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Ocio y cultura

Un truño como mi puño: Los patinazos cinematográficos de 2019

Pasado el ecuador del año y el medio centenar de películas vistas, recapitulamos para que dediques esas dos horas a hacer algo útil con tu vida.

Himesh Patel & Ed Sheeran en "Yesterday"
Pasado el ecuador del año y el medio centenar de películas vistas en pantalla grande, recapitulamos para ponerte sobre aviso y que dediques esas dos horas a hacer algo útil con tu vida, como comer, beber o amar

Ya llegó el verano, ya llegó la fruta y dos de las tres últimas veces que he ido al cine he errado el tiro. Y es que parece que en esta estación vale todo: Chancleta con calcetín blanco, ir a festis por «el que dirán de mi Instagram» o viajar en transporte público con el volumen del móvil a todo lo que da (te lo aclaramos ya: el vídeo de tu borrachera en fiestas de Alpedrete al resto del vagón no le interesa).

Pasado el ecuador del año y el medio centenar de películas vistas en pantalla grande, hemos decidido recapitular los grandes truños de este 2019 y, para que no se haga daño, avisar de que esas dos horas usted podría estar haciendo algo útil con su vida, como comer, beber o amar.

¿Hablarán de nosotros?

NOTA: Los cinco primeros pueden ser evitados en formato físico y plataformas digitales. Ojo con los tres últimos, que están recién estrenados en cine. El aire acondicionado de las salas tampoco vale como excusa.

LOS PATINAZOS CINEMATOGRÁFICOS DE 2019

GLASS (M. Night Shyamalan)

El director de «El bosque» hace tiempo que ha perdido brillo, pero este cierre de trilogía atonal, pueril y caprichoso, nos recuerda más a un capítulo piloto de algo que al gran cine que Shyamalan facturaba hace una década. Fallida.

EL BLUES DE BEALE STREET (Barry Jenkins)

Ya «Moonlight» nos pareció hace un par de años «mucho lirili y poco lerele» (nota: el olvido empieza a tragársela) pero este dramón donde la pedantería se derrama por los lados mientras no sucede nada, resulta estremecedor. Inmenso fracaso en taquilla que demuestra que la gente no es idiota (al contrario que yo, que sí pague).

CREED 2 (Steven Caple Jr.)

Aquí no hay engaño, esto es «Rocky 8» lo llamen como lo llamen. Y ojo, reconocemos el mérito (y la jeta) de hacer la misma peli desde el 76 y tener un público fijo que va a ver la historia de un cani (antes italoamericano, ahora negro) que pierde el primer combate pero gana el básico: el de ser mejor persona en la vida. El sueño americano en bucle infinito. Como diría Homer: «me abu rrooo».

FAMILIA AL INSTANTE (Sean Anders)

Vale, sí, fallo mío. Ir a ver una de Mark Wahlberg y luego quejarte es del género bobo. Pero también salia Rose Byrne y todo tenia pinta de comedia canalla. ¿Qué podía salir mal? Respuesta: Todo. Rancia, previsible, ñoña y reaccionaria hace parecer a «Los Japón» -más truños para la saca- una de los Monty Phyton.

DESTROYER, UNA MUJER HERIDA (Karyn Kusama)

El que iba a ser el vehículo que llevara a Nicole Kidman a los Oscar se quedó sin gasolina en el extrarradio de un barrio marginal. Mala pinta, sí. La paradoja es que, siendo un thriller tópico, resulta a la vez confuso.

INSTINTO MATERNAL (Olivier Masset-Depasse)

Sorprendentemente, la publicidad la vende como un «thriller hitchconiano» -recuerden que el marketing esté para mentir- pero a nosotros nos parece que ni llega a un Chabrol de marca blanca. Todo se mueve dentro de la más absoluta neutralidad. Nada molesta. Nada entusiasma. Cine placebo.

LOS MUERTOS NO MUEREN (Jim Jarmusch)

Piense en la última peli buena (buena de verdad) que vio de Jim Jarmusch (no, «Gimme Danger» no vale, era documental). Quizá tendríamos que remontarnos a «Coffee and Cigarettes» (2003) para encontrar algo genuino y efervescente. Admitimos que puede que sea excesivo incluir «Los muertos no mueren» en una lista con lo peor del año, porque su primera hora es afilada (ese Steve Buscemi fachón, esa Tilda Swinton ninja) y su crítica a una sociedad votante de Trump y adicta al móvil (o sea, cadáver ya antes de ser zombie) funciona como un puñal. Por eso es más doloroso su tercio final, un patinazo que echa por tierra todo lo propuesto y donde se amontona metacine, naves espaciales y situaciones alargadas hasta más allá del absurdo. «Los muertos no mueren» no es tanto un truño como una oportunidad perdida. Y esa es una bola de partido que no te salva ni Bill Murray.

YESTERDAY (Danny Boyle)

Pensábamos terminar la demolición con la de Jarmusch, pero el pasado domingo vimos ésta y nos gustaría que alguien nos explique cómo partiendo de la mejor idea del año -un apagón general hace que The Beatles desaparezcan de la memoria colectiva- se puede lograr un telefilm de Antena 3, con una historia de amor caduca, un pipa irritante y una directiva de casa discográfica tan malvada que no llega ni a caricatura. No se puede hacer menos con más. Nos queda el consuelo de que la banda sonora funciona.

Nos gustaría aclarar, a modo de epílogo, que nos encanta el cine casi hasta cuando es malo y que tienen en cartel cintas que nos han entusiasmado («Toy Story 4», «En los 90«) y otras que probablemente lo harán en semanas venideras. Así que, como cada mes (salvo este), les animamos a que se acerquen a las salas. Ver un DVD en casa es muy cómodo, pero en el cine una película no se ve, se sueña.

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