Joseba Vegas, director editorial de bi fm, selecciona los mejores trabajos discográficos del año en Euskadi y Navarra, un top que aúna pop, rock and roll, hard rock, blues, electrónica… Un resumen en la distancia corta, para que no olvidemos que, en casa, también tenemos música de alta calidad
La carerra de Joseba Vegas (Santurtzi, 1980) siempre ha estado ligada al periodismo musical. En 2003, poco después de haberse licenciado, ingresó en Bidebieta Irratia para, con la creación de bi fm en 2008, pasar a ser coordinador de programación de la nueva emisora, de la cual es Director de Contenidos desde febrero de 2015. Firma habitual de la revista MondoSonoro, excolaborador de programas de televisión como Nosolomúsica o Cuatrosfera, Joseba también es conocido como DJ bajo el alias de Optigan1. Ha pinchado varias veces en festivales como FIB, Bilbao BBK Live o Ebrovisión y en la gran mayoría de salas del Estado (Razzmatazz, Independance Club, Fever…)
Primera de nuestras listas con «lo mejor» (esto, mejor entre comillas, pues no estamos sino hablando de opiniones subjetivas -con el criterio que se nos presupone, pero subjetivas al fin y al cabo-) del año que se nos va. Así, en espera de más rankings (de conciertos, libros, comics, películas, series…), incluyendo también los derivados de vuestros votos (sí, en breve pondremos en marcha nuestro tradicional concurso -con un montón de premios a repartir-) arrancamos nuestro repaso anual en la distancia corta, de la mano de Joseba Vegas, director editorial de bi fm, quien, un año más, nos recuerda que en casa también tenemos música de alta calidad.
*También podrían haber formado parte de esta lista: Yellow Big Machine, Fermin Muguruza, Chico y Chica, Juárez, The Soulbreaker Company, Inoren Ero Ni, Julien Elsie, Exnovios, Shinova, Izaro, Villapellejos, Neila, The Allnighters, Los Ginkas, Niña Coyote eta Chico Tornado, Willis Drummond, Highlights, Smoke Idols, Berta Bittersweet, John Berkhout, Grande Days, Eskean Kristö, Hozten, Grand Matter, Madera, Positiva… ¡Menuda cosecha!
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MEJORES DISCOS 2016 EN EUSKAL HERRIA
16. GRISES – Erlo (Sony Music)
Más electrónicos y bailables que con su anterior trabajo, «Animal» (2014), los de Zestoa volvieron este año a la senda del hedonismo, con sus consabidas dosis de optimismo buenrollero (esas que ya nos inyectaron en vena con sus dos primeros álbumes). Un disco que recuperaba la esencia y pensado para el directo, ese formato donde Grises tan bien se mueven, sobre todo a nivel de festivales. Han estado en tantos, en tantos sitios, que no es de extrañar que que el título del LP hiciera referencia a algo tan cercano como ese monte del macizo de Izarraitz desde el que se ve su pueblo. Back to roots, que dicen los anglosajones. Un acierto.
15. MUNLET – Chupacabras (Screaminguy Records)
Anita Ladyfingers e Ina Herr Professor volvían a la carga este año con otro trabajo repleto de guitarrazos y sintetizadores, oscuridad y baile, diversión y miedito, todo a partes iguales. A fin de cuentas, hablamos de un grupo que siempre ha mostrado un sano eclecticismo, ese que lo mismo los emparenta con el postpunk, que con el rock industrial o el tecnopop de aires ochenteros. Un dúo (ampliado a trío en directo gracias a la incorporación de Carlos Cebrián en los teclados y sintetizadores -el disco cuenta también con las colaboraciones de Alex Pis de Ídolos del Extrarradio, Charlee Mito de Villapellejos y Mikel Bikitures) que sigue cargándonos las pilas como el primer día y del que siempre se sacan canciones favoritas para escuchar durante una buena temporada (en el infierno).
14. JOSEBA B. LENOIR – Eguzkiari begietara so (Autoeditado)
Tres años después del EP en solitario «Tenpesta», el guitarrista de Bera ha demostrado un gran crecimiento, tanto en lo numérico (su inseparable Felix Buff ha contado esta vez con la compañía de Miren Narbaiza, Ander Mujika y Xan Bidegain para dar forma a ese grupo ya conocido como Joseba B. Lenoir Gang) como en lo estilístico, pues son muchos los palos que ahora se tocan (y muy bien tocados). Como no podía ser de otra manera, hay mucha guitarra, pero también espacio para la melodía, la cual se abre camino en medio de rabia eléctrica old school. Así que no, aquí no solo hay high energy rock and roll, que también encontramos ecos más poperos y hasta cierto poso soulero.
