Coincidiendo con su inminente paso por MAZ Basauri 2023, charlamos con Juls «Mc Machete», vocalista de un quinteto madrileño que mezcla como pocos los ritmos latinos y urbanos (cumbia, reggaeton, electrónica) con la fuerza e inconformismo del punk desde una óptica feminista
«El trap es el nuevo punk». Lo habrás escuchado decir alguna vez. Y es verdad no solo porque se puedan establecer analogías entre el trasfondo, contexto o significación de ambos estilos, antagónicos en una primera estimación, sino porque esto es 2023 y perfectamente se pueden introducir guitarras eléctricas aceleradas en un tema de música urbana o escupir con autotune consignas anticapitalistas.
Tremenda Jauría hacen «música urbana», en sus propias palabras y para resumir, pues el cóctel incluye cumbia, reggaeton, electrónica y, claro, punk. De hecho, habría que buscar el germen del proyecto en un combo previo de punk-rock que tenían Jimbo (Mc Larrata -voz, bajo, acordeón, programaciones-) y Javier Kano (Mc Chucho -voz, guitarra, charango, programaciones-) al que decidieron darle un giro sonoro (pero con letras que mantuvieran el pulso contestario).
La conexión Carabanchel, base de operaciones del grupo, y Lavapiés, donde Jimbo vivía junto a Sara (Galga DJ -disc jockey y diseñadora gráfica-) y Juls (Mc Machete -voz, güiro, programaciones-), hizo el resto, dando pie a Conspiraciones Tropicales, primer nombre de lo que hoy conocemos como Tremenda Jauría, ya como quinteto.
Dos álbumes y varios singles, EPs y colaboraciones después, los madrileños se encuentran en la recta final de la gira de presentación de «Todxs igual», su disco de 2022, editado por la compañía gipuzkoana Mauka Musikagintza. Su siguiente concierto será, justamente, en tierras vascas, en el festival MAZ Basauri, donde este próximo viernes, 10 de noviembre, compartirán velada con Merina Gris y Silitia.
- Relacionado: MAZ Basauri 2023, también con Depedro, McEnroe, La Perra Blanco, William de Los Brazos…
Hemos aprovechado su paso por el festival, del que BI FM es «Medio oficial», para charlar un rato con Juls «Mc Machete». Tienes más información y entradas en www.mazbasauri.com.
Bienvenidas de nuevo a Euskal Herria, un sitio que me da a mí que os gusta.
Estamos siempre supercontentas de tocar por ahí porque es como nuestra segunda casa. Desde que empezamos la acogida siempre ha sido brutal brutal y siempre notamos la energía de la gente. Hemos tocado un montón y es como que nunca se agota, como si fuera la primera vez y estuviéramos en Madrid, en nuestra casa, así que siempre felices de tocar por allá.
Tenéis público, amigos y hasta discográfica aquí…
Eso es, por eso digo que es como nuestra segunda casa. Además, tenemos un montón de proyectos musicales amigos que nos han acompañado durante los años que lleva funcionando la banda.
Recuerdo veros en Bilbao montando una gran fiesta en compañía de La Basu, por ejemplo.
Sí, La Basu nos acompaña siempre que puede y subimos por allí. Junto con Huntza, Skakeitan o Fermin Muguruza forma un poco parte de nuestra familia euskalduna.
En aquel concierto apelasteis a la unión de los pueblos.
Nosotras somos de Madrid y aquí no hay una conexión tan fuerte con el territorio, como en Euskal Herria, Catalunya o Galiza, pero somos conscientes de cómo se vive en otros lugares y nos sentimos muy privilegiadas de poder formar parte de esa forma de poder vincularse con el territorio y de la luchas que se dan, por tanto. Cuando viajamos a otros contextos que se salen de Madrid, lo agradecemos y aprendemos mucho.
Repasando con amigos el cartel de MAZ Basauri, alguien preguntó quiénes eran Tremenda Jauría y le respondieron que “un grupo de rap político”. ¿Se ajusta… o se queda muy corto?
Creo que las personas necesitamos definir las cosas para entenderlas. A veces nos dicen: “Hacéis reggaetón feminista”; otras: “Hacéis cumbia insurgente”… Lo más sencillo sería enmarcarnos en la música urbana, porque tenemos canciones más rapeadas, otras más bailables, otras con la caja y el bombo del reggaetón… Los ritmos se salen o van más allá del rap, pero sí que creo que si nos definen como “rap político”, pues sí lo es un poco. Las letras hablan del conflicto en el que vivimos entre sistema y vida, de los problemas, las injusticias… tratamos de trasladar con nuestras letras cómo vemos este mundo, que está un poco al revés.
El mundo que os ha tocado vivir es algo tan generacional como esa mezcla de estilos tan acorde con los tiempos que corren. Cumbia, electrónica, reguetón, punk… Una mezcolanza muy de ahora. Todo vale y no hay fronteras. En vuestro caso, habrá gente a la que incluso le choquen sonido y letras. Las letras son feministas, el sonido puede ser reggaetón… y ya sabemos el estigma que tiene el reggaetón con eso del machismo.
