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Ocio y cultura

Puro teatro (diciembre): «Tierra del fuego», los efectos del terrorismo ¿en Oriente Medio o en Euskadi?

"Tierra del fuego", TEATRO con mayúsculas

Reseña de «Tierra del fuego», una de las «3 mejores obras de teatro vistas en Euskadi en 2017». Vuelven de nuevo por aquí (a Bilbao, del 15 al 17 de diciembre)

Alicia Borrachero, responsable en gran parte de la brillantez de esta obra de teatro
Segunda entrega de nuestra recién estrenada sección de críticas teatrales, en la que nuestro redactor Germán Castañeda nos recomienda una obra «imprescindible. Sin duda una de las mejores que hemos visto en Euskadi en 2017». El montaje, encabezado por Alicia Borrachero, vuelve ahora a la cartelera vasca (Teatro Campos -Bilbao-, 15-17 de diciembre)

Una víctima de un atentado siente, dos décadas después, la necesidad de indagar en la vida y la personalidad del terrorista que la atacó. Ante su determinación, gran parte de su entorno le da la espalda. Pero ella no ceja. Se encuentra con su verdugo y se sienta frente a él. Lo trata de conocer y trata de que él la conozca, convencida de que, sin diálogo, no puede haber entendimiento; de que, sin entendimiento, el odio engendra más violencia; de que, «sin perdón, es imposible que la víctima encuentre serenidad y se libere de su sufrimiento» (sic).

¿De qué hablamos? ¿De realidad o de ficción? ¿De Oriente Medio o de la «Vía Nanclares» (el proyecto de reinserción de etarras nacido en 2011 que incluía el requisito de pedir perdón a las víctimas)? Hablamos de la vida real de Yulie Cohen, azafata israelí que, en 1978, sufrió un atentado en el que, además de ser herida, vio morir a su mejor amiga por los disparos de un terrorista palestino. 23 años después, otro gatillo se activó. Pero esta vez dentro de la mente de Yulie, hasta entonces acérrima defensora de las políticas del Estado de Israel. «¿Y si no estaba comprendiendo toda la complejidad de la situación? ¿Y si, lo mismo que un terrorista solo puede serlo si le lavan el cerebro, a mí me lo habían lavado para no disentir nunca de la postura oficial de mi país?».

Cartel de

Alicia Borrachero comanda con maestría a un reparto que insufla vida al brillante guión

Es en este punto en el que arranca «Tierra del fuego», la obra de teatro basada en el documental autobiográfico dirigido por la propia Yulie Cohen en el que recoge su acercamiento a su verdugo (que cumple cadena perpetua en una prisión londinense). En el montaje que ahora nos ocupa (con guión del argentino Mario Diament), Alicia Borrachero lleva todo el peso de una espinosa función en la que encarna a Yael (trasunto de la Yulie Cohen real). Con todos los personajes (su marido, la madre de su amiga asesinada, el terrorista…) y todas las localizaciones (su casa, la cárcel londinense…) en escena a la vez en todo momento, la trama se presenta como una sucesión de intensos y reveladores diálogos de tú a tú. Borrachero va viajando en el tiempo y el espacio, avanzando y retrocediendo en su íntimo viraje mental hacia el perdón a través de agridulces encuentros con protagonistas y secundarios de la historia de su atentado.

Sinceramente, cuesta encontrar una sola pega a esta «Tierra del fuego»… Esa puesta en escena en la que Alicia Borrachero va rotando de partenaire en partenaire y de localización en localización a la vista del público, funciona y ayuda a no perder la perspectiva del complejo periplo vital del personaje. El saber hacer de esta talentosa actriz y su energía y versatilidad hacen que la empatía del público con su Yael no pueda presentar fisuras; tome las decisiones que tome. El respaldo de unos secundarios a la altura (mención especial para Abdelatif Hwidar como el terrorista palestino) es la guinda final. Pero, sobre todo, la sólida base de este montaje es un texto complejo, valiente y lleno de aristas. Un guión que, adaptado por el también cineasta David Serrano y dirigido por el reputado Claudio Tolcachir («Emilia», «La omisión de la familia Coleman»), se aleja del maniqueismo para dejar que todos sus personajes «sean» y expresen con libertad sus posturas, sus razones. Y es que solo así, escuchando hasta a nuestro enemigo, podemos salir de la espiral para comenzar a avanzar hacia un diálogo que, quizá, con suerte y paciencia, nos lleve por el camino de la convivencia y, ojalá, la paz.

«Tierra del fuego» es, más que pertinente, necesaria. Una de esas obras de teatro que nos hace abrir la mente, comprender mejor el mundo en que vivimos y conocer de cerca realidades que nos son ajenas. Algo que, aquí y ahora, en esta Euskadi de 2017, es imprescindible para continuar por la buena senda. Porque, sin querer establecer demagógicos y simplistas paralelismos entre latitudes y dramas con su propia idiosincrasia, lo que cuenta «Tierra del fuego» tiene vigencia y relevancia más allá de Oriente Medio. Sí, definitivamente, «Tierra del fuego» está en el Top 3 de las mejores obras de teatro que hemos tenido en cartel en Euskadi en este 2017 (nosotros la vimos en el Social Antzokia de Basauri en febrero y tú puedes verla ahora -deberías- en el Teatro Campos de Bilbao -del 15 al 17 de diciembre-).

Y, para no despedir el año con tanta solemnidad, aquí van otras recomendaciones más ligeras pero igualmente disfrutables hasta que nos volvamos a leer el próximo mes, ya en 2018. Una, pare reír a mandíbula batiente («Jamming on tour»); otra, un colorista vodevil autóctono («Chichinabo Cabaret»). La primera es el show de improvisación (improvisación de la buena, no de la que viene preparada de antemano) más ingenioso e hilarante. Se vienen desde Madrid al Teatro Campos de Bilbao una vez al mes desde hace 4 años y siguen llenando (el 16/12 tienen sold out, pero vuelven el 30/12, el 13/01…). Por su parte, «Chichinabo Cabaret» regresa a Pabellón 6 (Bilbao) esta Navidad (26 diciembre-6 enero). La obra continúa con el éxito cosechado por su predecesor, «Cabaret Chihuahua», también del dramaturgo Felipe Loza y en la misma línea vitalista y desenfrenada. Por cierto, antes de cerrar esta columna, una pregunta: ¿Te has planteado regalar teatro estas Navidades? Ahí queda la idea. De nada.

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