Ritxi Marina, gerente del restaurante y bar de copas Ambigú, en Bilbao, nos cuenta cómo ha afrontado su negocio la crisis del Covid-19 y el cese de actividad, ahora que vuelven a la carga con comida «takeaway» y bonomenús para poder adelantar ingresos. «Hemos tenido que endeudarnos para poder sacar adelante el negocio una vez abramos», nos resume.
Hace poco más de dos meses charlábamos con Ritxi Marina, gerente del popular restaurante y bar de copas Ambigú, en la calle San Vicente de Bilbao, acerca de la ZAS, la llamada «Zona Acústicamente Saturada» de la villa, cuya delimitación había afectado a su negocio, trayendo consigo una serie de restricciones «injustas y muy discriminatorias», en palabras del hostelero.
Un tira y afloja a tres bandas entre vecinos, ayuntamiento y establecimientos que traía de cabeza a todos ellos y que, de repente, quedó eclipsado nada más y nada menos que por una pandemia, la del Covid-19. De golpe, el problema del ruido desapareció y, en su lugar, apareció un angustioso silencio, el de un confinamiento que paralizó la vida social, cultural, comercial y de ocio no solo de la ciudad, sino de medio planeta.
Ahora, tras mes y medio sin actividad y en plena fase 0 del plan de desescalada decretado por el Gobierno, volvemos a hablar con él, sabedores de que se preparan para un regreso, también escalonado, que de momento pasa por ofrecer comida a domicilio, ofertar bonos con descuentos a canjear en el futuro y esperar que todo vuelva a la normalidad. O a esa «nueva normalidad», tan temida como anhelada.
Ayer hablábamos de ruidos, de horarios, de terrazas… pero todo eso es hoy historia.
Sí, a ver si cuando podamos volver a abrir sigue habiendo tanta represión hacia la noche. De momento, lo han conseguido, porque no puede haber menos jaleo que ahora, la verdad.
¿Qué ha significado para un local como Ambigú el confinamiento?
Pues muchas pérdidas, como para todo el mundo, supongo. Se han perdido todas las ventas que generamos en primavera, que es una temporada bastante buena, con mucha programación musical, buen tiempo, mucho movimiento de gente con ganas de salir tras el invierno…
¿Qué pasa con vuestra plantilla… y con vosotros mismos, tú y tu hermano? ¿Os satisfacen las ayudas del Gobierno?
La plantilla ha tenido que acogerse a un ERTE y nosotros a la prestación para autónomos, que es de 660 euros. Una mierdita, porque los gastos que tenemos son muchos. Solo el alquiler de un local en el centro de Bilbao ya es mucho dinero. Luego están la energía, los suministros… hay muchos gastos fijos que siguen, por mucho que los variables hayan podido reducirse. Hemos tenido que endeudarnos para poder sacar adelante el negocio una vez abramos.
¿Y el plan de desescalada? Podréis abrir al público con reducción de aforo y unas medidas de seguridad bastante específicas. ¿Son viables?
Nos parece ridículo, porque, aunque sobre el papel todo queda interesante y bonito, la verdad es que ningún local de hostelería, del tamaño que sea, puede sobrevivir funcionando al 50% y mucho menos al 30%. Como decía, los gastos son muchos y solo el alquiler se lleva muchísima pasta. Tú haces un plan de negocio basándote en su funcionamiento al 100%, no a la mitad. No va a servir más que para poner parches porque, encima, tras las demoras de alquiler, de energía, de agua, etc., los hosteleros van a tener que pagar aún más después. No se han cancelado los alquileres ni los recibos. Lo que necesita la hostelería es poder trabajar al 100%, ahora más que nunca, para poder paliar todo el daño que ha hecho el coronavirus.
Habéis estrenado servicio «takeaway» e ideado los “bonomenús”, ¿en qué consisten?
Por un lado, a partir del lunes 11 de mayo, haremos comida para llevar, un menú renovado cada semana que puedes recoger en el local o pedirlo a domicilio. Del reparto nos vamos a encargar nosotros mismos, ya que no hemos querido entrar en el juego de empresas como Just Eat, Deliveroo o Glovo, cuya ética no compartimos. El dinero que se llevarían tampoco nos saldría a cuenta, en cualquier caso. Así que lo haremos como buenamente podamos.
Por otro lado, hemos lanzado los «bonomenús, vales de uno, dos o cinco menús, con sus correspondientes descuentos. Ha habido una respuesta bastante buena, pero no como para tirar cohetes. Al menos, ves que tienes gente fiel que te apoya y eso da subidón de energía. Supongo que los canjearán una vez abramos con normalidad.
Cuando vuelva esa (nueva) normalidad, ¿os veis funcionando exactamente igual que hace dos meses? ¿O esto va a ser un antes y un después?
Tengo la esperanza de que en unos meses todo vuelva a ser como era antes, a una normalidad precoronavirus. Si no, tendremos que cambiar muchas cosas a muchos niveles. Es una situación confusa para todos. Supongo que la gente estará un poco reticente al principio con eso de salir y de sentarse cerca de alguien a comer, pero también es el miedo que nos han metido en el cuerpo, quizá no tenga que ser tan extremo. Ya hemos estado en casa encerrados sin hacer nada , pero no somos amish. Espero que en breve podamos estar de nuevo codo con codo tomando una cerveza.
Ambigú no solo se entiende como restaurante, sino también como bar. No tiene pinta de que vayamos a poder salir de copas en un corto espacio de tiempo… Los pubs lo tienen bastante más crudo. ¿Adiós a “la noche”?
La noche volverá y lo hará con fuerza, porque la gente tendrá muchas ganas de salir, por mucho que ahora haya reticencias, que se diluirán, porque no somos una sociedad individualista como pueden ser otras y necesitamos el contacto de la gente. En un par de años lo veremos con una lejanía total, como algo del pasado más absoluto. Ahora mismo está todo el mundo trabajando en la búsqueda de una vacuna, no puede ser que no demos con ella.
Y, ¿qué haremos las personas sin socializar? ¿Qué va a ser de nosotros sin ocio, tal y como lo entendemos? Al final, sí que vamos a parecer un país escandinavo de esos con los que comparabas el ZAS…
Los suecos son más individualistas, nosotros somos mediterráneos y llevamos en la sangre eso de tocarnos, comernos la oreja y olernos los sudores. No puede ser que esta crisis nos vaya a cambiar tanto. Volveremos a tener bares, discotecas, salas de conciertos, cines, teatros y aglomeraciones.
A nivel personal, ¿qué tal habéis llevado la cuarentena? ¿Ha habido tiempo para cine, series, cocina, gimnasia…?
Bastante bien. Vivimos encima del restaurante y, con cuatro adultos, dos niños y un gato no ha habido tiempo para aburrirse. Hemos realizado muchas actividades, pero hemos echado en falta el socializar, el tener gente alrededor y poder compartir ideas y opiniones cara a cara en lugar de vía Facetime o Whatsapp.
Por último: se dice que de ésta saldremos siendo «mejores personas»…
En los círculos en los que nos movemos, y nuestra clientela también es un poco así, pensamos que cada cual es capaz de pensar por sí mismo, más allá de recomendaciones y directrices de gobiernos y autoridades sanitarias. El control ejercido sobre todos los individuos del planeta no puede mantenerse. El estado de vigilancia continua ha tenido que darse así, pero todos sabemos ya lo que tenemos que hacer y cómo comportarnos. Pero cada persona va a seguir siendo igual y lo que hay que hacer es no creerse tampoco todo lo que nos cuentan. ¿Mejores personas? Eso dependerá de cada cual.
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