13. MAMBA BEAT – Paint Me In Black (Collider Records)
A Mamba Beat les ha pasado en 2016 lo mismo que a Cornershop en 1997. Si los británicos de origen hindú abrazaron definitivamente el pop en «When I Was Born for the 7th Time» (sin olvidar esas raíces que les daban el toque «étnico» diferencial) para terminar de redondear la propuesta gracias al remix de un productor de campanillas como Fatboy Slim (Norman Cook los lanzó al estrellato gracias a la celebradísima remezcla de «Brimful Of Asha»), los bilbaínos han hecho lo propio, alejándose en gran medida de los patrones funkoides y tropicalistas para sonar más contemporáneos, discotequeros (en el sentido occidental del término) y, sí, decididamente pop. Encima, David Kano (Cycle) ha metido mano en dos cortes del trabajo, convirtiendo sendas canciones guapas en dos hits del tamaño de la bola de espejos del Studio 54. Ahí están «Love & Hate» y, sobre todo, «SOS (Save Our Souls)» para demostrarlo.
12. SEÑORES – La luz (Cuatro Barbas)
Parece que fue ayer, pero ya han pasado tres añazos desde «Curso práctico de autoestima», el debut en formato largo de Señores, el cuarteto bilbaíno que nos hizo volver a creer en la denostada etiqueta «indie». Aquí sigue habiendo guitarras, distorsión, estribillos… canciones. Y quizá sea por ahí por donde se note su evolución, por el afianzamientos de esa faceta compositiva que se ve aquí más atinada, más certera, más allá de sonoridades o ejercicios de estilo (cuestión que ya tenían más que definida). Por poner un pero, quizá se eche en falta un «hit» a la altura de «Verbena en la plaza del pueblo», el single que editaron en 2015, pero, a nivel de álbum, el segundo es mejor que el debut. Y eso, señores (je), no es moco de pavo.
11. LAST FAIR DEAL – Odyssey In The Key Of Three (North Side River Records)
La banda más clásica del listado se cuela por aquí gracias a los méritos de «Odyssey In The Key Of Three», un tercer álbum en el que han ido directos al grano, sin trampa ni cartón alguno. Un disco que perfectamente podría ser el Nº1 del top si solo nos ciñéramos al rock and roll, al hard rock o al blues… a toda esa gran música de sabor añejo que bebe de Led Zeppelin, Thin Lizzy, Cream o The Rolling Stones. Su propuesta no guarda mucho misterio, no, pero, claro, ¡es que son muy buenos! Y en directo ya…
10. KOKOSHCA – Algo real (Sonido Muchacho)
Poco después del single «Corazón Caliente / Corazón de Hielo», los pamploneses nos entregaban todo un disco largo, «Algo Real», donde no se incluía ninguna de las dos canciones nuevas lanzadas este año, pero sí otras 10 que mantenían el nivel de lo contenido en aquel apetitoso 7″, a pesar de que no hablemos, ni mucho menos, de un álbum redondo… en el concepto pop (o, si queréis, más «comercial» del término). Estamos ante una clara muestra de talento underground, de ese pop indie, garajero, destartalado a propósito (o no), incómodo incluso, que algunos tanto echamos en falta. Kokoshca son capaces de sonar directos y retorcidos, accesibles y agresivos, luminosos y oscuros, melódicos y ruidosos… todo, a la vez, todo, en un mismo trabajo donde las dos voces principales (las de Amaia e Iñaki) resultan tan diferentes (y diferenciadoras) que confieren al grupo una impronta francamente bicéfala. Si eres de los que ama las imperfecciones y está de acuerdo con eso de que «hay que follarse a las mentes», te va a encantar este LP.
