Crónica del concierto de Every Time I Die y Clouds Over Normandy del miércoles 14 de noviembre de 2012, día marcado por la convocatoria de Huelga General y la primera visita de los de Buffalo a Barcelona. Por Luis Benavides, con fotos de Rafa Rodríguez
La Huelga General del conocido 14N será recordada como una jornada histórica, sobre todo por el contexto de recortes y la extrema desafección general que la ha originado. La parroquia metalera catalana más alternativa, además, recordará la fecha por la visita de los Every Time I Die. Y es que, por suerte, los controvertidos piquetes no hicieron acto de presencia en la Apolo y el concierto pudo desarrollarse según lo previsto.
Los de Buffalo venían de tocar en Bilbao, con los Clouds Over Normandy como teloneros. Curiosamente, el cantante de los norteamericanos, Keith Buckley, ya conocía a los catalanes porque compartieron focos el año pasado cuando vino con su otro proyecto, el supergrupo The Damned Things –ndr. aunque parezca mentira, con miembros de Fall Out Boy y Anthrax-.
Los Clouds Over Normandy son los mismos chavales, con el mismo EP, con más tablas quizás. De hecho, el quinteto sigue recurriendo a la versión metalcore de «El Cant dels Ocells«, que como homenaje al compositor universal Pau Casals no deja de ser curiosa aunque en directo se les va de las manos y tampoco suena creíble. Ojo, que los chavales tienen una muy buena técnica, especialmente el guitarra solista, que parecía poseído por el espíritu de Gamma Ray y Stratovarius, una agradable sorpresa entre tanto berrido y ritmos machacones aunque las pajillas con el mástil nunca me gustaron demasiado. En general, sin querer faltar el respeto porque tienen mucho camino por delante y muy buenos cimientos musicales, eché de menos actitud y me sobró seny catalán.
Clouds Over Normandy // Rafa Rodríguez
Compartir tres fechas con unos músicos doctorados en la universidad de la brutalidad musical como son Every Time I Die les ayudará mucho en sus futuros bolos. Porque los norteamericanos, que presentaban su sexto largo, el encabronado «Ex Lives«, nos pegaron una paliza incontestable. Y, me perdonaréis, pero no se me ocurre una mejor definición para que podáis comprender la barbaridad sonora que sufrimos los 70 valientes que acudimos a la sala.
La banda de los hermanos Buckley, en su primera visita a la capital catalana, traía nuevas combinaciones de golpes, como la bofetada de «I Suck (Blood)» o el gancho hard rockero de «Typical Miracle«. De hecho, abrieron con la caótica «Underwater Bimbos from Outer Space» y se despidieron con «Indian Giver«, piezas incluidas en su último trabajo; pero tampoco pensaban renunciar a su repertorio de llaves clásicas, letales sobre las tablas, alternando cortes más sureños y rock’n’rolleros como «We’re Wolf» o «Wanderlust» con auténticas animaladas en la onda cafre de Converge y el math psicópata de Dillinger Escape Plan.
Every Time I Die, dándolo todo // Rafa Rodríguez
Keith Buckley, luciendo una barba frondosa, se dejó la piel y agradeció la entrega de un público volcadísimo en las primeras filas, con un pit que no cesó en ningún momento. El mosh, dijo el frontman, no entiende de huelgas. El resto de la banda no podía ser menos y bordaron una actuación agresiva pero muy bien definida, comenzando por el grandote Andy Williams, concentrado y dirigiendo la infernal orquesta con sus riffs, y acabando por el movido Jordan Buckley, un auténtico nervio con la guitarra colgando
Para que os hagáis una idea, los 18 temas que tocaron del tirón todavía retumban en mi cabeza. Por todo esto, un 10 para la banda. Y otro 10 para la promotora, Cap-Cap, por haber conseguido traerlos por estos lares y porque han confirmado la visita de una de mis bandas de screamo modernete favoritas: Funeral For a Friend. Eso será en el mes de marzo del año que viene, pero ya puedo confirmar y confirmo que allí estaré.
Los más valientes se unieron al mosh pit // Rafa Rodríguez
