La nueva promoción de la Gazte Konpainia del Pabellón 6 de Bilbao representa, hasta finales de mes, «Divina tragedia / Komedia madarikatua», una disparatada sátira bufonesca tan gamberra como inteligente
Hasta finales de mes estará en cartelera en el Pabellón 6 de Bilbao «Divina tragedia», la versión en castellano de la nueva producción de la Gazte Konpainia, que se estrenó en enero en euskera bajo el título de «Komedia madarikatua». Y en ese doble juego con los títulos está el quid de esta obra. ¿Divina tragedia? ¿Comedia maldita? Ambas. La adaptación de «Tríptico infernal» -de Tomás Afán Muñoz (Jaén, 1968)- con la que debuta en los escenarios una nueva promoción de intérpretes de esta joven compañía es una sátira que, aunque roza la farsa, no deja de tratar temas dramáticos de gran calado. O, más bien, ‘el gran tema’ dramático por excelencia: la guerra.
Pero no te asustes, no estamos aquí ante otra de esas cientos de historias buenistas que vienen a explicarnos una vez más que no hay vencedores en los conflictos armados. «Divina tragedia»/»Komedia madarikatua» es un gamberro (e inteligente) análisis de todas las derivadas e implicaciones que hay tras las guerras: los poderosos que las inician pero no las sufren, los intereses económicos, la estrategia geopolítica, la manipulación de las masas… Y, todo, planteado a través de un disparatado enfrentamiento armado en el que intervienen tres bandos: el infierno, el cielo y el ser humado.
El loco punto de partida permite tanto al guionista sobre el papel como a la directora (Saioa Iribarren Muñoz) sobre las tablas, crear unos personajes caricaturizados hasta el extremo que rozan lo bufonesco y funcionan a la perfección. Gracias al muy ágil ritmo que genera esa decisión de bañarlo todo de humor (incluso de humor absurdo), el público se traga, encantado y sin dejar de reírse, toda una honda reflexión socio-política; válida ayer, hoy y siempre, en el cielo, en el infierno y en todos los lugares de este planeta. Porque la Historia parece empeñada en confirmarnos que lo de las guerras nunca lo vamos a dejar atrás.
En un único decorado que reproduce unas trincheras y con un único vestuario que combina la estética militar con las zapatillas de estar en casa (¿¡!?), seis jovencísimos intérpretes dan vida a los múltiples personajes involucrados en el conflicto: desde líderes políticos terrenales hasta Satanás, pasando por el Papa o la cuñada del mismísimo Dios (hilarante personaje, por cierto). Todos, brillantemente interpretados por unas actrices (4) y actores (2) en el inicio de la veintena que están dando sus primeros pasos profesionales pero que llegan con una formación, unas aptitudes y un aplomo sobre las tablas que, realmente, impresionan.
Ya sabes que la Gazte Konpainia es ese proyecto de Pabellón 6 que cada año selecciona a una nueva hornada de jóvenes formados en artes escénicas para que puedan vivir el proceso completo de levantar una producción propia. Una apuesta vital para dar solidez y relevo al tejido local del teatro que, desde aquí, aplaudimos siempre que tenemos ocasión. Este año las elegidas han sido Silvia Larrauri de Miguel, Andrea Mora Ahedo, Uxue Fuertes Vega, Ziggy Docherty Sánchez, Luix Mitxelena Mitxelena y Aitzol Villahoz Prieto.
Hay que nombrarlos a todos porque, como apuntábamos, su nivel es excepcional (con mención especial para el personaje ‘cantinflesco’ de Silvia y para la versatilidad de Luix). Además, los seis permanecen en el escenario la hora y media que dura esta «Divina tragedia»/»Komedia madarikatua»; acertada decisión de la directora que le permite que, los/as que no llevan la voz cantante en cada momento, complementen la escena con gestos, caras, acciones o, incluso, música. Y es que el montaje está salpicado de breves pasajes musicales a capella y en vivo, a veces sin letra y siempre perfectamente afinados por los seis intérpretes (¡¡bravo!!).
Un último capítulo a destacar de «Divina tragedia»/»Komedia madarikatua» es su cartel. Sí, su póster anunciador, vamos. Porque, aunque muchas veces en el teatro los carteles pasen desapercibidos (quizá porque las propias compañías tampoco suelen invertir mucho en este capítulo -¡¡gran error!!-), son un elemento de comunicación fundamental que, en el caso que nos ocupa, presenta (y representa) a la perfección el espectáculo. La ilustración que ha creado ex profeso el dúo Irrimarra (Irene Irureta y Karmele Gorroño) le va tan, tan bien a la obra como el propio nombre de estas artistas (‘caricatura’, en castellano). Y tan bien como el mencionado juego del título diferente en euskera y castellano elegido para esta acertadísima adaptación (por cierto, zorionak a el/la artífice de esa idea del doble título).
Las entradas para ver «Divina tragedia» en castellano (hasta el 26 de febrero en el Pabellón 6 de Bilbao), a 17 euros aquí (precios especiales para socios).