wars, pasando por rosarios, camiones a escala, la filmografía de Cantinflas o tazas de Mr. Wonderful con mensajes dirigidos a personas con tendencias suicidas.

También están los sempiternos álbumes de La Liga, que, aunque ya circulan en agosto, no adquieren todo su peso específico hasta unas semanas después, cuando se cierra el mercado de fichajes y por fin sabes si valdrá para algo el cromo de James o si tendrás que comértelo con kartoffen. Pero no nos vayamos por las ramas.

Jaime Iglesias (Bilbao, 1972) es Técnico Especialista en Radiodiagnóstico en el Hospital de Basurto, si bien es conocido en diversos círculos por ser uno de los mayores fan fatales vascos de Alaska y Nacho Canut y, también, por ser un coleccionista único en su especie, pues atesora (a fecha de hoy) 529 unidades diferentes de neceseres de compañías aéreas de todo el mundo. O de casi todo el mundo, pues son 210 las aerolíneas cuyos kits guarda Jaime en el antiguo domicilio de su familia en Santurtzi.

¿Cómo empezaste con esta afición?

De manera casual. En un viaje a Malasia, nos hicieron salir por la parte delantera del avión, cruzando la zona de primera clase. Vi que había desperdigados un montón de neceseres y cogí un par. Empecé a mirar por Internet y descubrí que había quien los vendía. Pensé en hacerlo… pero al final terminé interesándome y comprando más.

Neceseres de vuelo

Neceseres de vuelo de Irán e Irak // BI FM

Completar esta colección viajando tiene que ser difícil…

Claro, claro, yo no la he conseguido volando. Date cuenta de que hablamos de viajes de larga distancia… en primera clase. Pasajes que pueden costarte de 3.000 a 6.000 euros.

Así que vas comprando online…

Sí, pero ya no quiero más. No más neceseres en sí, vaya, sino de líneas aéreas de las que no tenga. Lo que hago también es, cuando vuelo, que no lo hago en primera, es mostrarle mi colección a los de la compañía para ver si pueden conseguirme alguno. También he hecho intercambios… y hay amigos que me los regalan. Incluso Alaska me ha conseguido alguno de Aeromexico. También uno de Air Europa de Ágatha Ruiz de la Prada.

Alaska también le consigue «amenity kits»

Empezaste por Malasia y seguiste, ¿por qué países?

Los tengo de Irán, de Irak, de Libia, de Siria, de Ruanda, de Bután, de Hong Kong, de China, de Japón, de los Emiratos Árabes, de Hawái, de Seychelles, de Angola, de Sudáfrica, de Etiopía, de Catar, de Groenlandia…

También menos exóticos, por lo que veo.

Sí, de Iberia es de la que más tengo. De Lufthansa también tengo muchos. Y de la British Airways, o de Air France, por ejemplo. Una de mis joyas es del mítico avión supersónico Concorde. También tengo un neceser de Alemania del Este, de Interflug. O uno de la TAP portuguesa, con el Guggenheim como protagonista. Es de un vuelo a Bilbao, claro. O «Bilbau», como dicen ellos, que parecen bilbaínos, jajaja.

Neceseres de aerolíneas

Neceser «Bilbau» de la TAP portuguesa // BI FM

Veo que los hay de tela, de polipiel, de latón, de rafia, de plástico, de pana…

Algunos son de verdadero lujo, sobre todo los de líneas de Oriente Medio. Y de marcas caras de maletas, por ejemplo, como Samsonite, Bric’s o Rimowa. También los hay de Porsche, de Bulgari o de Loewe, por ejemplo. Muchos de los productos que hay dentro son de marca también.

¿Están completos?

Sí, están todos sin usar. Si les falta algo, no los tengo en cuenta. En todos hay cepillos y pasta de dientes, pañuelos, antifaz, crema hidratante y para labios, tapones para los oídos… también suelen incluir peines, perfumes, lociones y cosas así.

Neceseres de aerolíneas

Kits de Hawái y Japón // BI FM

Y si no los usas y los tienes en cajas… ¿para qué los quieres?

Cualquier colección tiene un punto de obsesión. Si lo piensas dices «qué absurdo», pero la verdad es que me gustan. Muchas veces los cojo, los abro, los miro… Sí que es verdad que no es como coleccionar discos, por ejemplo, que tienen una utilidad, pero que también gustan como objeto en sí.

¿Hay alguna web o foro para coleccionistas de neceseres? ¿Existe una comunidad?

No como tal. Sí que hay una página que habla de neceseres, pero no es que sea de coleccionistas. Sí que hay varias cuentas de Instagram en las que puedes encontrar. Donde más neceseres hay es en eBay, indudablemente. Si buscas «amenity kit», encuentras unos 1.200.

Neceseres de aerolíneas

Todo en orden // BI FM

¿Tú has hecho algún inventario de los tuyos?

Sí, los tengo todos clasificados en listas, tanto en papel como digitalizadas, para consultarlas desde el ordenador.

Al final, aquí hay mucho tiempo y dinero invertido, eh…

Sí. Muchas veces vengo, abro las cajas, voy mirándolos y reviso si han cogido polvo, humedad o lo que sea. A nivel económico, me han llegado a pedir 200 euros por alguno como el del Concorde y ninguno baja de 15. Lo normal es que cuesten entre 20 y 40 euros. Las ediciones especiales suben, claro. Poniendo de media 25 euros, mi colección pasaría de los 12.000 euros. Igual algún día me decido a venderla.

Amenity kits de compañías aéreas

Neceseres por toda la casa // BI FM

Pero, de momento, nanai.

No, no están en venta. Me ha costado mucho conseguirla como para desprenderme tan pronto, jejeje.

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