Entrevistamos al líder de The Smashing Pumpkins en el marco de Azkena Rock Festival 2013, festival del cual son cabezas de cartel junto a The Black Crowes. Sobre festivales, giras, trayectoria, planes de futuro y recuerdos del pasado hablamos con Billy Corgan, uno de los iconos del rock alternativo. Una entrevista de Joseba Vegas, con fotografías de Jone Novo
Viernes 28 de junio, Mendizabala, Vitoria-Gasteiz. Nos encontramos en el backstage de Azkena Rock Festival 2013, evento que celebra su décimo segunda edición este fin de semana, con The Black Crowes y Smashing Pumpkins como bandas destacadas. Con la segunda de ellas tenemos cita en unos minutos (son cerca de las 20:00 horas -actuarán a las 00:00h-) y, tras haber grabado ya sin mayor problema sendas charlas con Alberta Cross y M Clan, llegan las primeras indicaciones y consejos. «No se te ocurra pasarte de gracioso con él, que es un tío bastante raro«; «Que nadie le pida nada de fotos, autógrafos ni cosas de esas, que se enfada«; «Mide 2 metros, es enorme, ¿a qué no lo parecía«. Pues no, no tenía ni idea de su gran envergadura (tampoco es tan alto en realidad) y, aunque uno siempre se enfrenta a las estrellas del rock con especial distancia, en el caso de Billy Corgan ya contábamos con que nos citábamos con un músico peculiar. Sin embargo… (casi) nada fue como nos esperábamos.
Corgan acaba de atender a un par de medios y es nuestro turno. Siendo los terceros de la fila, puede que el artista se encuentre receptivo, entonado tras charlar distendidamente con nuestros colegas… o, de haber sufrido algún encontronazo con ellos, es posible que tenga muy pocas ganas de hablar, quién sabe. Se abre la puerta de la «press room» y ahí está él, de pie, intercambiando pareceres con su road manager. Ambos sonríen. No está mal, para empezar. Le estrechamos la mano, nos presentamos y le invitamos a tomar asiento. Lo hace de buena gana.
Abrimos nuestra breve conversación (hemos de llevarla a cabo en menos de 5 minutos) dándole la bienvenida y preguntándole por lo que le parece el cartel del festival (más habituado a sonidos hard-rock, stoner, heavy metal, country o punk que a grupos de raíz grunge que marcaron el llamado «rock alternativo» en los años 90). Pero no, no conoce el line-up. «Pues sois cabezas de cartel, junto a The Black Crowes«, le indico, como si él no lo supiera realmente. «Eso espero, mejor será«, dice sin perder la sonrisa. «Bueno, ¿pero te gustan los festivales?«, le cuestiono. «Poner junta música y gente es una cosa positiva, no tengo problema«. Sus respuestas, de momento, son breves, pero se le ve cómodo. Desde luego, no parece el ogro a veces descrito, sino un tipo afable (el gorrito de dominguero que corona su cabeza potencia esa imagen).
Entre festivales y grandes salas (la noche anterior han actuado en la barcelonesa Razzmatazz), The Smashing Pumpkins, el grupo fundado en Chicago hace 25 años (ni qué decir tiene que Billy es el único miembro que queda de entonces), está de gira presentando su último disco, «Oceania«, publicado el año anterior. Qué tal va el tour, queremos saber. «Bien, la banda está tocando muy bien, la gente parece que conoce el nuevo álbum, no hay queja«. Y, tras estos satisfactorios conciertos, ¿cuáles son los planes? «Por ahora no hay planes de futuro mas allá de que he estado escribiendo canciones para un nuevo álbum y eso es todo«. Bien, pues no es poco, ya sabemos que habrá noveno LP del grupo.
Le decimos que «Oceania», el octavo, ha sido una de sus mejores obras, cuando quizá no demasiada gente confiaba en ello, a priori. «Sí, no sé… la música es una cosa extraña. Hice discos que cuando salieron la gente dijo que no eran buenos, pero más tarde dijeron que sí que lo eran. Yo todo lo que puedo hacer es grabarlos y seguir adelante«, reflexiona. Un cuarto de siglo de canciones, por cierto. ¿Qué significará el proyecto, 25 años después, para su máximo responsable? «Smashing Pumpkins es importante por varios motivos, pero mi percepción es que no sé cómo procesarlo. El mundo está cambiando muy rápidamente y es difícil decir ‘aquí es donde encaja mi banda, mi música’, porque si lo miras con 2 o 5 años de distancia ves que las cosas se perciben de una forma diferente. Para mí, las bandas de rock se mueven muy lentas con respecto al mundo moderno, lo cual no pasa con DJs o raperos, ya que ellos pueden adaptarse más rápido a los tiempos, en cuanto a sonido o producción. La musica rock no se mueve suficientemente rápido. Puede ser frustrante, porque aunque hay un factor futurístico en Smashing Pumpkins, la verdad es que lo de tocar con guitarras es algo que va más lento que el proipio mundo«. ¿Abrimos el debate? Mmm, no, apenas queda tiempo.
Lo que está claro es que su grupo es uno de los más conocidos del panorama alternativo de las últimas dos décadas que aún se mantiene en activo. Eso sí, después de dejarlo y volver, de conflictos y fracasos varios y de no pocos altos y bajos en la carrera del cuarteto. Vamos allá: «¿Perdió alguna vez la fe en su música, Mr. Corgan?«, le preguntamos. «Por supuesto, sí, perdí la fe muchas veces, pero es un problema al que yo tengo que enfrentarme. Cuando era más joven me afectaba que los fans no me entendieran con canciones que yo consideraba buenas. Es una cuestion a afrontar, el saber comunicarse con alguien, el llegarle. Es algo difícil de explicar porque la música a mí me llega de arriba, puede que de detrás (risas)… y no sé qué pasa cuando canto una canción que me sale«.
Canciones bien acogidas por el público (y elevadas a la categoría de clásicos o himnos) han sido muchas en su trayectoria («Bullet With Butterfly Wings«, «Tonight Tonight«, «Ava Adore«, «1979«, «Disarm«…), indudablemente, pero sí, todas datan de los años 90 del pasado siglo, la época dorada de The Smashing Pumpkins, en teoría. ¿Lo recuerdas, Billy? «Pobremente. No, no me gusta hablar mucho de esos años porque la mitologia es mejor que la realidad de los 90. Yo vivo en el presente«.
