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Entrevistas

Vetusta Morla: “Antes había recelo hacia lo que venía de atrás o pudiera tacharse de rural”

Hablamos con el sexteto, inmerso en la gira de presentación de «Cable a tierra», donde incorporan músicos y músicas procedentes del folk.

Cable a tierra // Get In
Con un sexto disco en el mercado, «Cable a tierra», en el cual el sexteto ha incorporado nuevos músicos procedentes de la escena folk, el grupo ha iniciado una gira que también muestra a un combo creciente en número y en matices. Hablamos con Jorge Fernández antes de su paso por Bilbao (Bilbao Arena, 3 de julio)

Vetusta Morla vuelve a Bilbao este próximo viernes, 3 de junio (Bilbao Arena), dentro de la gira «Cable a Tierra», que arrancaba el pasado mes de mayo para trasladar al directo su sexto álbum de estudio, un trabajo para el cual la banda madrileña reclutaba el año pasado una orquesta folclórica, con miembros de la agrupación palentina El Naán y de la gallega Aliboria, también presentes ahora en los conciertos de este 2022.

Una nueva etapa para una de las formaciones de pop-rock más exitosas de la última década, ya desde aquel estreno oficial de 2008 con «Un lugar en el mundo». Desde entonces, un crecimiento exponencial a nivel de público que no ha estado, para nada, reñido con la búsqueda de nuevas sonoridades, estéticas y experiencias sensoriales hasta llegar a este «Cable a Tierra» que conecta con los sonidos tradicionales para integrar en un contexto contemporáneo ideas como el rito, la trascendencia, la pertenencia o la identidad.

Llamamos a Jorge Fernández, percusionista de un (doble) sexteto en el que ahora también se aporrean panderos, sartenes, llaves y hasta dentaduras de pollinos. Si eso no es evolución…

Bastante tiempo sin hablar con vosotros por aquí, entre pitos, flautas y pandemias. ¿Qué tal pinta este 2022 para Vetusta Morla?

Bastante bien. Aunque en ese compás de espera he de decir que nosotros no estuvimos parados. Sacamos «Canciones dentro de canciones», que era un disco en directo, y una banda sonora, la de «La Hija», que fue un poco lo que dio pie al nuevo disco y a la nueva gira. Pero ahora ya sí que es un no parar en absoluto.

Acabáis de empezar gira en Valencia hace nada… en una normalidad que sí que echaríais de menos, por mucho que estuvierais activos los dos años previos.

Sí, estamos en un periodo muy ilusionante. Hay uno muy bonito que consiste en componer un disco y grabarlo, pero luego vienen los miedos cuando lo sacas, ver cómo lo recibe la gente y cómo sientes tú qué se recibe, que es diferente a lo que sientes cuando el disco está al abrigo de tu casa. Luego llega el momento de darle un nuevo lenguaje a ese disco, preparando su traslado al directo, a los conciertos. Ahora, con todo eso ya hecho, estamos encantados, es momento de disfrutarlo en un contexto que se echaba mucho de menos.

A la vanguardia por la tradición // J. Álvarez

El disco ha introducido nuevos elementos, matices… que habéis llevado a los conciertos de manera muy ambiciosa, nada menos que incorporando media docena de músicos. La banda de rock, fusionada con artistas folk.

Sí, está claro que está gira es muy especial y diferente, en el punto de que estamos acompañados por Alboria, que son unas pandereteiras de Galicia, y por El Naán, que es un grupo de Palencia. Lo que hemos añadido a nuestro sonido tiene que ver con la raíz, con lo folclórico, con un poso más tradicional, cosas que nos identifican con nuestro legado familiar, incluso, pero que tiene bastante de vanguardista. El Naán, de hecho, son unos renovadores del lenguaje folclórico, así que el resultado es moderno, no antiguo, como podría pensarse.

Al comienzo se os comparaba con Radiohead, un grupo de guitarras que fue mutando en algo más vanguardista, pero por la vía de la electrónica. Vosotros no erais los únicos que miraban hacia el mundo anglosajón, pues aquello era lo habitual. Ahora, sin embargo, muchos músicos españoles están virando hacia lo ibérico o hacia lo latino, en una tendencia opuesta.

En la música todo tiene su evolución. Nosotros hacíamos música de manera inconsciente. Un inglés seguro que toca de manera inconsciente basándose, no sé, en los Beatles, que para ellos es un poco como su folk, pues viene de una tradición anterior. Nosotros estábamos influidos por una visión muy anglosajona que nos atrajo mucho de chavales, si bien siempre hemos estado cerca de otras sonoridades, pero había cosas que igual no pegaban con las guitarras, la épica y ese carácter anglosajón. Quizá había algo de recelo hacia lo que venía de atrás o lo que pudiera tacharse de rural, alejado de la ciudad. Con la pandemia hemos vuelto al refugio de la casa y a estar en contacto con cosas muy personales tuyas y todo eso se ha abierto. David y yo empezamos tocando cajón y congas y guitarras acústicas de nailon, veníamos de hacer flamenco y salsa… así que cuando nos salían canciones latinas las descartábamos y hacíamos unas risas, porque no nos pegaban. Ahora, tras la pandemia y gracias a esa generación joven, desprejuiciada y que ve el valor de esas sonoridades, de esas músicas, se ha abierto el campo, caso de Maria Arnal, por ejemplo, que nos encanta. Todo ha confluido para que ahora toquemos una canción como «Puñalada trapera», con esa estructura un poco de fandango, y nosotros tan a gusto.

