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Delorean, de vuelta con «Apar»: Repasamos la carrera del grupo nacido en Zarautz

El próximo lunes 9 de septiembre se pondrá en circulación el quinto disco largo de la banda. Coincidiendo con ese lanzamiento (que también se producirá a nivel internacional), Ekhi Lopetegui, líder del cuarteto, desgranará y comentará íntegro el trabajo en bi fm. Antes, repasamos la trayectoria del combo a lo largo de sus 13 años de existencia

 


El próximo lunes 9 de septiembre se pondrá en circulación el quinto disco largo de la banda. Coincidiendo con ese lanzamiento (que también se producirá a nivel internacional), Ekhi Lopetegui, líder del cuarteto, desgranará y comentará íntegro el trabajo en bi fm. Antes, repasamos la trayectoria del combo a lo largo de sus 13 años de existencia

 


 

Delorean publicarán «Apar» (Mushroom Pillow), su quinto disco largo, el próximo lunes 9 de septiembre. Coincidiendo con ese lanzamiento (que también se producirá a nivel internacional -a través de True Panther/Matador-), Ekhi Lopetegui, líder del cuarteto, desgranará y comentará íntegro el trabajo en bi fm, concretamente en el programa Días de Radio (A partir de las 10:00 horas). Antes de que eso suceda, repasamos la trayectoria del combo a lo largo de sus 13 años de existencia.

 

Delorean se fundó como banda en marzo del año 2000 en la localidad guipuzcoana de Zarautz. Tomás Palomo (guitarra y teclados), Unai Lazkano (guitarra y teclados), Igor Escudero (batería) y el nombrado Ekhi Lopetegui (bajo y voces) integraban aquella primera formación, la cual tomó su nombre en homenaje al coche/máquina del tiempo de la trilogía cinematográfica «Regreso al Futuro» (Robert Zemeckis). Un año después, en 2001, el sello navarro Underhill Records (dirigido por Edu UgarteHalf Foot Outside– y el productor Hans Krüger), la casa discográfica tras Maple, Kidsgofree, Moksha o HFO, publicaba «Silhouettes«, un LP que, a día de hoy, no suele aparece en la discografía oficial del cuarteto, a pesar de constituir un más que digno debut. Un disco mucho más orgánico que la actual propuesta de la banda, pero que ya mostraba el gusto de los vascos por los sintetizadores, si bien no dejábamos de estar ante una propuesta pop-rock. Agotaron las 500 primeras copias en España, lo reeditaron con el apoyo del sello francés Sanjam y salieron de gira más allá de los Pirineos. Para empezar, no estuvo nada mal, por mucho que ahora parezca que no quieren acordarse demasiado de aquella época.

 

Tras fichar por el sello barcelonés BCore (otra discográfica tradicionalmente ligada a las guitarras -y a la que Delorean ayudó a diversificar definitivamente su catálogo-), publicaron «Delorean«, su segundo álbum, en 2004. Ya con esta segunda entrega (la cual es tomada por muchos como su verdadera puesta de largo) consiguieron destacar en la escena indie española (irrumpieron con fuerza en las inevitables listas de «lo mejor del año«) e incluso europea (especialmente en Alemania), al editar fuera con el sello Defiance. Comparados con clásicos como The Cure, su propuesta se hizo más enérgica y bailable, lo cual derivó en que fueran incluidos dentro de la (por entonces tan en boga) corriente post punk/dance rock de bandas internacionales como The Rapture. En aquel momento, las guitarras seguían predominando sobre los elementos electrónicos. «New York City Gaps» fue uno de los hits de aquel segundo LP.

 

 

El año 2005 es clave para entender el actual sonido de Delorean, decididamente electrónico (a pesar de mantener la instrumentación clásica de una banda de rock). Fue entonces cuando se editó «The Metropolitan Death» (BCore), un EP con canciones que los situaron, definitivamente, en un plano más technoide, algo potenciado por los remixes de DJs como D.A.R.Y.L. (conocido actualmente como John Talabot), Coco o Undo & Vicknoise, los cuales completaban la obra. Ahí estaba «The Metropolitan Death 3«, uno de los temas más conocidos del grupo.

