Dos décadas después de nacer en Alburquerque, el festival extremeño se desdoblaba esta vez, y por segundo año consecutivo, en dos citas. La de Badajoz capital, que aquí nos repasa nuestro redactor Juanma Galván (con fotos de Karolina Yuste), y la de la mencionada localidad, que se celebrará el último fin de semana de julio
No me quiero imaginar lo que tuvieron que escuchar aquellos jóvenes que hace veinte años decidieron montar un festival de música indie junto al espectacular castillo de Alburquerque, en Badajoz. Y seguro que ellos tampoco imaginaban que veinte años después iban a tener dos festivales, uno en el pueblo y otro en la capital, y el segundo con los Pet Shop Boys de cabeza de cartel. Si los grandes proyectos se manejan con pulso firme llegan a buen puerto.
Este 2015 se celebraba la segunda edición del Contempopránea de Badajoz y la vigésima del festival (seguro que alguien les dijo también hace dos décadas que juntar una «P» y una «R» no es una buena idea y que no se iban a comer nada con ese nombre). La Alcazaba de Badajoz es el lugar más espectacular de la ciudad, con unas impresionantes vistas sobre el Guadiana y sus puentes. Dentro de las murallas árabes (foto derecha: el increíble acceso, por Juanma Galván) se ubican los dos escenarios del festival, uno a la altura de cualquier cita musical de primer orden, y el otro con el cielo como techo, más proclive al petit comité, como el que preparó Gecko Turner al atardecer del viernes.
En una primera visita a este festival hay dos cosas que llaman la atención. La primera la esperábamos, pero la segunda no. La primera es el calor. Y que nadie piense que estamos hablando del tiempo como en los ascensores. Hace mucho calor: la gente habla del calor, los músicos hablan del calor y de sus pruebas de sonido a las cuatro de la tarde, los botellines de agua se venden con locura y todo el mundo busca la sombra hasta que llega la noche. El segundo tema llamativo es el público: a diferencia de otros festivales de cartel parecido, aquí la media de edad es alta (algo tuvo que ver la presencia de los Pet Shop Boys, claro). No sabemos si será por un alma inusualmente joven entre la población de Badajoz o por la respuesta que dan a cualquier evento de este nivel. Público de muchas edades y que responde con pasión ante cualquier subidón.
Chloe Bird en Contempopránea 2015 // Karolina Yuste
El sábado por la mañana se veían muchas pulseras de Contempopránea 2015, y uno de los comentarios más oídos en las terrazas, mientras el personal se desayunaba una tostada con tomate y jamón (el sabor definitivo), era: «A mí los Pet Shop Boys no me gustan especialmente, pero aluciné con el espectáculo«. Decir que te gustan los Pet Shop Boys no es algo que quede muy bonito entre gente de cierta edad, que vivieron el éxito del dúo británico en los 80 y 90 y que quizá no hayan sido conscientes de su evolución en los últimos años. Por eso poner por delante eso de «a mí no me gustan especialmente» da un toque de distancia al comentario. El caso es que los escépticos que a medianoche del viernes esperaban la salida de los Pet Shop Boys quedaron convencidos rápidamente. La presentación de los nuevos temas de «Electric» (x2 / Kobalt Label Services, 2013) se fue alternando con los grandes éxitos del dúo, con una respuesta bastante desigual por parte del público respecto a cada uno de estos dos grupos de canciones.
Eso sí, Neil Tennant y Chris Lowe (muy coquetos ellos, que no dejaban sacar fotos a los profesionales acreditados; aunque nuestra Karolina Yuste se escaqueó de la prohibición como pudo) volvieron a demostrar que solo con dos personas (una en movimiento y otra como un palo, como es costumbre) se puede ofrecer un espectáculo muy dinámico. En esta gira comparten escenario con dos bailarines (o bailarinas, no se les ve la cara), que actúan en varios de los temas con una máscara de grandes cuernos, una de las estrafalarias vestimentas que forman parte de esta gira Electric Tour, que se alarga ya por segundo año consecutivo (la pudimos ver el pasado verano en Gijón –leer crónica– y justo dos días después de en Badajoz estaban en el Tres Sesenta 2015 de Pamplona; un no parar). Los juegos de luces y el uso de la pantalla acaban de completar el eficaz torrente de estímulos, que hizo que todo el mundo en la explanada de la Alcazaba tuviera claro que solo dejaría de bailar cuando se fuera a su casa.
