El cantautor toledano llegaba a Bilbao el pasado 28 de marzo para presentar su segundo álbum. «La grieta» vuelve a ser un disco autoeditado, cuyo éxito le ha permitido llevar casi un año de gira. Naiara Alcobre estuvo en su puesta de largo en Bizkaia, que aquí os relatamos junto con fotos de Xavi Olmos y Anabel Navarro. Las próximas citas del músico en directo, en Gandía, Burgos, Valladolid, Salamanca…
Jero Romero, que siempre ha sabido rodearse bien, se subía al escenario del Kafe Antzokia de Bilbao arropado por la misma banda de virtuosos que ya le acompañara en su gira anterior. Y es que el de Toledo, ayudado por Charlie Bautista (multi-instrumentista), Nacho García (batería), Alfonso Ferrer (bajo) y Amable Rodríguez (guitarra), no puede sonar mejor. El concierto, para el que bi fm había sorteado entradas entre sus oyentes, empezó puntual en un Antzokia medio lleno en el que estos cinco lograron lo que siempre logran: que artista y asistentes fuesen uno. Con un público conectado con el show de principio a fin, Los Jeros Romeros repasaron con nosotros «Cabeza de León» (2011, autoeditado) y «La grieta» (2014, autoeditado): «Voy a intercalar temas de nuestro último disco con otros de nuestra extensa discografía«, bromeaba Jero.
El primer tema que sonó fue «También«, acústica que poco a poco va ganando fuerza y que logró algo que muchos no consiguen: silencio total desde los primeros acordes. «Narciso» llegaba después y, tras ellas, Jero realizó la que posiblemente fuese la interacción verbal más larga entre cantante y público, saludando a los que allí nos encontrábamos. Porque se sigue notando que Jero es un chico tímido, pero cuando se acerca al micro y coge la guitarra, nada de eso queda. Aunque el resto de las veces, sin más que un «Gracias» lleno de humildad entre canción y canción, éstas se fueron sucediendo. Así, nos presentó también «Fue hoy«, tema que se multiplica por 10 en directo, y «Caer de pie«, que sonó maravillosa con Jero desgañitándose. «Ventanal«, «Leo» y «Los columpios«… Una a una, fueron sonando todas las canciones del último disco, como ya hemos comentado, intercaladas con varias del primero: «Cabeza de León«, «Las leves» o las preciosas «Devolverte» y «Correcto«.
Jero y su guitarra // Anabel Navarro
De esta manera se nos pasó enseguida una hora y media llena de cambios de tempo, de bailes y complicidad entre unos músicos que consiguieron rodear a cada tema de la intimidad, sencillez, cercanía y buen rollo que necesitan. Fue un concierto «bonito», porque sí, con Jero Romero todo es «bonito»; son bonitas las letras, son bonitas las melodías, las estructuras y la ejecución; es bonita la complicidad que se palpa entre los miembros de la banda y es muy bonita la armonía que se forma entre público y músicos. Bonitas también las ganas con las que la gente les aplaudía y las cosas que se escuchaban a la salida de la sala al terminar el concierto.
Y, más que bonito, es precioso ir a un concierto con alguien que no conoce de nada a Jero Romero y que te dé las gracias con la boca muy grande y una sonrisa de oreja a oreja por habérselo presentado. Porque ésta que escribe siente absoluta devoción por el toledano, y es bueno ver que ése sentimiento es compartido y totalmente justificado. Se nota muchísimo el cariño que Jero Romero y su banda le ponen a sus canciones y lo que disfrutan con ellas, consiguiendo que lo hagamos los demás también; que bailemos, nos emocionemos y, sobre todo, que esperemos con ganas la próxima vez. Ojalá sea pronto. Por el momento, su gira continúa con paradas en Gandía (4 de abril, SanSan Festival), Burgos (14 de mayo, Museo de la Evolución Humana), Valladolid (15 de mayo, Porta Caeli), Salamanca (29 de mayo, Irish Rover Theatre), Low Festival (julio, Benidorm) y Sonorama Ribera (agosto, Aranda de Duero).
Comunión absoluta entre Jero, su banda y su público // Naiara Alcobre