Totalmente. Pero no deja de ser un estigma. Hay muchas bandas de rock, de pop, tremendamente machistas, solo que tenemos mucho más asociado ese machismo al reggaetón, que lo que es, realmente, es mucho más explícito. Todas hemos crecido con canciones de artistas de nuestro entorno con letras que ahora las escuchas y te quieres tirar de los pelos. Pero siempre hubo gente que rompió con las barreras del género musical en el que se le enmarcaba. Lo hizo Enrique Morente, lo hizo Camarón… A lo largo de la historia hay mucha gente que se ha salido de lo que tocaba hacer. Ahora quizá sea más sencillo porque hubo quien lo hizo antes.
Una mezcla musical y una actitud que da lugar a grandes fiestas en directo, a pesar de que a veces reconozcas eso de “sabes que me cuesta sonreír”.
Sí, tal cual. Pero es verdad que, desde siempre, uno de los objetivos, sabiendo que el mundo que nos ha tocado vivir es este y que está fatal, pues nos toca vivir en él y tirar ‘palante’. Eso es parte de la esencia de lo que somos. Nos desvivimos por señalar lo que no es justo, pero apostamos por estar aquí, tirar ‘palante’, estar juntas y poner todo el cuerpo, la energía y la cabeza en cambiarlo todo. Desde ahí hacemos música alegre que invita a bailar. La lucha no está reñida con el disfrute.
Encima “estamos todas igual”, como también cantas en “Billets pal cielo”. Esa sensación es también generacional.
Justo. Es generacional y es estructural. Nadie está bien del todo, aunque tengas la vida más o menos resuelta. No todas partimos del mismo lugar, pero para todas el alquiler cuesta más de lo que ganas, casi todas tenemos un curro precario… aunque es más fácil si tienes papeles, si eres blanca… Eso hay que tenerlo claro y pelearlo desde ahí.
Nadie está bien del todo. Aparentar que sí lo estamos es también un poco típico de esta era nuestra.
Total. Ahí las redes sociales, tan de nuestro tiempo, tienen mucha parte de culpa. Te invitan a mostrar solo la cara de la vida que sonríe. Ves a la gente, piensas que está muy bien y luego hablas con ella y está fatal. Qué dicotómico todo.
Vosotras ahora dais la cara, pero antes usabais máscaras. Esto ha cambiado. No sé si tiene una lectura con trasfondo filosófico o, simplemente, os cansasteis.
Un poco mezcla de todo, pero yo creo que lo que nos marcó fue la pandemia, con todo el mundo llevando máscara. Lo hicimos coincidir, porque era un momento jodido en términos de relaciones, de vínculos, todo muy frío, aséptico… así que decidimos ponerle rostro a lo que hacíamos. Miradas, bocas, gestos… en un momento en el que no podías ver ni tocar a la gente. Aprovechamos ese momento para decir “oye, aquí estamos nosotras”, aunque siempre hemos pensado que somos nosotras como podrían ser otras. Lo que importa es Tremenda Jauría, no quienes están detrás. Un grupo es un dispositivo que estaría genial que todo el mundo usara. Nosotras elegimos la música, pero hay muchas formas de expresarse. Exprésate y señala lo que es injusto o genera desigualdad para cambiarlo.
En esta etapa desenmascarada hay también canciones más personales.
Sí… Lo personal es político, también lo dicen los feminismos. Hicimos lo que nos apeteció e hicimos un disco sobre cómo estábamos en ese momento. Ya habíamos expresado en trabajos anteriores nuestra opinión o nuestra mirada del mundo y ahora nos apetecía hablar un poco más de cómo estábamos nosotras. No deja de ser político, pero es más personal.
El disco es del año pasado. No sé si hay nuevas canciones en el horizonte.
Estamos con ganas de meternos al estudio, pero es un disco del que estamos bastante enamoradas y no nos hemos cansado. Sacamos el disco en marzo del año pasado y hemos estado girando con él hasta ahora. Pero todo proyecto necesita parar, recogerse y ver de qué quieres hablar y de qué forma. Nos quedan tres conciertos este 2023 y después veremos hacia dónde caminar.
¿Cómo va a ser el concierto de MAZ Basauri?
Estamos muy motivadas, hace bastante que no subimos a Euskal Herria, se acaba el año… y hay bastante emoción por terminar bien antes de ver hacia dónde tiramos. Será un bolo para que la gente se lo goce, se lo disfrute y hacerlo juntas y con alegría.
Vais a actuar esa noche con Merina Gris y Silitia, dos bandas vascas que no sé si conocéis o qué os parece la mezcla.
Sí, sí, las conocemos y tienen bastante potencia. Con la música puedes generar conexiones con gente que no necesariamente viene a verte a ti y con bandas que hacen músicas distintas. Ha quedado un cartel con mucho tirón.