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Sonorama

Sonorama Ribera 2014: Crónica y fotos (Cut Copy, Raphael, Exsonvaldes, Los Planetas…)

Adrián Blanco (con fotos de Rodrigo Mena y Wilma Lorenzo) nos cuenta cómo fue la edición del Sonorama que más ha dado que hablar. La controvertida (primero) y alabada (después) inclusión de Raphael en el cartel se demostró acierto absoluto. Pero no fue lo único destacable de cuatro intensos días de música seguidos por 47.000 personas no solo en el recinto, sino por todo Aranda

Adrián Blanco (con fotos de Rodrigo Mena y Wilma Lorenzo) nos cuenta cómo fue la edición del Sonorama que más ha dado que hablar. La controvertida (primero) y alabada (después) inclusión de Raphael en el cartel se demostró acierto absoluto. Pero no fue lo único destacable de cuatro intensos días de música seguidos por 47.000 personas no solo en el recinto, sino por todo Aranda

 

No sólo una gran noche, como reza la canción de Raphael, pudo vivirse en Aranda de Duero. A cualquier hora del día la música fue protagonista. Grupos y artistas como Amaral, Cut Copy o Izal fueron algunos de los responsables de animar a las masas. El público junto con la organización puso el resto para crear cuatro días de recreo musical.

 

De hecho, «Mi gran noche» fue uno de los temas más coreados por la gran familia de Sonorama durante los cuatro días de conciertos. Tanto en la actuación de Raphael como en las verbenas o a vivo grito en cualquier momento del día. A pesar de que en un principio, allá por enero, las redes sociales hirvieron al conocerse la noticia de que el veterano artista sería cabeza de cartel, parece que desde la organización acertaron con la decisión, ya que su concierto contó con la mayor asistencia de público, 16.000 personas. «Ha sido uno de los momentos más bonitos y con más repercusión de nuestra historia«, destacó el director del festival, Javier Ajenjo.

 

En los conciertos sorpresa de la Plaza del Trigo del viernes, Niños Mutantes ofrecieron un gran repertorio de versiones entre las que destacaron «Como yo te amo«, a modo de homenaje también a Raphael. Le siguieron el «Bienvenidos» de Miguel Ríos, el «Electricistas» de Fangoria y otras tantas más que hicieron que los más madrugadores comenzasen con energía el día.

 

niños mutantes_sonorama_2014Los niños mutantes en la Plaza del Trigo // R. Mena


Otro de los grupos más veteranos, Amaral, ofreció un concierto muy centrado en su último disco. Hubo tiempo también para temas más clásicos. Eva, como de costumbre, ofreció todo su repertorio de fuerza y energía. No faltó el altavoz en el tema «Revolución«. Nacho Vegas siguió una línea reivindicativa, ya que criticó en su actuación la situación de los inmigrantes en España. Además, Vegas cerró la noche del sábado junto a El columpio asesino participando en una versión del éxito «Toro«. Fue uno de los conciertos más cañeros y gamberros junto al de los daneses Reptile Youth, quienes se dejaron la piel en el escenario. 


Izal repitieron este año en el Sonorama. Tras el éxito cosechado en la Plaza del Trigo en la edición anterior, en esta ocasión ocuparon el escenario principal el viernes por la noche. Desde «La mujer de verde» hasta «Qué bien«, todos los temas de la banda que ha dado el salto a la primera línea de la mano del festival fueron coreados. Ellos, con la humildad que les caracteriza, agradecieron sin parar la oportunidad que les había ofrecido el certamen.


izal sonorama_aranda_2014


En el plano internacional, los más destacados fueron los australianos Cut Copy, con sus melodías más electrónicas y cargadas de sintetizadores. El directo de los franceses Exsonvaldes cumplió expectativas después de su irrupción en el panorama musical el pasado pasado. De hecho, su solista, Simon Beaudoux, se atrevió con una versión del «Enamorado de la moda juvenil» de Radio Futura. También Adanowski se atrevió con el español para tratar de crear una relación más directa con el público. Lo hizo, cerró el festival y gustó mucho.


