Dos amigos, el DJ Mikel Alcala y el fotógrafo Paul Bihr, han unido sus dos pasiones en Sakana, un nuevo oasis musical y artístico en Donostia, en el barrio de Egia. Lo visitamos
Es sábado de carnaval y el viento sopla con fuerza en Donostia. Está nublado, hace fresco y chispea. Es un día perfectamente donostiarra. Desde las 18:00 horas, Mikel Alcala (Errenteria, 43 años), también conocido como DJ Miqkaël, pincha sus vinilos en un local pegado al parque Cristina Enea. Durante una hora sonará una divertida y ecléctica selección de música de baile de los 80 y 90: funk, acid house, italodisco, r&b, hip hop, soul, guiños psicodélicos… Los gustos omnívoros de Mikel se aprecian cuando al finalizar la sesión coge el micrófono y suelta un breve discurso en inglés invitando a que otros DJ vascos, tengan el estilo que tengan, pinchen sus singles y LP favoritos en este espacio del barrio de Egia.
Una vez apagada la música coge una lata de Keler y se junta con el fotógrafo Paul Bihr (Le Havre, Francia, 34 años), que charla animadamente con un pequeño grupo de personas. Sakana (calle Alkolea Pasaia 1), mitad tienda de discos, mitad galería de arte, es su proyecto en común y una anomalía en una ciudad como San Sebastián. En este desapacible día de febrero, algunos clientes rebuscan entre los vinilos de la estantería y esperan encontrar un buen tesoro; otros echan un vistazo a los paisajes en blanco y negro de las fotografías que cuelgan de las paredes; por último, un padre juega con su hijo al Super Mario Bros sentado en un sofá al fondo del local.
Mikel Alcala y Paul Bihr // BI FM
Este singular bajo abrió sus puertas a mediados de enero. Un rescoldo romántico y expuesto a la creatividad artística que nació en un entorno de trabajo, a priori, tedioso y poco inspirador: una gran empresa de comercio electrónico de Hendaia que, según cuenta Mikel, ha cesado su actividad ahogada por las deudas. «Practicaba el capitalismo más salvaje, comprando productos en China para luego venderlos [a un precio mucho mayor] en Europa», añade. Ahí conoció a Paul, uno de sus compañeros de oficina. Conectaron enseguida gracias a que ambos compartían inquietudes culturales. Se hicieron amigos. Y se les ocurrió que podían unir sus dos grandes pasiones: Mikel, DJ desde 1999, quería abrir una tienda de discos; Paul, un fotógrafo que ha expuesto en Francia y Europa del Este, tenía en mente una galería de arte. Ya está. Unamos fuerzas.
Pensaron que los lazos entre ambos mundos son estrechos y se embarcaron en esta aventura juntos. «Es casi un salto al vacío, no sabemos con lo que nos vamos a encontrar. No conocemos demasiado Donostia porque los dos vivimos en Iparralde», explican entre risas. Paul: «Queremos que sea un lugar de encuentro entre artistas de diferentes campos y estilos». Mikel amplía el foco: «Que la gente que tenga ciertas inquietudes artísticas pueda venir aquí, tanto para ver las exposiciones como para escuchar y comprar música. Pero también queremos que puedan desarrollar sus propias ideas, intercambiar opiniones, hablar…». Una tienda y una galería para los vecinos de Egia y Donostia, así como para aquellos melómanos e interesados en el arte que deambulan en territorio fronterizo, «entre el sur y el norte del País Vasco». «Al fin y al cabo es donde vivimos», señalan.
Entrada de Sakana // BI FM
Tras sondear la zona de Gros, más cerca de la playa y en la órbita turística donostiarra, en otoño de 2023 se decantaron por Egia. Pese a la revolución que supuso la apertura de Tabakalera en 2016, este sigue siendo un barrio que vive a un compás diferente. Su marcada identidad, más popular y con cierto espíritu alternativo, así como su cercanía con las salas Bukowski y Dabadaba, les acabó convenciendo. «Lo que me gusta de Egia es que hay mucho potencial artístico que no se conoce de puertas hacia fuera, como si fuera un poco secreto», desvela Paul. Hasta la llegada de ellos dos, el local, amplio y diáfano, estuvo inutilizado durante aproximadamente dos años. La reforma ha sido escueta: iluminaron adecuadamente la zona expositiva y, con el objetivo de adecuarse a la normativa vigente, habilitaron una rampa de acceso al espacio.
DISCOS + ARTE
La tienda Sakana Diskak, con un pequeño mostrador, es lo primero que uno se encuentra al entrar al espacio. La selección discográfica sorprende por su variedad y calidad, abarcando géneros muy dispares. «Hay discos que aunque pasen los años siguen estando ahí y son importantes, como una perla preciosa», afirma Mikel. En un lado se encuentran apilados los LP de la sección dance (techno, acid house, electro, funk, italodisco, new wave, synth pop) y en otro se amontona un grupo de álbumes en la órbita pop, rock y jazz. Quizás destaque la inclusión explícita del rock progresivo y una sección dedicada a la música euskaldun de los años 70. «Aparte de haber una censura enorme, aquella fue una época en la que gente como Antton Valverde grababa en Baiona», continúa Mikel. «Trabajaban con sintetizadores y salieron cosas muy interesantes de folk y psicodelia. Es una de las aportaciones más valiosas que ha dado la música vasca en su historia. Hay discos que son de una joya incomparable».
Joya de New Order en Sakana // BI FM
Variedad y calidad // BI FM
La sección de discos jazz, con figuras clásicas como Duke Ellington y John Coltrane, además de títulos «interesantes para los coleccionistas», también hay que tenerla en cuenta. «Tenemos un festival de jazz en Donostia y es un estilo que puede interesarle a la gente», explica Mikel. Desde hace un tiempo colabora con la emisora de música electrónica holandesa Intergalactic FM, donde cuenta con un espacio propio llamado «El Camino». Su sesión de las 18 horas, en la que terminaba invitando a otros DJ, formaba parte de su programa de radio. «Hay gente muy buena en Euskal Herria y sería interesante abrirles una ventana para que puedan darse a conocer a nivel europeo», asegura.
DJ Miqkaël // BI FM
En cuanto a las exposiciones, Paul expresa su deseo de que abarquen disciplinas y géneros artísticos distintos (fotografía, pintura, escultura, videoarte), dando así cabida a artistas de ambos lados de la frontera. La primera muestra de la galería lleva su firma y se titula «Coastal Odissey». Se trata de un recorrido fotográfico por distintas playas francesas, desde la costa de Ópalo del litoral norte hasta la exquisita costa vasca en la que vive en la actualidad. Todas las fotografías están a la venta con una horquilla de precios que va desde los 20 a los 250 euros que cuesta la obra de mayor tamaño, marco incluido. La próxima exposición también se centrará en la foto, pero tendrá un carácter más experimental, adelanta Paul.
Paul Bihr y sus obras en Sakana // BI FM
Sakana abre de miércoles a sábado, de las 11 de la mañana a las 20:30 horas. Más información en Instagram y www.sakana-art.com.
