Tras presentarse en el último Zinemaldia, en unos días llega a cines (y, después, a Movistar) «Esta ambición desmedida», el documental sin paños calientes sobre la excesiva gira derivada de «El Madrileño», el último disco y alias de un trapero surgido en el underground y convertido en un artista transversal de éxito mainstream
«Es sorprendente lo lejos que ha llegado con lo vago que es. Mi hijo no sabe cantar, pero es muy bueno organizando. Ya en el instituto yo le decía ‘Pucho, tú tienes que aprovechar ese don'».
La madre de C. Tangana le da estopa -había un chiste ahí- de lo lindo en este apasionante documental que llegará a cines en unos días (a unas 100 salas a partir del 26 de octubre) para, posteriormente, ser troceado por Movistar Plus+ en 3 partes de 45 minutos.
En el principio fue Cuba. En la isla, hace un lustro, el (¿ex?)trapero decide que su gira «El Madrileño» será «cine en directo» y que, para eso, necesita una orquesta, una pantalla gigante, varios estadios… y un camarero.
Un tour «que deslumbre», pero que una vez echa a andar se revela como un horno crematorio que tritura euros y amistades.
Y aquí está el mayor mérito de un documental que se hace corto en sus más de dos horas (135 minutos): Cuando otros salen de la habitación o funden a negro, aquí ves el lodo, la presión infernal y una huida hacia adelante que a ratos se intuye suicida.
«Somos únicos, estamos pagando por trabajar», se oye decir al guipuzcoano Iñigo «Kigo» Elósegui, el representante de Tangana -y conocido DJ-, desesperado cuando ve que el coste de producción está superando ampliamente lo recaudado.
Por supuesto que si uno entra con el no, el documental le puede resbalar -lo aclaro ya, yo no soy fan-, pero estamos ante un trabajo que permite ver las sombras y luces de las giras musicales, muy lejos del brillo aséptico y la perfección de fenómenos como Taylor Swift y similares.
Aquí el nivel es otro. Más real. Salen Niño de Elche, Nathy Peluso y La Húngara, cuyos gritos aún resuenan en el fiestón que montó el equipo en la bodega Katxiña de Orio tras presentar el filme (dirigido por Santos Bacana, Cristina Trenas y Rogelio González, de la productora Little Spain) en el último Zinemaldia.
Y, como siempre, sin cantar ni afinar.
Cartel de «Esta ambición desmedida»
