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Joseba Vegas

#love2deMAYO: ¿Qué pasa con el mercadillo (y con Bilbao La Vieja)?

Hablamos con la Asociación Cultural Dos de Mayo, organizadora del popular rastrillo que, un sábado al mes, llena de gente esta no hace tanto degradada zona de la villa, para conocer más acerca de la situación del barrio y del evento, el cual se enfrenta a constantes «trabas» institucionales que impiden su crecimiento y mejora. Ainara Arkotxa, portavoz de la asociación, es nuestra interlocutora

Hablamos con la Asociación Cultural Dos de Mayo, organizadora del popular rastrillo que, un sábado al mes, llena de gente esta no hace tanto degradada zona de la villa, para conocer más acerca de la situación del barrio y del evento, el cual se enfrenta a constantes «trabas» institucionales que impiden su crecimiento y mejora. Ainara Arkotxa, portavoz de la asociación, es nuestra interlocutora

 

Hace doce años, coincidiendo con los intentos institucionales por regenerar y recuperar las zonas de San FranciscoBilbao La Vieja (para quien no sepa de qué hablamos, atención a la descripción presente en Wikipedia: «Es el distrito marginal de la ciudad, alberga la emigración más desfavorecida así como a toxicomanos. La delincuencia es alta y las calles de este barrio están controladas por cámaras de vigilancia«), y a rebufo de las iniciativas promovidas por la entidad municipal Lan Ekintza (hoy Bilbao Ekintza), que propició la apertura y reforma de locales, a la Asociación de Comerciantes se le ocurrió llevar a cabo un mercadillo en la calle Dos de Mayo que, tras celebrarse con éxito algún mes de diciembre, pasó a ser cita mensual. 

 

En la empinada vía comenzaron a aflorar, en número creciente, pequeños puestos de venta al público donde particulares, jóvenes artistas, artesanos o anticuarios ofrecían ropa de diseño propio o de segunda mano, juguetes ávidos de una nueva oportunidad, objetos decorativos añejos y vanguardistas, cuadros dignos de enmarcar, pequeños electrodomésticos a precios irrisorios, grandes clásicos de la literatura universal (y alguna obra de Paulo Coelho), guías Michelin y navegadores TomTom, vinilos de The Velvet Underground y cassettes de Las Grecas, cojines con el mapa de Euskal Herria, lámparas, sillas, juegos de mesa, collares, anillos, jabones…

 

dosdemayo antiguedades_mercado_bilbao_bifmAntigüedades en Dos de Mayo

 

El desgaste propio de una actividad mensual de tales características hizo que se produjeran diversas rotaciones entre los organizadores del rastrillo alternativo (hoy, la Asociación Cultural Dos de Mayo) y que, tras barajar varias fórmulas, su celebración se limitase a un único sábado al mes, el de su primera semana (de 10:00 a 15:00 horas). Así es como lo conocemos ahora mismo, como ese apetecible plan con el que tener una excusa por la que no alargar en exceso la noche del viernes… o todo lo contrario: extenderla hasta la mañana siguiente. También se antoja un plan familiar perfecto, así como un evento con el tirón suficiente como para atraer al visitante ávido de experiencias que vayan más allá del Museo Guggenheim. Era lo que se buscaba: Atraer gente a un barrio, otrora reluciente, que se encontraba lejos de sus tiempos más boyantes, con muchos de los vecinos queriendo salir y la mayoría de los bilbaínos sin atreverse a entrar.

 

El plan fue bien… en parte. Así, abrieron multitud de establecimientos en la zona (boutiques, bares, restaurantes, estudios de diseño, galerías de arte, etc), se acometieron mejoras urbanísticas (como la peatonalización de la calle Aretxaga o el rediseño del muelle Martzana) y muchos jóvenes optaron por buscarse un piso de alquiler en el distrito, tan cercano a Abando, el Casco Viejo o Zabalburu, tan céntrico (y tan lejano al mismo tiempo).

 

dosdemayo calle_mercado_bilbao_bifmLa calle Dos de Mayo, a rebosar durante el mercadillo

 

A día de hoy, con el barrio convertido en un lugar mucho más acogedor (hay quien se queja por los gentrificadores efectos secundarios, ojo, que no todo son parabienes), da un poco la impresión de que el Ayuntamiento siente que ha hecho los deberes… o que tira la toalla, no se sabe bien, pero subyace la sensación de que, llegados a 2017, lo que tenga que ser, será. Pero por inercia, no porque se siga trabajando en una dirección concreta.

 

Uno de los ejemplos más claros de este ¿inmovilismo? (o de falta de visión, cintura o vaya usted a saber qué -esto tampoco está claro-) es el del propio mercadillo. Una vez consolidado, y a pesar de sus claras posibilidades de crecimiento y mejora, se encuentra, paradójicamente, en peligro. «En doce años no se ha avanzado nada y todo son trabas«, nos confirma Ainara Arkotxa, portavoz de la Asociación Cultural Dos de Mayo. «Nos gustaría tener una ampliación y permiso permanentes, poder extender la actividad a la calle Lamana, pero hay meses en los que nos lo permiten y meses en los que no. Y, contando con que nos otorgan el permiso mes a mes, no de manera continua… se antoja muy difícil organizarse de cara a futuro, más contando con que tenemos 400 solicitudes en espera«.