Neil Tennant // Karolina Yuste
Con la presencia este año de Pet Shop Boys, el Contempopránea se hace definitivamente internacional. En esta y en todas las demás ediciones, el indie patrio ha llenado el cartel, con grupos que han repetido reiteradamente, como La Habitación Roja –homenajeados en esta edición, principalmente en las jornadas que tendrán lugar en Alburquerque los días 24 y 25 de julio- o Love of Lesbian, y este 2015 puede ser un punto de inflexión gracias a la gran acogida que ha tenido la decisión de salir de nuestras fronteras. Aunque, de la misma forma que el festival mira hacia fuera, también lo sigue haciendo hacia dentro, y sabiendo que es el escaparate más importante para los grupos extremeños. De hecho, dos de los conciertos más interesantes del viernes fueron de bandas de la tierra, como Gecko Turner o Mohevian. El primero (foto izquierda) sorprende con su repertorio de funk y soul castúo mientras que los segundos mostraron una intensidad hipnótica justo antes de la salida de los cabeza de cartel. El resto del día se completó con el regreso de Xoel López -se nota la sensación de que los músicos se sienten como en casa en este festival- y la recuperación de los ya clásicos pelotazos de Dover.
Si hay algo que no ha perdido el certamen con su nueva ubicación en Badajoz es la espectacularidad de su locación. En Contempopránea Alburquerque el escenario se sitúa en la ladera de una montaña coronada por uno de los castillos más importantes de Extremadura -visita obligada si vas al festival-, y ahora en Badajoz muchos han descubierto un lugar agradable -y muy fresquito- visitando la explanada de la Alcazaba y la Plaza Alta, donde tomar una cerveza antes de atravesar la muralla. Mola eso de atrincherarse dentro de unas murallas para escuchar música de la que muchos no saben nada fuera de ellas.
Plaza Alta // Juanma Galván
El sábado siguieron las felicitaciones desde el escenario por las dos décadas de vida del festival. Dorian, Vetusta Morla y Vitalic fueron los platos fuertes del segundo día y, como era de esperar, los madrileños fueron los que congregaron a mayor cantidad de gente. A medianoche, el grupo de Tres Cantos presentó muchas de las canciones de «La Deriva» (Pequeño Salto Mortal, 2014), elegido, por cierto, Mejor Disco de 2014 por los oyentes de bi fm (que también votaron tres de sus canciones entre las 50 Mejores de 2014). Se notó entre el público cierta impaciencia, ya que tardaron en tocar sus primeros temas, todos ellos replanteados para el directo. «Copenhague» fue el primer gran éxito, a los que siguieron «Rey Sol» o un «La cuadratura del círculo» más pausada.
Vetusta «Pucho» Morla // Karolina Yuste
Dorian actuó en el escenario principal de Contempopránea 2015 justo antes que los «vetustos», y convenció tanto a los que habían ido a verlos como a los que estaban allí esperando lo que iba a venir. Encontrarse con una pequeña sección de cuerda en un concierto dentro de un festival al uso da una sensación de frescura que al menos logra atraer la atención. Su gira «Diez años y un día«, en la que están presentando en directo las reinvenciones orquestales de sus grandes éxitos (grabadas para un disco homónimo que ya vinieron a estrenar a los estudios de bi fm hace meses), llevará a los catalanes a muchos de los festivales de este verano (¡no se los pierdan en este peculiar formato!). De hecho, el equipo de esta casa ya había podido disfrutarlos el día antes, el viernes 5 de junio, en la otra punta de la Península, en el recién nacido Festival de Les Arts de Valencia (leer crónica).
Dorian y su sección de cuerda // Karolina Yuste
