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Eduardo Ranedo

OPINIÓN: Impresiones sobre Primavera Sound (por Eduardo Ranedo)

El veterano crítico de rock and roll, una de la firmas habituales en bi fm (y, sobre todo, en la revista Ruta 66), dedica unas líneas al festival barcelonés, que acaba de desvelar su cartel para 2016 incluyendo a Radiohead, LCD Soundsystem, PJ Harvey, Tame Impala, Suede, Brian Wilson interpretando el clásico «Pet Sounds» de The Beach Boys, o incluso ¡Los Chichos!. Una programación apabullante, por cantidad y calidad, alabada por la prensa internacional más influyente, y que, sin embargo, pasa un tanto inadvertida en España


El veterano crítico de rock and roll, una de la firmas habituales en bi fm (y, sobre todo, en la revista Ruta 66), dedica unas líneas al festival barcelonés, que acaba de desvelar su cartel para 2016 incluyendo a Radiohead, LCD Soundsystem, PJ Harvey, Tame Impala, Suede, Brian Wilson interpretando el clásico «Pet Sounds» de The Beach Boys, o incluso ¡Los Chichos!. Una programación apabullante, por cantidad y calidad, alabada por la prensa internacional más influyente, y que, sin embargo, pasa un tanto inadvertida en España


 

edu ranedo fotoperfil bifm


Eduardo Ranedo (Bilbao, 1968), abogado economista y Máster en Derecho Tributario por la Universidad de Deusto. Veterano crítico de Rock and roll, es una de las firmas más conocidas de la revista Ruta 66. Coleccionista compulsivo de libros, películas y, sobre todo, discos de vinilo, en bi fm se ha encargado del programa Modelo Antiguo (que regresará a nuestra parrilla en 2016).

 

 

El pasado 21 de enero, el Primavera Sound hacía público su cartel para la edición de 2016, su decimosexta si las cuentas no me fallan. Reconozco que necesité un par o tres de lecturas para tratar de ponderar adecuadamente la magnitud de lo anunciado, una selección excepcional que -para colmo- no es sino una más dentro de las que han venido preparando en los últimos años. Desde hace mucho tiempo se han ganado la confianza suficiente como para dejar de perder tiempo con elucubraciones durante las semanas previas. Han dejado de tener sentido, el cartel del Primavera no va a defraudar.

 

Aquel fue un día dulce en las oficinas del festival. Las felicitaciones y gestos de admiración procedentes de la gente del negocio, sobre todo del extranjero, no paraban de llegar. Curiosa y llamativamente, aquí las cosas fueron un tanto diferentes. Descartando los inofensivos pero molestos lloriqueos de los musiqueros trasnochados, críticos en base a un argumento del estilo a «no conozco/no me interesa casi nada de lo anunciado» tan poco convincente como muy revelador, hubo cosas que llamaron poderosamente mi atención. La emisora Radio 3 trató de refilón –por decirlo fina y generosamente- la noticia. En el diario El País, uno de sus colaboradores saltó a la yugular del festival con un artículo de opinión en el que se permitía el lujo de dar por ciertas meras suposiciones acerca de los motivos que han llevado a la organización a incluir a Los Chichos en el cartel. Simplemente uno entre los aproximadamente ciento cincuenta nombres que figuran en él. Ni más ni menos. En el resto, por lo visto, no había nada digno de mención.

 

primavera sound 2015 publico campa aitordeharo bifmEl Parc del Fòrum durante la celebración de Primavera Sound // Aitor de Haro

 

Como desconozco a qué se deben estos desapegos -que además no son nuevos- poco más puedo hacer que constatarlos, tratándose de dos de los medios nacionales de comunicación de referencia. Eso no quita que me desconcierten algunas cosas, como ese afán por quedarse en lo superficial y ni siquiera tomar en consideración una serie de aspectos que entiendo son fundamentales. Por ejemplo, este: ¿Por qué casi nadie se ha parado a pensar en lo que supone el Primavera y su modelo de financiación dentro de un país completamente invadido por festivales generalmente cortados por el mismo patrón y, a lo que iba, mayoritariamente dopados por dinero público?. Sigo. ¿Por qué casi nadie ha puesto sobre la mesa una cuestión evidente, cuál es la apuesta que hace Primavera Sound por un tipo de cartel de enorme coste económico -proporcional por cierto a su valor artístico- y con escasas posibilidades de generar un retorno financiero similar al que obtienen otros festivales?. No quiero con ello deslegitimar ningún modelo de negocio, que allá cada cual, solo poner de manifiesto un hecho diferencial que suele pasar muy desapercibido.

 

La jerarquía del Primavera Sound en todo el mundo resulta incuestionable. Ya lo certificó el New York Times en 2014, con un artículo en el que programadores de festivales como Pitchfork o el Northside de Brooklyn le rendían tributo. Hace nada Pat Levy, en Consequence of Sound, cerraba un texto en el que colocaba al Primavera a la cabeza de los mejores festivales musicales del mundo -por encima de Coachella o de delicatessen como el Liverpool Psych Fest-, señalando lo interesante que iba a resultar comprobar si alguno iba a poder siquiera acercarse en 2016 a un line-up como el ofertado por Primavera Sound. Lo mismo cabe decir acerca de su faceta prescriptora –cuidadosamente alimentada gracias a un equipo en progresivo rejuvenecimiento, buena manera de estar al tanto de lo último y de evitar caer en la complacencia- completada con cierta habilidad para recuperar nombres del pasado merecedores de un presente no precisamente amparado por coartadas nostálgicas.

 

primavera sound 2015 publico jungle aitordeharo bifmEl público del PS «nunca se esconde» // Aitor de Haro

 

Aunque quizá no se haya comunicado del todo bien -un defecto, esa cierta falta de pedagogía, que también pudo detectarse cuando tomaron una de sus decisiones más polémicas, cobrar por los pases de prensa, y asumiendo que pueda ser parte de su estrategia de comunicación- lo cierto es que desde hace tiempo están tratando de reaccionar ante la masiva afluencia de público y la complicada gestión del volumen de la oferta, reubicando algunos escenarios y diseñando su programación hasta conseguir una especie de pequeño Primavera más gourmet dentro del otro, bullicioso y desenfadado. Por si todo esto fuera poco, han cumplido el sueño húmedo del asistente que en algún momento se sintió superado por la magnitud del evento poniéndole en bandeja un festival satélite, el Primavera de Oporto –ciudad más cercana a muchas capitales que Barcelona, por cierto, y mejor comunicada- en el que todo parece encajar: Una localización magnífica que nada tiene que ver con la hostilidad del entorno del Fórum, un cartel de tamaño manejable, una producción hecha al detalle y sin concesiones al cutrerío festivalero marca España, y un sonido majestuoso en sus cuatro escenarios.

 

Pienso que, pese a quien pese, Primavera Sound es un festival de calidad que va a más, capaz de satisfacer al aficionado que responde al típico perfil de consumidor de festivales y a la vez -reto complicadísimo- a esos rastreadores del underground que a estas alturas, aparte de tener el culo pelado, no se casan con nadie. Y que sin embargo año tras año encuentran decenas de motivos para no faltar a la cita.

 

 

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