 

¡400 personas aguardando turno para poder participar en el popular rastro! Vamos, que, más allá de Dos de Mayo (y Lamana), queda claro que podrían llenarse otras muchas calles de Bilbao La Vieja, si bien «esa no es la prioridad«. Lo que gustaría a los organizadores del mercadillo es, simplemente, «hacer las cosas bien«.

 

dosdemayo bici_mercado_bilbao_bifmDe todo y para todos

 

Pero, aún sin salirse de su arteria original, el mercado también se topa con la imposibilidad de crecer de puertas para dentro, de favorecer que los comerciantes, hosteleros y emprendores instalados en la calle (muchos, gracias a la ayuda de Lan Ekintza) puedan favorecerse de su existencia. «Mucho se ha hablado de revitalizar el barrio y de incentivar a los emprendedores, pero luego no se permite que los locales aprovechen el tirón del mercadillo para poder realizar actividades paralelas sin problemas burocráticos ni limitaciones contraproducentes«, considera Arkotxa. «Creemos que hay que respetar unos mínimos lógicos, pero que el rastro no se pueda complementar con teatrillos, música o más puntos de venta dentro de los establecimientos de la zona es un sinsentido. Así el mercadillo rompería con la monotonía y los comerciantes y hosteleros obtendrían un plus para su actividad«.

 

MORIR DE ABURRIMIENTO

 

Mucho se habla de Bilbao como una ciudad abierta, moderna, europea… pero vemos cómo la cultura y el ocio se concentran cada vez en lugares y manos más concretas. Quizá sea ese el modelo «europeo«, pero cualquiera que se dé una vuelta por una gran ciudad del Viejo dosdemayo love_chicas_vertical_bilbao_bifmContinente un fin de semana se va a encontrar con multitud de mercadillos alternativos a pie de calle. Es algo muy típico y uno de los atractivos que ciudades como Berlín, Londres o incluso Madrid ofrecen al visitante. El propio mercado bilbaíno aparece en multitud de revistas, webs o guías de viaje, de moda, de tendencias… En una palabra: mola. Y funciona. ¿Entonces? ¿Cuál es el problema? «No lo sabemos. Tenemos el no, pero no un porqué firme ni bien argumentado, algo que podamos rebatir con mejoras. De hecho, nos consta que desde Bilbao Turismo envían a gente al mercadillo y hay personas en el Ayuntamiento conformes a potenciar el evento, pero luego no nos dejan crecer«.

 

Los problemas con los que se encuentran en Dos de Mayo nos hacen pensar en otros de similares características como los que se sufren en otro rastrillo «alternativo» de enorme éxito popular… en otra de las zonas «a regenerar» y que con tanto ahínco se promocionan.  Sí, en Zorrotzaurre todo esto que venimos contando les sonará a los organizadores de Open Your Ganbara, el mercado celebrado en la antigua fábrica de galletas Artiach cada último domingo de mes. De él hablaremos en próximos episodios…

 

Aunque, puestos a realizar paralelismos, también nos viene a la cabeza la preocupación de muchos por el moribundo estado de la noche bilbaína, claramente mejorable si hablamos de ciudad «cosmopolita«, bla bla bla.  Pero, ¿cómo vamos a mejorar de noche si es difícil incluso hacerlo de día? ¿En qué franja horaria se van a poder llevar a cabo actividades culturales y de ocio en la villa? «Más que un problema de horarios, vemos una fijación por según qué zonas de la ciudad. Va por ‘modas’«, cree nuestra interlocutora. «¿Que ahora se lleva el centro o calles como Ledesma? Pues centramos ahí los esfuerzos y pasamos del resto. En Bilbao La Vieja ya se trabajó e invirtió un montón de dinero, pero da la impresión de que aquello ya pasó, no funcionó… y a otra cosa«, considera Ainara.

 

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Y… ¿si fueran los organizadores del mercadillo los que se pusieran a otra cosa? Porque, claro, la cuestión es clara: ¿por qué organizarlo si no se facilitan las cosas desde el Ayuntamiento? «Porque nos gusta y es una gozada ver la calle llena de gente«, responde enérgicamente. dosdemayo love_familia_vertical_bilbao_bifm«Es una manera de dar visibilidad a muchas personas, gente joven, artistas… y cuando sale bien nos ponemos muy contentas«, abunda, aunque «corremos el riesgo de morir de aburrimiento. Hay que darle un nuevo aire. O avanzamos, o tendremos que dejarlo«, asegura finalmente, tornando la efusividad en pesimismo. «Nos estamos cansando de obtener tantos noes. Es el gran problema, ese no que siempre va por delante. En otras zonas se hacen cosas, financiadas por el Ayuntamiento… y aquí, que ni les pedimos dinero, la respuesta es que no«.

 

Así las cosas, digamos nosotros que sí, como mucha otra gente ha hecho ya a través de las redes sociales (incluyendo a miembros de Belako, Zea Mays o Doctor Deseo; a directores de cine como Koldo Serra; a blogueros como Alma Botxera, etc.) Recuerda, con este hashtag: #love2deMAYO. La próxima cita con el mercadillo de 2 de Mayo será este próximo sábado, 4 de febrero.

 

 

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