Sería imposible destacar en una crónica todos los grupos y momentos donde la música fue protagonista. Pero merecen especial atención Los Planetas, que se subieron al escenario el miércoles en la jornada de apertura. Fue un concierto trampa para la gente que trabajaba el jueves. Aun así los fans más fieles del grupo disfrutaron como niños. Duncan Dhu hizo lo propio e Iván Ferreiro tocó en los primeros turnos. Aun así no falló nadie al concierto del gallego. Un clásico, y uno de los más aclamados.


Pero el Sonorama no es solo música, no es solo una serie de conciertos. Se podría decir que la parte más importante es el ambiente que reina durante los cuatro días en la ciudad de Aranda de Duero. El compadreo reina en la acampada y en todas las calles y el resto de plazas, así como en los locales de una ciudad que se vuelca con el festival todos los años. El calor, el agua y los acordes de grupos emergentes son los protagonistas en las mañanas de la Plaza del Trigo. El agua tiene un papel principal en este escenario. Es el lugar donde se alcanzan mayores temperaturas, y todo los años se genera una especial relación entre el público y el encargado de la manguera. Para combatir el calor, cada cierto tiempo, se lanzan desde un balcón chorros de agua difuminada. Entre canción y canción, los gritos de ¡agua! ¡agua! no se hacen esperar. Si ese es uno de los mantras, la herramienta indispensable son las pistolas de agua. Para refrescar y para jugar. Más de uno sale como si se hubiese dado un chapuzón en la piscina de Aranda, piscinas que también están disponibles para los festivaleros que prefieren alejarse durante unas horas a descansar a una zona más tranquila.


plaza trigo_sonorama_2014_aguaEn Aranda el calor se combate a manguerazo limpio // R. Mena


La fiesta es continua durante todo el día y en toda la ciudad, más allá del recinto festivalero. La Plaza de la Sal o la Plaza del Rollo siempre están a rebosar durante la tarde. Un ambiente para todos los públicos el de la primera, y otro más distendido y gamberro el de la segunda. Además cualquier cruce de calles sirve de escaparate para sacar el equipo de sonido a la calle y vivir el festival en bares y verbenas, con canciones a coro en las que el público se deja la voz y la energía. Sonaron, mucho, «Mi gran noche«, así como temas de bandas ausentes en esta edición, como Lori Meyers o Vetusta Morla.


El que prueba el Sonorama, repite. De hecho, fuimos testidos de cómo una pareja de ceutíes disfrutaban del festival por cuarto año consecutivo. Ferry, carretera y manta y un puñado de horas cada agosto para llegar a Aranda. Hasta un ruso, que subió al escenario de la Plaza del Trigo donde fue aclamado. Haya o no haya habido efecto Raphael este año, lo cierto es que se ha registrado un nuevo récord de asistencia. Queda demostrado que no es por el cordero, que también, ya que la oferta gastronómica es amplia y variada, desde pinchos a platos elaborados o bocadillos, para aguantar cuatro días de festival.


plaza trigo_sonorama_2014_ambiente

Pero lo que muestra que todo el mundo se va el domingo con la intención de volver es que es común escuchar planes para el año que viene tras la última sesión de dj, en este caso la de Digital 21, que cerró la última carpa del festival. El camino a recorrer de vuelta a la acampada es breve. Apenas diez minutos que dan para mucho. Últimas fotos, despedidas, intercambios de números de teléfono y apuestas de grupos para la próxima edición. 


Quedan en el tintero muchas pinceladas más, pero Sonorama es una experiencia para vivirla como más guste. En la acampado o en un hotel, en los conciertos de las plazas, las verbenas o los escenarios principales. Con grupos consolidados o emergentes. Como uno quiera, pero disfrutando de la música, y en Aranda.


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