9. DELOREAN – Muzik (Phlex)
Nuestro grupo más internacional hace mucho que abandonó las guitarras y aquel postpunk con el que comenzó a hacerse popular. De hecho, hace mucho, muchísimo (¡seis años!) que los de Zarautz publicaron su exitoso «Subiza», aquella grabación que confirmó (y amplió) todo lo bueno plasmado un año antes en «Ayrton Senna», el EP que les abrió las puertas del mercado anglosajón. Digo esto porque, tantos años después, es de valorar que Delorean sigan evolucionando, buscando su propio camino, huyendo, incluso (o esa es la impresión) de lo hecho con anterioridad, por muchas alegrías que pueda haberles reportado. Habrá quien encuentre negativo ese «ensimismamiento» al que podríamos achacar que en su nuevo álbum no exista ningún temazo a la altura de «Deli», «Stay Close» o «Grow», pero el sonido Delorean es ya una verdad de alcance mundial. Ya lo decía Manuel Manquiña en la película «Airbag»: «El concepto es el concepto. Esa es la cuestión».
8. CAPSULA – Santa Rosa (Gaztelupeko Hotsak)
Otra banda de alcance internacional. No en vano, lo de ser verdaderos trotamundos va en el propio ADN del grupo, fundado en Buenos Aires en 1997 y afincado en Bilbao desde hace muchos años, como todos ya sabéis (¿no?). Sin embargo, Martín Guevara, Coni Duchess y Guantxe no optaron esta vez por irse a lugares lejanos como Estados Unidos para grabar con la ayuda de productores de excelso curriculo como Tony Visconti, sino que se quedaron en Euskadi para dar forma a «Santa Rosa» de manera autosuficiente. Y, la verdad, visto el resultado… uno se pregunta si esos viajes transatlánticos no sirven más como experiencia personal y como hito promocional que otra cosa, porque ¡vaya disco se han cascado! Hay rock and roll sudoroso, oscuro postpunk, glam, psychobilly, garage, pop… y hasta una versión de los históricos Delirium Tremens y su «Ikusi eta ikasi» de 1980. Una vez más… ¡qué bueno que vinisteis!
7. TRAVELLIN’ BROTHERS – One Day In Norway (Magnolia)
Tras recibir en la pasada edición del holandés Eurosonic el premio a la «Mejor Banda Blues de Europa» (ahí es nada) los vizcainos Travellin’ Brothers se autoeditaban «One Day In Norway», un disco gestado tal y como se resume en su título: 24 horas de viaje relámpago a Noruega, actuación en el festival de Notodden y 8 horas de sesión en los estudios Juke Joint de Notodden. Así, en directo, en analógico, en medio de una loca y breve vorágine escandinava, es como quedaron registradas las canciones de este disco, un trabajo de obligada escucha para cualquier amante del rock and roll verdadero, ese donde prima lo genuino y donde no maridan nada bien los aderezos superfluos. Si se es una bandaza, (aún) se puede hacer.
6. THE NEW RAEMON & McENROE – Lluvia y truenos (Subterfuge)
Después de que los getxotarras McEnroe liderasen este mismo listado hace un año con su flamante «Rugen las flores», no podíamos obviar este trabajo a medias entre Ricardo Lezón y Ramón Rodríguez (Madee, Ghouls’n’Ghosts), por mucho que el segundo lleve barretina en lugar de txapela «a medio lao«. Seis canciones de Rodríguez y seis de Lezón forman «Lluvia y truenos», un precioso disco donde priman las letras (ojo, que hablamos de dos de los mejores compositores pop de la actualidad) pero que no busca cambiarnos la vida. Como mucho, retratarla, al tiempo que nos hace más agradable la estancia. Una muy reconfortante escucha la de este álbum, como un Colacao humeante al final de un día… de lluvia y truenos, justamente.
5. ANARI – Epilogo bat (Bidehuts)
Solo son seis canciones, sí, una especie de «fin de ciclo», encima, un epílogo, en definitiva, que, para más inri, nació de una canción ya grabada previamente e incluida en «Zure aurrekari penalak» (2015), el anterior disco de Anari Alberdi. Resulta que la azkoitiarra no terminó de quedar contenta con aquel «Epilogoa»… así que no tuvo más remedio que enmendar la cosa, regrabando el tema y acompañándolo de otros cinco cortes para, ahora sí, dar por cerrado y pulido aquel trabajo al tiempo que creaba una nueva joyita, repleta de colaboraciones (Joaquín Pascual de Mercromina, Ager Isunza y Rubén Garate de Audience, Joseba Irazoki…) y respaldada por una banda de lujo bajo la supervisión de Karlos Osinaga (Lisabö).