 

 

Tan solo un año después llegó «Into the Plateau» (BCore, 2006), un tercer disco en el que ahondaron en términos de producción electrónica. Capas y capas de sonido, múltiples detalles sonoros y, en general, un cuidado revestimiento sintetizado hizo del álbum una elegante obra a la altura de propuestas reverenciadas a nivel planetario. Sin embargo, la gran repercusión internacional de Delorean estaba aún por llegar, por mucho que por aquel entonces ya facturasen canciones a la altura de «As Time Breaks Off» y asomaran la cabeza en el panorama estadounidense, donde editaron sus primeras canciones de la mano del sello Simple Social Graces. La banda se mudó a Barcelona y Palomo fue relevado por Guillermo Astrain.

 

 

El gran estirón del grupo se dio en 2009, coincidiendo con la publicación del EP «Ayrton Senna«, su primer trabajo editado por la disquera madrileña Mushroom Pillow tras su salida de la catalana BCore. Solo eran 4 canciones, pero la pegada de cortes como «Seasun» o «Deli» hicieron que medios tan prestigiosos como Pitchfork le dieran al trabajo una nota de 8.4 sobre 10. Todo un logro cuando ya, de por sí, es muy difícil que una banda española llegue siquiera a ser reseñada en medios anglosajones. En cambio, Delorean consiguieron incluso aparecer en las páginas de publicaciones británicas de gran alcance, tanto musicales (NME) como generalistas (The Guardian), lo cual derivó (para qué nos vamos a engañar) en una mayor atención por parte de prensa y público incluso en su propio país. Ese disco les llevó a girar intensamente por Norteamérica sin dejar de visitar otros confines del planeta, llegando a actuar en lugares como Etiopía. También les valió para que artistas como Franz Ferdinand, Mystery Jets, The xx o The Teenagers reclamaran sus servicios como remezcladores.

 

 

A pesar de las buenas críticas y acogida de «Ayrton Senna», la banda no quedó del todo contenta con la obra. Por ello, el siguiente paso se antojaba aún más ambicioso, pues tenía que estar a la altura de las expectativas de público, medios y de los propios músicos. Sin duda, todo un reto que Delorean superó con nota gracias al lanzamiento de «Subiza» (Mushroom Pillow, 2010), un cuarto LP que no hizo sino confirmar todo lo bueno apuntado por la obra anterior, menor, sin embargo, en todos los sentidos.

 

Grabado por Hans Krüger en los estudios Montreal de la localidad navarra de Subiza (de ahí el título del trabajo) y mezclado por Chris Coady (!!!, Yeah Yeah Yeahs) en Nueva York, el disco es el más profuso en cuanto a producción y detallismo, traducido esto en capas y capas sonoras aderezadas con multitud de arreglos electrónicos. El álbum funciona mejor como sesión non-stop que como colección de canciones, al fundirse sus pistas en un todo que hace de él un disco ciertamente compacto. Los medios internacionales hablan de «balearic beats» para explicar su sonido, no expresamente destinado a las pistas de baile. Con todo, las canciones también funcionan de modo independiente, siendo «Stay Close«, «Come Wander«, «Grow» o «Real Love» algunos de los cortes más celebrados. Fabulosas críticas y un sinfín de conciertos a nivel internacional acompañan al grupo durante esta etapa.

 

 

Y así hemos alcanzado 2013, año en el que, tras «Spirit», un tema de adelanto (que no «single«-como nos contó Ekhi Lopetegui en una reciente entrevista-) ha llegado «Destitute Time«, el verdadero primer sencillo, en espera de que «Apar», el 5º LP del cuarteto, salga a la venta el próximo lunes 9 de septiembre. Ese día hablaremos con el vocalista, descubriremos íntegra la grabación y empezaremos a ver si se confirma que estamos ante una de las bandas de mayor calidad (y mejor tenidas en cuenta) de nuestra escena. Desde luego, la línea trazada viene siendo ascendente… y no tiene pinta de que vaya a torcerse.

 

 

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