Como percusionista, a ti en particular, te estará enriqueciendo especialmente esta etapa, en la que hacéis música con cajas de pimentón, conchas de vieira, azadas y hasta dientes de burro…

Como percusionista, sabes que puedes hacer música de una papelera medio rota o de cualquier otra cosa. Pero ahora llevamos una guadaña, que hace «shhhh…» cuando la afilas con una piedra, o una quijada de burro, que hemos descubierto en nuestros viajes que se utiliza también en Latinoamérica, no solo aquí. Con «Cable a tierra» hemos comprobado que hay muchas conexiones entre lo de aquí y lo de allá, porque son muchos años y años de trasvase cultural de ida y vuelta.

Siempre habéis cuidado muchísimo los detalles, a nivel sonoro, de producción, pero también de imagen o de diseño de arte. El nuevo disco está muy trabajado por dentro, pero también por fuera.

Sí, la verdad es que sí. Haciendo este disco han ido apareciendo cosas que parecían aleatorias, que al final han ido confluyendo para hacer algo muy grande. La importancia de lo pequeño en lo grande. Hemos partido de la intimidad del confinamiento, con guitarras y otros instrumentos acústicos que no hubiesen sonado en un local de ensayo. De repente esas cosas pequeñitas han pasado a un ordenador, se les ha añadido efectos y ahora suenan en recintos gigantes para un montón de personas. Con el diseño del álbum ha pasado igual, porque parte de pequeñas obras de arte, cuadros chiquititos que han ido cogiendo una dimensión increíble, hasta el punto de que la portada cierra el concierto en un telón gigante, contándonos todo lo que cuenta esa obra, con su explosión de colores y ese cable a tierra que nos une. También hemos cuidado el vestuario, con un trabajo de desarrollo de piezas que son igualmente de arte, tratando de explicar una historia que igual hay gente que aún no lo está entendido muy bien, pero ya lo explicaremos, je, je. Es un juego que parte de cosas pequeñas y que acaba haciéndose muy grande, como ha pasado a nivel de banda.

¿No os da miedo que los fans de Vetusta Morla de himnos coreables, melodías y guitarras no entiendan este nuevo concepto? Quizá requiere más esfuerzo engancharse a esta propuesta, es arriesgado en estos tiempos en los que nadie parece querer pararse y prestar atención.

Yo creo que cuando haces algo no buscas que nadie lo entienda, sino que tenga una coherencia y que consigas emocionar. Sea para ponerte triste o melancólico, sea para hacerte cantar, sea para hacerte bailar… es un cúmulo de sensaciones que busca emocionar. No hay una intencionalidad de llegar a nada, sino que todo va respondiendo a un interés artístico y darle a todo ello una coherencia. Hemos hecho adaptaciones de las canciones antiguas para acercarlas a ese lado más folclórico, pero siguen siendo canciones de Vetusta Morla más Vetusta Morla que nunca, con más profundidad, arropados por otros seis músicos. Las canciones míticas se siguen coreando igual, con otros colores, más cercanos al actual concepto, pero la canción sigue siendo la misma y la banda de rock con potencia sigue ahí.

Los 6 + 6 Vetusta Morla // Get In

Está claro que vuestros seguidores se mantienen fieles, que tenéis muchísimo público y que os sigue a todos lados. Venís de congregar a 200.000 personas en Tik Tok y vais a actuar en Madrid, en el Metropolitano, ante unas 60.000. Son cifras muy altas y mantenerlas ahí arriba, tras pandemias y abriendo nuevas etapas, tiene que dar algo de vértigo. Por eso preguntaba al comienzo que qué tal pintaba este año. No sé si llamarlo de reconsagración, si eso es posible.

Es la percepción que me cuesta mucho tener. Llevamos a este nivel más de 10 años, la banda ha crecido un montón, pero nuestro entorno personal se mantiene igual, siendo muy conscientes, eso sí, de la suerte que tenemos de que la gente haga click con lo que proponemos. Con esta gira sí que hay un reto de asentar al grupo internacionalmente, para poder viajar más, conocer a nueva gente, sobre todo de Latinoamérica, y generar nuevos lazos. Cada disco es una experiencia, cada gira es una experiencia que va dibujando tu vida y tenemos la suerte de no tener que estar en una oficina, así lo digo, así que lo cuidamos. Hay mucho trabajo detrás, hay subidas y bajadas, las giras cuando son largas son duras, pero seguimos siendo los mismos colegas de siempre, la música es lo que nos une, nos junta y nos hace fuertes.

Ahora os toca volver a Bilbao, ciudad y entorno que conocéis muy bien, desde aquella primera vez en Plateruena de Durango, donde llenasteis en 2009, pero también con varios pasos por todo lo alto en el festival Bilbao BBK Live. Os va bien por aquí.

Sí, nos va muy bien y tenemos muchos amigos. Solemos hacer planes para ir a comer, je, je, vamos el día antes y aprovechamos, pero esta vez iremos el mismo día y al siguiente marcharemos para Galicia, así que no habrá tiempo de mucho más. Lo volcaremos todo en el escenario, donde seremos esas seis personas más, en un concierto con muchísima intensidad y matices, lleno de estímulos. Intentamos que sea como una buena película, que la puedes ver mil veces y siempre sacas cosas nuevas. Pena que hablemos solo de siete conciertos hasta llegar al de Madrid, porque esta gira está siendo muy estimulante.

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