4. ELENA SETIÉN – Dreaming of Earthly Things (Enja / Yellobird)
La revelación del año nos llegaba desde Donostia… ciudad de origen de una Elena Setién que, tras pasar década y media en el extranjero (en Dinamarca, sobre todo), ha regresado a casa para, con la ayuda de Mikel Azpiroz (Elkano Browning Cream, Lau Behi, Parafunk), dejarnos boquiabiertos con «Dreaming of Earthly Things», un álbum que será publicado en Eueropa en 2017 pero que ya es una realidad aquí. Como la propia artista, una mujer realmente polifácetica, que, tras muchos años ligada al jazz, se ha sacado de la manga un disco de pop repleto de hammonds y moogs, de pasaje etéreo y relato costumbrista y, ante todo, una desbordante personalidad propia. No, no escucharás muchas propuestas como la suya por estos lares. Ongi etorri, Elena.
3. ZEA MAYS – Harro (Garden Records)
20 años, que se dice pronto, son los que están a punto de cumplir Zea Mays, una de las bandas más consolidadas (y mejores) de la escena rock euskaldun, ¡como para no estar «orgullosos»! Para esta nueva obra, volvieron a irse a Londres, donde les esperaba, nuevamente, Dave M. Allen, responsable de algunos de los mejores discos The Cure y Depeche Mode, ahí es nada. Programaciones y sintetizadores destacan en el trabajo, donde, como no puede ser de otra manera, sigue resaltando la voz de Aiora Renteria, tan potente e increíble como siempre. Además, Santi Balmes, de Love Of Lesbian, canta junto a ella en «Orain», el tema que, por qué no, podría ser la definitiva carta de presentación a nivel estatal del cuarteto de Zorrotza. De hecho, «Harro» es el primer LP del grupo que cuenta con distribución oficial más allá de Euskal Herria. 20 años… ¡y subiendo!
2. WAS – Gau Ama (Mushroom Pillow)
Menuda evolución la de la banda anteriormente conocida como We Are Standard (y antes, como Standard). Del post punk de ecos neoyorquinos de sus inicios pasaron al sonido Madchester y, de ahí, al house ravero con eusko label de este «Gau Ama» en el que electrónica y folk vasco (txalapartas, albokas, irrintzis y samples de Mikel Laboa y Leon eta Basilio mediante) se daban la mano con una destreza y un tino muy difíciles de prever. Un álbum quizá carente de singles a la altura de «On The Floor» o «The Good Ones», pero que, como obra (el concepto, recordad, el concepto) es, seguramente, su mejor trabajo. Y, de todas maneras, ahí están «I Like You As You Are», «Irrintzi» o «Until It Melts» (esta últma, con Cris de Belako) para seguir quemando zapatilla. Seguramente, en el futuro se hablará de WAS como una de las mejores y más influyentes bandas de estos años que nos han tocado en suerte. Live forever.
1. BELAKO – Hamen (Mushroom Pillow)
Reconozcámolo: Belako son el grupo del momento. Y no ya solo en Euskadi. Tras aquel sorprendente debut de 2013 («Eurie»), en el que tanto y tan bueno confluía, el joven cuarteto de Mungia publicaba el año pasado dos EPs («AAAA!!!» y «Bele beltzak baino ez»), donde ampliaban el registro, hasta tal punto que uno ya no sabía si decir que el cuarteto facturaba rock, postpunk, noise, indie pop… Desprejuiciados, entusiastas y contagiosos como pocos, se han labrado una tremenda fama en directo, factor que los ha convertido en un reclamo indispensable en muchos de los principales festivales españoles. Este 2016 lo estrenaban con nuevo trabajo, todo un segundo disco largo, y pasaban la prueba con nota, a pesar de no contar ya con el favor del factor sorpresa. Había quien decía que lo suyo era un batiburrillo sin sentido, pero no, lo suyo es un sano eclecticismo derivado de múltiples y muy diversas fuentes, casi todas añejas, pero no exentas de ventanas con vistas al futuro. Porque Belako son la banda del momento, sí, pero, también son quienes parecen destinados a marcar los tiempos dentro de unos añitos. Por ahora, disfrutemos con ellos tanto como ellos mismos disfrutan, porque, a fin de cuentas, solo son cuatro chavales pasándoselo bomba. Y de esto iba la música… ¿o es que ya no te acuerdas?
